A Iván Espinosa de los Monteros no le incomoda ser comparado con Donald Trump. Tampoco le duelen prendas en tachar de "manipuladores" a varios periodistas durante una tertulia. Piensa que "progre es a progreso lo que carterista es a cartera". Y todo esto podría recitarlo en perfecto inglés o francés, rara circunstancia en la primera línea de la política.
A las puertas del Tribunal Supremo, Santiago Abascal le cedió el testigo para que atendiera a las televisiones extranjeras. Los corresponsales se frotaron las manos. "No hay necesidad de subtitular". Una escena que se repetirá mientras dure el juicio del procés. La pronunciación de Espinosa de los Monteros electrizó los corrillos de periodistas, que lo colocaban en el espejo de Rajoy o Zapatero. Véase cualquier cumbre europea de los dos expresidentes...
Secretario de relaciones internacionales de Vox, este íntimo amigo de Abascal es uno de los principales ideólogos de la formación, a pesar de que ocupe un cargo de menor relevancia que en el pasado. No se descarta, en cualquier caso, que regrese a primera línea cuando el partido en el extremo derecho del tablero confeccione sus nuevas listas electorales.
Vox figura como acusación popular en el juicio del procés, lo que -en palabras del resto de partidos- supone "una campaña electoral gratuita y temprana". Dirigentes de PP, Ciudadanos, PSOE y Podemos ya han advertido a Abascal: "No lo utilice como arma política". Pero Vox aprovecha su espacio mediático para sellar su mensaje: ilegalización de partidos independentistas. También lamentan que Torra "no esté en la cárcel". Espinosa de los Monteros lo negó hasta en tres idiomas: "Estamos aquí para defender el interés general de los españoles".
Iván Espinosa de los Monteros tiene 47 años. Se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales en ICADE, centro universitario de los jesuitas, uno de los más influyentes de Madrid. Emprendedor en el sector de la vivienda y la restauración, es hijo de Carlos, el expresidente de Iberia que Rajoy eligió para dirigir el Comisionado de la Marca España.
Las atenciones a medios al hilo del procés, principalmente extranjeros, lo consolidarán como uno de los rostros más mediáticos de Vox. Ubicado en el ala más católica y conservadora de la organización, ya es uno de los tertulianos televisivos más habituales de su partido.
Está casado con Rocío Monasterio, arquitecta y también dirigente de Vox. Aunque no hay fuente oficial que lo confirme, es muy probable que Abascal la designe como candidata a las elecciones de la Comunidad de Madrid.
Polémico en Twitter, levantó ampollas en todo el arco parlamentario hace apenas unos días, cuando criticó la presencia de enseñas LGTBI en la manifestación de la Plaza de Colón: "El pacto era traer sólo banderas de España, pero parece que para algunos la tentación ha sido demasiado fuerte".