Pedro Sánchez ha paseado este viernes por La Habana acompañado por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, su mujer, Begoña Gómez, y la comitiva que le acompaña en el primer viaje oficial de un presidente del Gobierno de España a la isla en 32 años. Lo ha hecho con el estilo más informal que se le ha visto, con la chaqueta quitada, sosteniéndola en un brazo, y remangado.
La imagen recuerda a la del expresidente José María Aznar en esas mismas calles en 1999, acompañado por los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía. Se encontraban en la isla con motivo de la Cumbre Iberoamericana, celebrada allí ese año. Aznar, también sin chaqueta y conservando la corbata, caminaba relajado junto a los monarcas, éstos sin relajar el atuendo.
Hace apenas unos meses, Aznar aseguró que Fidel Castro "vació" el centro de la ciudad para forzar una reunión bilateral que finalmente no tuvo lugar: "Si queréis ver gente, visita bilateral. Y si no, no veis a nadie", sostuvo Aznar que le dijo el régimen.
La de Sánchez sí ha sido una visita bilateral, con una agenda, eso sí, que el socialista ha calificado de "muy completa" pese a que no se va a ver con la oposición al poder que ahora encabeza Díaz-Canel. Preguntado por la prensa, se ha defendido diciendo: "No voy a hacer públicas las conversaciones -con Díaz-Canel-, pero hemos hablado de todo".
En rueda de prensa, Sánchez ha subrayado el "carácter histórico" del viaje, "el primero de muchos" y anticipo, ha añadido, del que realizarán los Reyes en los próximos meses. Sánchez ha agradecido a Díaz-Canel la acogida y que haya facilitado lo que ha llamado "el fin a una anomalía que duraba demasiado tiempo".