Pablo Casado quiere rearmar ideológicamente al Partido Popular para que la formación sea identificable después de la era Mariano Rajoy. El nuevo líder planea una gran convención nacional en octubre para debatir sobre programas, principios y valores y llenar de contenido ideológico al PP. Una puesta a punto para poder ganar elecciones.
Prácticamente todo el partido se siente igualmente identificado con ideas como defender la unidad de España y la soberanía nacional, la libertad de todos los españoles, la igualdad de oportunidades, la prosperidad económica y la creación de empleo. Sin embargo, definir el modelo de familia y el derecho la vida generan una gran controversia interna.
Las reñidísimas primarias en las que Pablo Casado venció a Soraya Sáenz de Santamaría (57% del respaldo del partido frente al 43%) dejan en evidencia las dos almas que palpitan en el seno del PP. En la campaña de las primarias, Casado pidió un debate de ideas con su rival que nunca se produjo. La exvicepresidenta adujo que esa confrontación pública perjudicaba al partido. Casado buscaba precisamente eso: poner frente a frente los dos modelos distintos de partido que encarnaban y que ahora deben convivir bajo el mismo paraguas.
La obsesión del recién estrenado presidente es integrar a todas las familias que conviven en la formación porque "todo lo que está a la derecha del PSOE debe estar en el PP". Sin embargo, la defensa "sin complejos" de políticas conservadoras sobre la "vida y la familia" del presidente Casado ha hecho saltar las alarmas en quienes se sienten más liberales o de centro.
El propio líder del PP reconocía en una reciente entrevista con EL ESPAÑOL que, para él, el aborto "no es un derecho, es un fracaso" y dejaba para el Comité de bioética nacional una sentencia sobre los vientres de alquiler: "Es algo que tenemos que dejar en manos de los expertos y no hacer política partidista con ello".
Los temas más polémicos
"A Casado le gusta la familia numerosa tradicional, como a Esperanza Aguirre o a Ana Botella", señala un conservador que ha crecido en el PP muy cerca del presidente. "Va a haber mucho lío en temas que generan polémica, como cuándo puede una mujer abortar, por ejemplo; definir nuestra postura sobre los vientres de alquiler o si dos hombres pueden adoptar un hijo", adelanta otro destacado miembro del partido.
El último cóngreso de ideas que tuvo el PP fue en febrero de 2017 y el debate sobre algunos temas controvertidos se cerró en falso. Los conservadores no fueron capaces, por ejemplo, de acordar una posición clara y firme sobre la gestación subrogada. El partido decidió dejar en manos de expertos su valoración para definir un criterio sobre si debe regularse o no en España esta técnica de reproducción hasta ahora prohibida en el país. Pero desde entonces no se ha vuelto a tocar.
El coordinador del texto, el ahora vicesecretario de Organización Javier Maroto, aprobó una enmienda transaccional que dejaba abierta la puerta a que el PP apostara en el futuro por esta regulación. Pero recibió muchas enmiendas, tanto a favor como en contra. Hubo presidentes como Alberto Núñez-Feijóo o Cristina Cifuentes que la defendían, mientras que otros, como la exdiputada Lourdes Méndez, se oponía por ir contra la dignidad de la mujer. Un choque de ideas que también llegará al nuevo congreso. "No se puede volver a cerrar este debate en falso. Hay que tomar una postura e ir todos a una", afirma otro miembro del PP.
En busca del consenso
Los conservadores se tienen que enfrentar también a qué hacer con el aborto y la eutanasia, que su presidente se opone frontalmente a regular. Sin embargo, hay un numeroso sector del partido, los más centristas, que piensan que derogar ahora la ley actual del aborto "significaría retroceder veinte años de Democracia y no lo vamos a consentir". Varios miembros del PP consultados reconocen que "no es fácil poner de acuerdo a aquellos que defienden la vida desde su concepción con los que no ven con malos ojos que una chica de 16 años aborte si así lo desea".
Desarrollar planes de apoyo a la maternidad para ayudar a aquellas mujeres que quieren ser madres parece que será un tema más fácil de consensuar. "Políticas que ayuden a la mujer a acceder y reincorporarse al mercado laboral y cómo impulsar la conciliación familiar no debería llevarnos demasiados dolores de cabeza", añaden. La polémica y la división estarán servidas.