Los extremeños suelen viajar a Madrid para pedir al ministro competente "un tren digno y del siglo XXI". El que tienen es del XIX. Su comunidad es hoy la única de toda España sin un sólo kilómetro de vía electrificado y su presidente, pese a que la situación no es nueva, tiene un serio problema. Guillermo Fernández Vara ha exigido al Gobierno "respuestas, explicaciones y acciones concretas" tras el grave incidente del día de Año Nuevo. A él se le puede escapar la Junta si su secretario general y presidente del Gobierno no encarrila una crisis que ahora, más que en cualquier otro momento, ha saltado a escala nacional.
En un tuit, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha lamentado que "pese a las medidas implementadas, que han reducido averías, aún se dan otras inadmisibles", por lo que se ha comprometido a "insistir en las mejoras a inversiones". El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se ha pronunciado 24 horas después de que 300 personas con destino a Madrid, entre ellas varios bebés y niños, se quedaran a oscuras y sin calefacción en el interior de un tren en mitad de la nada, protagonizando imágenes impropias. El convoy salió de Badajoz a las 17:18 horas y se detuvo hasta en dos ocasiones antes de hacerlo de forma definitiva a la altura de Navalmoral de la Mata (Cáceres). Los pasajeros completaron el viaje, de más de siete horas, en autobús.
Fernández Vara tiene hasta mayo para comprometerse con el electorado a tener lo que ha demandado a Ábalos y a Sánchez y que no suene a lo de siempre. Y Sánchez, la obligación de reaccionar, especialmente tras perder Andalucía, el último bastión socialista. Extremadura lo fue hasta 2011, cuando José Antonio Monago (PP) consiguió el poder. En 2015, Fernández Vara recuperó la región con la ayuda de Podemos.
Adif señala que el 85% de las obras de la línea entre Badajoz y Plasencia están acabadas. Este 2019 que tan mal ha comenzado es el que se espera como primero ya en la buena dirección hasta que algún día pueda llegar el soñado AVE. La electrificación está fechada para 2020, cuando se esperan ya tramos con ancho ibérico e internacional, es decir, hábil para la alta velocidad. También están pendientes las obras de las nuevas estaciones de Badajoz, Mérida o Cáceres.
2019 empieza con cuatro incidencias
Pero lo cierto es que el futuro sigue siendo una incógnita que avería a avería, retraso a retraso, sigue comprometiendo al Gobierno extremeño, ostente quien lo ostente, más aún cuando su color político coincide con el de la Moncloa.
Sánchez se la juega en la misma medida que su barón en cualquiera de los escenarios, tanto si el 26-M es la antesala de las generales como si éstas se celebran en paralelo. La crisis del tren y el momento político, con el auge del centro-derecha, no llaman al optimismo ni de uno ni de otro. Fernández Vara ya lleva unas semanas tomando distancia respecto a Sánchez, en especial por el tema catalán. Sin embargo, la pobre infraestructura ferroviaria le hace expresarse con mayor dureza y vehemencia porque no se trata sólo de una discrepancia política, sino también de una urgente necesidad.
Ya se han registrado cuatro incidencias en las pocas horas que van de año tras un 2018 plagado de ellas. Algunas, tan sonadas como el descarrilamiento en mayo del vagón de un tren de la línea Zafra-Huelva y en junio, el de un vagón que salió ardiendo cerca de Torrijos, con dos heridos leves. La paciencia de los extremeños se agota y Sánchez tiene cinco meses para convencerles de que dejarán de tener trenes del siglo XIX.