La dirección de Podemos parece finalmente claudicar ante los hechos consumados. La fuga de Íñigo Errejón el pasado 17 de enero, cuando anunció su alianza con Manuela Carmena para presentar su candidatura a la Comunidad de Madrid bajo la marca de Más Madrid y no con los colores de Podemos, abrió una crisis interna en el partido que amenazaba con una ruptura total.
"Estamos dispuestos a hablar con todos para echar al PP de la Comunidad de Madrid, incluido el partido de Errejón", ha dicho Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos a las puertas del Congreso.
En un día en el que el partido morado presentaba ante la Diputación Permanente peticiones de comparecencia de hasta siete ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, la actualidad sigue sin ser su actividad política, sino la ruptura que amenazó al partido definitivamente el viernes pasado, tras la dimisión de Ramón Espinar como secretario general madrileño y la reunión de hasta 10 barones regionales en Toledo -pablistas y errejonistas- para pedir diálogo.
"Esa apertura al diálogo incluye a todos", ha dicho Montero, "a Errejón también". Ahora Podemos dice que está diseñando un "proceso participativo en el que quepan todos", lo cual indica que tratará de pilotar la confluencia con su antiguo número dos de alguna manera, para evitar que todo el poder recaiga en las manos de la persona a la que llamaron "traidor" y "autoexpulsado" en los días posteriores a su espantada.
Que otros decidan
El pasado viernes, en plena explosión definitiva de la crisis de la formación, Iglesias convocó un Consejo Ciudadano Estatal (CCE) para este sábado 2 de febrero. Es el órgano de dirección de Podemos más importante entre congresos. La idea era recoger el sentir de los secretarios autonómicos para evitar nuevos casos Errejón en los territorios y asumir el cambio de estrategia desde un órgano superior a la propia dirección de Iglesias.
Los dedos del equipo del secretario general, con Pablo Echenique y la propia Irene Montero a la cabeza, estaban pillados tras su reacción virulenta inicial contra Errejón. Y era necesario que -una vez conocida la opinión de los barones, que en esa "Declaración de Toledo" reclamaron "unidad"- el giro total aceptando ahora el diálogo con quien les había dado la espalda, tuviera un escenario distinto.
Después de que Errejón anunciara su intención de acudir al CCE, este domingo, de manera intempestiva, la dirección de Podemos anunció un adelanto del cónclave a este miércoles, para contener la crisis con urgencia. Y este lunes ha llegado la explicación pública de todos estos acontecimientos: la líder parlamentaria, en ausencia de Iglesias -que sigue de baja de paternidad- ha rectificado sus palabras de hace sólo diez días cuando aseguraba que "Podemos no tiene nada que negociar con quien se ha ido".
Eso sí, Montero cree que Errejón no debe acudir al CCE. "Creo rotundamente que no, él debe ser consecuente. Se ha ido de Podemos, ha fundado otro partido y creo que nos debe dejar debatir, ser responsable, igual que lo vamos a ser nosotros, y contribuir a que dejemos de hablar de nosotros mismos y que podamos hablar de política", ha argumentado Montero.
Este fin de semana, Izquierda Unida -uno de los actores secundarios pero clave en esa "lista unitaria"- anunció que ponía en suspenso el "acuerdo marco" firmado hace un año como hoja de ruta para la confluencia con Podemos en las elecciones municipales y autonómicas. La soledad en la que se estaba quedando la dirección de Podemos ha hecho reaccionar a Iglesias. "Estamos hablando con IU y con el resto de formaciones para culminar un proceso participativo y lo más inclusivo posible", ha añadido Montero, "y después hablaremos con todos los demás".
Así, son dos puertas abiertas para que quede claro que es Errejón quien se va: el encuentro programático, "al que están invitados todos", y después diálogo con "quien no haya querido sumarse a ese proceso".
Una gestora para Madrid
Entretanto, Pablo Iglesias ha tenido que gestionar la crisis meramente orgánica en Madrid. Así, este mismo lunes la dirección de Podemos ha nombrado un equipo técnico para dirigir la formación tras la dimisión de Espinar y hasta el próximo proceso de primarias que elija un nuevo líder.
Será esta gestora la que pilote el proceso participativo del que hablaba Montero para pactar una candidatura con Izquierda Unida que luego negocie con el Más Madrid de Errejón.
La gestora estará dirigida y controlada por la dirección estatal, según informa Efe, y "representa las mayorías políticas actuales" de la dirección en Madrid, tal como han revelado fuentes de la dirección a este periódico. Los nombres que forman el equipo son Julio Rodríguez, Carolina Alonso, Dina Bousselham, Maby Cabrera, Javier Cañadas, Ana Domínguez, María Espinosa, Jesús Santos y Elena Sevillano.
Llama la atención la presencia del ex Jemad y líder de Podemos Madrid Ciudad, cuya gestión no ha sido capaz de manejar la crisis con Manuela Carmena. La alcaldesa incluso lo repudió públicamente la semana pasada revelando taxativamente que su lista para la capital "no cuenta con él".
Podemos Madrid ya ha programado una reunión este lunes con IU Madrid en la que empezará a negociar esa candidatura, después de que el partido de Alberto Garzón celebrase su propio encuentro programático para configurar la candidatura con Podemos.