La crisis en Podemos es total. Su candidato en la Comunidad de Madrid se ha "autoexpulsado", el secretario regional ha dimitido y el jefe local de la ciudad, Julio Rodríguez, es repudiado por la candidata y alcaldesa Carmena. Además, las caras más populares -lideradas por Rita Maestre- fueron expulsadas del partido.
Para apalancar la estructura de Podemos, Pablo Iglesias ha convocado una reunión del Consejo Ciudadano Estatal (CCE) el próximo sábado 2 de febrero. Lo fundamental que ha de dilucidarse en esa cita es si se negocia con Errejón para intentar una confluencia o se va a la guerra contra él. Iglesias quiere implicar en esa decisión a todo el partido para lograr "unidad de acción" y evitar nuevos casos Errejón, según las fuentes consultadas.
Pero por si fuera poco, la situación se complicó más en la tarde del viernes. IU, que se había ofrecido a buscar puntos que permitan reunificar a la izquierda, decidía dejar en suspenso las negociaciones que tiene abiertas con Podemos para concurrir juntos a las elecciones de mayo. Según avanzó la Sexta, la formación que lidera Alberto Garzón busca con esta medida "no verse salpicada por la crisis interna" de su hasta ahora socio.
Hay máxima preocupación en Podemos. La salida del ex número dos ha demostrado que ni los fundadores respetan la marca tanto como para considerarla el mejor instrumento para hacer carrera política. La estrategia de Podemos de estar abierto a asociaciones, alianzas e incluso a esconder el nombre del partido bajo marcas blancas, facilita que pueda haber candidatos en cualquier punto del país tentados a repetir la maniobra de Errejón. Contra eso quiere vacunar Iglesias al partido. Para conseguirlo, necesita reunir a todos sus líderes regionales y cerrar un acuerdo.
El portazo de Espinar
La espantada de Ramón Espinar como líder regional ha llegado ocho días después del órdago de Íñigo Errejón al asociarse con Manuela Carmena. Y la dirección de Podemos se ha visto abocada a interrumpir a Pablo Iglesias durante la crianza de sus mellizos para tratar de taponar las vías de agua.
Según las fuentes consultadas en la formación, Espinar era partidario de tender puentes con Errejón, y ahí se ha visto desautorizado por la cúpula. Por eso ha preferido marcharse. "Ramón ha tenido muchísima cintura, incluso tras lo de Errejón, abogando por la conveniencia de tragar por el bien electoral", señalan las mismas fuentes.
Pero también hay quien interpreta su salida como el precio a pagar por una gestión que no ha sido satisfactoria, al no ser capaz de acabar con una crisis en Madrid que se arrastra de lejos. En cualquier caso, su dimisión es un desgarro porque ha sido "uno de los soldados mas fieles de Iglesias".
Toledo como preámbulo
La salida de Espinar se producía a la vez que este viernes se celebraba una cumbre informal de barones territoriales en Toledo. Secretarios generales pablistas y errejonistas como José García Molina (Castilla-La Mancha), Lander Martínez (Euskadi), Nacho Escartín (Aragón), Antonio Estañ (Comunidad Valenciana), Óscar Urralburu (Murcia), Álvaro Jaén (Extremadura), Kiko Garrido (La Rioja), Daniel Ripa (Asturias), Mae de la Concha (Baleares) y Noemí Santana (Canarias), se citaban en la capital castellano-manchega para pedir una salida en "unidad" de la crisis causada por Errejón.
Y esa toma de temperatura le ha servido a Iglesias para convocar el Consejo Ciudadano del sábado que viene. Si finalmente se decide negociar con Errejón, habrá sido el órgano soberano de Podemos el que le ordene hacerlo, y la dirección nacional quedará justificada para rectificar su reacción virulenta de los primeros días. Si se opta por responder al golpe presentando una candidatura alternativa en las autonómicas contra Más Madrid, habrá sido una decisión igualmente colegiada.
La dirección del partido, cuyo día a día está ahora en manos del secretario de Organización, Pablo Echenique, no descansa un solo día de restañar heridas. Pero la de la capital es una hemorragia.
"Nunca estuvimos en una posición de mayor influencia en el poder", dijo Iglesias en el el Consejo Ciudadano Estatal de octubre, para arengar a los suyos. Desde entonces, nunca ha estado peor.