El voto para las elecciones del próximo 28 de abril está dividido y, sobre todo, es muy volátil. La cifra de indecisos, que ronda el 40%, se va decantando poco a poco entre unas u otras de las cinco grandes opciones, las que cuentan para la formación de gobierno. Pero los avatares diarios de la campaña van modificando esos vuelcos. Ésta es la razón por la que EL ESPAÑOL publicará durante las dos semanas que quedan hasta el domingo de las generales un tracking de seguimiento elaborado por SocioMétrica que ayude a desentrañar el éxito o fracaso de los mensajes emitidos por los partidos y sus candidatos.
Para empezar, este domingo -y en exclusiva para los suscriptores en La Edición-, este periódico actualiza las tendencias de proyección de voto con el primero de esos trackings electorales con los que seguiremos la evolución de las mayorías y las opciones de gobierno que se le abren a los principales líderes. En esta primera entrega, se advierte un sensible repunte de Podemos y Vox, esperable en el primer caso e inesperado en el segundo.
Y es que la efervescencia del partido de Santiago Abascal desde su irrupción con fuerza en el Parlamento andaluz el pasado 2 de diciembre -con 12 diputados- hizo navegar sobre una ola creciente a Vox hasta hace un mes. En marzo, el partido al extremo derecho del tablero político tocó techo cuando las encuestas lo situaban incluso por delante de Unidas Podemos -algunas no sólo en escaños, sino también en porcentaje de intención de voto-. En las últimas semanas, se apreciaba una caída que, como se verá en los datos de esta noche, anticipan una ligera recuperación.
En el caso del partido morado, era de esperar que el regreso de Pablo Iglesias de su baja de paternidad tuviese su reflejo en las intenciones de los electores. No tanto por el valor añadido, según los expertos, como por el valor desaparecido del líder de una formación tan personalista durante los tres meses de ausencia del secretario general.
Además, la campaña contra los medios de comunicación, los bancos y las "cloacas del Estado" que ha emprendido Podemos por tierra, mar y aire desde la incorporación de Iglesias ha logrado el principal objetivo, confesado por las fuentes oficiales del partido: salirse de la agenda de la "unidad de España sí o no" y recuperar para las elecciones la dicotomía entre "los de arriba que no quieren que los de abajo decidan".
El resto, estables
Los otros tres grandes partidos no presentan grandes diferencias respecto a las últimas cifras puestas a disposición de EL ESPAÑOL por SocioMétrica. Ligerísimas subidas o bajadas de décimas con poco reflejo en la distribución de escaños, pero que quizá sí marquen consolidaciones de tendencias, como se podrá comprobar en la información completa.
EL ESPAÑOL publicará en estas dos semanas que quedan de campaña electoral una entrega de este tracking cada dos días para captar cómo se va desarrollando la decantación de los indecisos. Son ellos los que marcarán las mayorías que definitivamente se puedan armar en el Congreso de los Diputados. El análisis sobre la influencia que vayan a tener quienes todavía no hayan decidido su papeleta, y las luchas dialécticas que provocará entre los partidos implicados, irá acompañado de otro centrado en las posibles combinaciones que se podrían diseñar -y su significado político- en función de los datos.