Albert Rivera está “on fire”. Así lo ha cantado la mujer que ha ambientado su estreno como candidato. Ciudadanos quiere hacerle un “we will rock you” a Pedro Sánchez. El presidente naranja ha alcanzado el escenario entre palmas y el himno de Queen: “Con esta música y siendo la hora del vermú, me entran ganas de tomarme algo”. El acto madrileño, según el partido, ha reunido cerca de 800 personas.
Rivera, desnudo de nuevo. Esta vez, de forma metafórica. O mejor dicho: lo han desnudado. Su prima, sus amigos, su entrenador de waterpolo y sus profesores de la universidad han sido los artífices del striptease. Una prenda tras otra, lo han dejado como en aquel cartel. “¡Habéis atracado a la gente de mi entorno para que hable de mí!”, ha bromeado tras ver el vídeo coral en la pantalla. Aunque previsiblemente hagiográfico, la secuencia ha incluido detalles desconocidos para cientos de los presentes.
Consigna intimista, el mensaje político se ha visto rodeado de confesiones. “En los últimos diez años, he dedicado a mi pequeña familia menos tiempo del que me gustaría, pero le he dado mucho a mi gran familia, España”. Una frase que ha helado el auditorio durante un par de segundos y luego lo ha enardecido: “¡Presidente, presidente!”.
Inés Arrimadas, que también ha engrosado la performance, ha contado qué se le pasó por la cabeza la primera vez que vio a Rivera. Fue por la tele, en aquellas tertulias: “Decía cosas que parecían imposibles. ¡Hablaba como un ciudadano! Me sentí muy identificada con aquel chico. Cuando le conocí, era como esperaba”. La portavoz nacional de la Ejecutiva ha definido el 28-A como “la hora de la verdad”: “Será el presidente [...] El PP y el PSOE son más viejos que el teletexto”.
Rivera, casi nunca dado al destape -mucho ha llovido desde aquel cartel-, ha aceptado el envite. Ha contado su conversación con una camarera en un área de servicio acerca del sistema de oposiciones, ha hablado de sus padres, de su hija...
Un amigo de la infancia, compañero de la piscina, ha dejado entrever que Rivera mostraba maneras de “coach” ya de chaval: “Estaba siempre muy concentrado, intentaba motivar a los compañeros”.
Teresa Freixes, profesora universitaria, apreció su “talento” desde el principio y le aconsejó algo que todavía le dicen: “Albert, no hables tan rápido”. Freixes ha confesado que quiso “quedárselo para la universidad”. Otro de los catedráticos que le dio clase ha asegurado que el compromiso y la ideología de Rivera apenas han variado.
Esa dedicación concienzuda y casi exclusiva al trabajo la ha detallado el que fuera su entrenador de waterpolo: “Recuerdo que se rompió una mano y estuvo todo el verano machacándose para ponerse a punto”. Luego, en lo que ha supuesto uno de los instantes más divertidos, ha zanjado: “Es mejor político que waterpolista”.
Melisa Rodríguez, diputada canaria, ha confesado que cada vez que le llega un mensaje de Rivera -“¿Tienes cinco minutos?”- sabe que le va a “caer más trabajo”. Juan Carlos Girauta, que ha militado en el PSOE, ha narrado con conocimiento de causa: “Es el líder de la modernidad. Jamás emplea un tono autoritario ni dará una orden”.
El propio Rivera ha celebrado que “no dejan de llegar votantes y militantes a Ciudadanos” y se ha despedido con ese “we will rock you” a Sánchez: “Que me digan lo que quieran, lo aguantaremos todo”.