No es la primera vez que ocurre y, en vista de la tibia reacción de aquellos con una cierta influencia sobre el cómico, no será la última vez que suceda. Los insultos a Inés Arrimadas de Toni Albà, colaborador habitual del programa humorístico de TV3 Polònia, llueven sobre mojado y empiezan a convertirse en una tradición muy celebrada por la Cataluña separatista. También empiezan a ser habituales las excusas del cómico, que suele reaccionar a las ya recurrentes polémicas con la excusa de que el insulto de "puta", su preferido, no va dirigido en realidad a la líder de Ciudadanos en Cataluña.
La obsesión de Toni Albà con Inés Arrimadas viene de lejos. El 12 de diciembre de 2017, durante la campaña electoral previa a las elecciones autonómicas catalanas del 21 de diciembre convocadas por Mariano Rajoy al amparo del 155, el cómico publicó en Twitter unos versos dirigidos a una tal Inés, a la que calificó de "puta": "Cuando Inés va en ruta, las pelotas fuera chuta, de los barrizales sale sucia, mojada, nada seca. Se disfraza dentro de la gruta, en demócrata se transmuta, sueña que los votos escruta y chilla '¡míos!' la mala puta".
Aunque no hacía falta un máster para entender a quién iban dirigidos esos versos, Albà respondió a las críticas por su tuit calificando de "falsas e improcedentes" las suposiciones de que la Inés de su poema fuera en realidad Inés Arrimadas. La candidata de Cs, por su parte, respondió a los insultos con un tuit en el que decía: "Hoy he recibido otra muestra de machismo y de odio por mis ideas y por liderar una alternativa política para todos los catalanes". El resto de líderes de Cs, y entre ellos Albert Rivera, se sumaron a las críticas a Albà en las redes sociales.
Los ya habituales insultos de Toni Albà no suelen ser condenados con excesivo entusiasmo por el nacionalismo catalán o la televisión pública catalana, de la que el cómico es colaborador habitual. Más bien suelen ser celebrados con entusiasmo entre una amplia mayoría de los simpatizantes separatistas. Lo que a su vez parece incentivar la producción literaria del humorista.
Albà, por ejemplo, ha llamado "francocainómano" a Mariano Rajoy, ha insultado a la jueza Carmen Lamela diciendo que a esta le gustaba "lamer mierda" y calificado de "burbujita bailarina, pedo en la bañera que escampa peste putrefacta después de una mala digestión pseudo-socialista" a Miquel Iceta, del PSC.
El tiempo dirá si la última polémica de Toni Albà a cuenta del viaje de Inés Arrimadas hasta Waterloo es la última o tan sólo una más en el currículo del cómico. Aunque en esta ocasión Albà parece haber rebosado el vaso de la paciencia de Toni Soler, el productor, director y presentador de Polònia, nada parece indicar que los dos tuits de condena que la dirección del programa publicó hace unas horas tengan mayor objetivo que evitar el contagio de la polémica al resto de la plantilla de colaboradores y un posible conflicto con TV3.
El tuit de Albà fue también condenado por Manuel Valls, Andrea Levy y, por supuesto, la propia Inés Arrimadas. Ni el Gobierno de Pedro Sánchez, ni el Instituto de la Mujer, ni las asociaciones feministas, ni los partidos nacionalistas hicieron, como es habitual cuando la insultada es una política de un partido de centro o centro-derecha, la más mínima referencia a las vejaciones machistas del colaborador de TV3.