Quim Torra dejó en manos del Síndic de Greuges -el llamado 'defensor del pueblo' catalán-, Rafael Ribó, la decisión de retirar los lazos amarillos y las esteladas de los edificios de la Generalitat. El organismo se ha pronunciado: "Recomienda" hacerlo "de forma excepcional durante el periodo electoral".
"El Síndic, fuera de la excepcionalidad del periodo electoral, mantiene el mismo criterio expuesto en una resolución de septiembre de 2018, en que se había pronunciado en contra de limitar el ejercicio de la libertad de expresión en el espacio público", defiende la institución en una nota y ha corroborado Ribó en rueda de prensa.
Asimismo, aclara que "el funcionariado y, en general, todo el personal al servicio de la Administración, tienen garantizado el derecho a la libertad de expresión en el lugar de trabajo", si bien ha de limitarse a su espacio laboral concreto o indumentaria.
Un matiz llamativo es que el Síndic ha desvelado que el informe ya estaba elaborado, de oficio, el pasado viernes, con las mismas conclusiones, y que Torra conocía su contenido porque tuvieron una conversación telefónica. Ese día Ribó decidió no hacerlo público, ha puntualizado, porque el presidente catalán le pidió una serie de "clarificaciones" que se han resuelto finalmente este miércoles.
El Govern: "Haremos lo que nos diga el Síndic"
El president optó por desobedecer a la Junta Electoral Central (JEC) al no eliminar la simbología independentista y por los presos del 'procés' antes de este martes a las 18:00 horas y, en paralelo, pidió un informe al Síndic. "Haremos lo que nos diga", aseguró Elsa Artadi, portavoz del Govern.
La JEC, que arbitra los periodos electorales y vela por la limpieza y la igualdad de condiciones entre los contendientes, considera que tanto los lazos amarillos como las esteladas en los espacios señalados son contrarios a la obligada neutralidad política en las instituciones y suponen una impropia propaganda partidista.
La Generalitat de Torra ultima una "solución imaginativa" para hacer caso al síndic y dejar claro que no está conforme con la decisión instada por la Junta Electoral Central. Según ElNacional.cat, la fachada de la Generalitat no quedará desnuda de símbolos y aunque se retirarán los lazos, el círculo de Torra estudia colgar una lona de amarillo u otra pancarta de reivindicación.