Se sienten fuertes, dicen que salen "a ganar" y, aunque suene difícil de creer, lo cierto es que las campañas de Podemos e Unidos Podemos de 2014 -en las europeas- y de 2015 y 2016 -en las generales- fueron un enorme éxito y dependían de él, de Íñigo Errejón. La última, es verdad, fue el inicio de la caída cuando la confluencia con IU fue una "suma cero" y se perdió el millón de votos que se pretendía ganar en sólo seis meses. Pero es cierto que Errejón no era partidario de ese pacto con los excomunistas.
El equipo más cercano del ex número dos de Podemos no se reconoce en el partido en el que militaban o trabajaban hasta el pasado mes de enero. "Ellos han decidido ser una patita izquierda del PSOE, ése no es el partido que defendió Íñigo", explican.
El caso es que quedan menos de cuatro semanas para las elecciones autonómicas, a las que iba a presentarse el viejo amigo de Pablo Iglesias vestido de morado hasta que un 17 de enero anució que tomaba el verde ácido de Manuela Carmena y su plataforma Más Madrid.
Podemos se presenta a las autonómicas con un acuerdo sobre la bocina que lo une a Izquierda Unida y a los Anticapitalistas, previamente otra de las escisiones nacidas de "la manera personalista de llevar el partido" de Iglesias e Irene Montero. Y de su "caída en planteamientos casi tan socialdemócratas como los de Errejón".
Para alcanzar el pacto cuya lista lidera Isa Serra, la formación morada ha asumido, en realidad, casi todos los postulados de los minoritarios. Se presentan exigiendo un banco público madrileño, proponiendo subidas de impuestos en todas sus figuras y reclamando la paralización de la Operación Chamartín y toas las demás operaciones urbanísticas en la capital. "Son pura especulación y las rechazamos", dice ahora Serra, que hasta hace un mes se limitaba a pedir "una auditoría" de las cuentas.
Errejón acepta el reto de "ser la referencia"
"Podemos ha renunciado a construir una nueva mayoría", plantean desde Más Madrid Comunidad. "Y nuestra posición ahora es la de ganar la izquierda y formar gobierno con Íñigo de presidente". La formación instrumental se entrega a la alcaldesa Manuela Carmena como "referente indiscutible en el campo progresista de la Comunidad de Madrid, por encima del PSOE", apuntan, "y ése es nuestro objetivo".
Las encuestas hasta ahora publicadas colocaban a la lista de Errejón empatada técnicamente con la de Unidas Podemos-Izquierda Unida-Madrid en Pie... que es como se llama la candidatura auspiciada por Iglesias. "Pero siempre nos han gustado los retos", explica un portavoz oficial de Errejón. Y "aunque Gabilondo es imposible que caiga mal, ganaremos, porque nuestro objetivo es antes que nada construir una mayoría progresita que desaloje al PP".
Errejón no le teme al efecto disgregación que han sufrido "las tres derechas" en las legislativas. "Aquí somos tres izquierdas, es verdad", explican, "pero nuestro proyecto es transversal, es abierto". Y frente a los mensajes de Podemos e IU, Errejón pretende demostrar que representa "un progresismo, una izquierda útil y, como ellos mismos dicen de manera peyorativa, amable".
Para eso se fijan en el ejemplo del "acuerdo del Botànic" en Valencia. "Aquel es el gobierno más progresista de España, lo forman tres izquierdas y ha repetido triunfo el pasado 28 de abril", explica este portavoz. Y aunque mantienen diferencias con la lista de la que provienen, "confiamos en que somos tres candidatos potentes: Gabilondo, Isa Serra y Errejón".