Los tres padres vivos de la Constitución acuden este miércoles al Congreso de los Diputados para dar su visión sobre una posible reforma de la Constitución que ellos mismos redactaron hace ya cuarenta años. El primero en intervenir ha sido Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, que ha sido claro y contundente en su exposición. A su juicio, reformar la Carta Magna es "posible" y "deseable" siempre y cuando sea "pactada".
Este jurista recordó en el Parlamento que es deseable modificar la Carta Magna "por los defectos que pueda tener", no alegando simplemente su antigüedad. "Si no, habría que someter a plebiscito también el Código Civil por tener normas notablemente añejas". Herrero y Rodríguez de Miñón puso como condición para proceder a la modificación de la norma fundamental que sea una reforma concreta. Es decir, "si se sabe qué se quiere reformar y para qué. No reformar en abstracto porque equivaldría a no reformar".
Además, este padre de la Constitución pide a los grupos parlamentarios que la reforma sea "consensuada, pactada", la gran virtud de la redacción de la Constitución de 1978. Otra de sus líneas rojas para abrir este debate es que la Carta Magna se cambie desde la Carta Magna. "Desde fuera de la Constitución no se puede hacer otro pacto, porque carecería de legitimidad y credibilidad".
El título VIII de la Carta Magna es, a juicio de Herrero y Rodríguez de Miñón, la parte más criticada. "Unos lo consideran excesivo, otros escaso. Todos los españoles, incluso los que no saben nada del tema, lo critican. Y cuanto menos saben más lo critican". El defecto fundamental de este título es "contiene normas procesales para llegar a un sistema que, en gran parte, nunca se han cumplido, se han sustituido por otras. Y en todo caso dejan un vacío grande".
El jurista apuesta por reformar "por mutaciones" la Carta Magna, que son acuerdos entre "grandes partidos" sin tener la necesidad de abrir en canal la Ley fundamental. Herrero y Rodríguez de Miñón defendió el municipalismo y las diputaciones para que los 7.000 municipios de España que no superan los 20.000 habitantes puedan seguir vivos. Apuesta porque los pueblos compartan competencias y porque las diputaciones provinciales estén representadas por los diputados autonómicos elegidos en cada provincia. "Que desempeñen funciones autonómicas y provinciales. No sería una carga de trabajo y supondría una muy notable reducción de personal".
En contra del sistema federal
Sobre la reforma del sistema autonómico, criticó duramente el sistema federal que pide el PSOE por tres razones. "Es un concepto muy polémico y si nos ahorramos el término, como nos lo ahorramos en 1978, damos un buen paso por la vía del consenso". También cree que es un concepto "indeterminado. No se sabe qué tipo de federalismo querríamos". Y "costoso: todos se convertirían nominalmente en Estados y es muy difícil mantener esa calidad".
El jurista también guardó unos minutos para reflexionar sobre el papel del Senado en el sistema político actual y pidió institucionalizar la conferencia de presidentes y tramitarlo por vía reglamentaria. "Existe una dificultad muy grande para reformar la Cámara Alta. ¿Cómo se van a distribuir los escaños, por población o por extensión geográfica? ¿Va a tener Madrid más senadores que Andalucía? ¿Qué funciones va a tener?".
Pérez-Llorca
Tras la intervención de Herrero de Miñón, le tocó el turno a José Pedro Pérez-Llorca, otro padre de la Constitución por UCD. El diplomático destacó que el mayor debate que se produjo en las negociaciones previas a la redacción de la Carta Magna fue en torno a la enseñanza. "Hubo un debate ideológico claro entre derecha e izquierda, entre PSOE y UCD". Fue, sin embargo, el primer gran acuerdo que consensuaron todas las formaciones políticas. "La enseñanza fue el pecado original de la Constitución, nuestro gran error", reconoció.
Para Pérez-Llorca, el principal reto es "pensar en el autogobierno de España". "Ustedes, como responsables políticos, van a sufrir una enorme presión concesiva para ir más allá en la autonomía", advirtió el exministro de UCD a los parlamentarios presentes en la comisión que aborda por primera vez en la historia de la democracia una posible reforma de la Constitución. "No veo que en la solución concesiva el grueso del nacionalismo acepte nada que no sea la llave para un referéndum pactado que lleve a la independencia", advirtió el diplomático.