El giro a la izquierda de Pedro Sánchez inquieta en la Zarzuela. Oficialmente, la Casa Real “no comenta cuestiones referidas a los partidos políticos”, pero el análisis que se hace de puertas para dentro refleja preocupación por el futuro de la monarquía a medio plazo. En Palacio temen que la corona quede etiquetada como una institución del PP, en lugar de una jefatura del Estado transversal y de todos los españoles.
El PSOE ha asumido la plurinacionalidad de España en su 39 congreso federal. La propuesta de Sánchez reconoce distintas naciones en España, pero mantiene la soberanía nacional en el conjunto del pueblo español. La plurinacionalidad no está definida, pero ya son dos partidos -PSOE y Podemos- los que han abierto un debate complejo, cuyo desarrollo y concreción es todavía una incógnita.
La vía republicana
Es cierto que el modelo de Estado no está todavía en cuestión. Pero hay algunas señales que preocupan al entorno de Felipe VI. El PSOE, por ejemplo, tuvo que retirar una enmienda a la ponencia política de su congreso que pedía implantar una República en España. Sánchez logró in extremis evitar una votación dividida e incluso una victoria de la enmienda. Podemos nunca ha pedido abiertamente un referéndum entre monarquía o República, pero es un debate claramente latente en el seno de la organización.
Todos estos movimientos no han dejado a la Zarzuela indiferente. Felipe VI acaba de cumplir tres años como rey de España. Uno de los objetivos estratégicos de su reinado es “despersonalizar” la institución. Es decir, pasar página al juancarlismo. El monarca quiere poner en valor las ventajas que supone la monarquía parlamentaria con los valores de unidad que representa para todos los españoles, más allá de la persona concreta que ocupe el trono.
A Felipe VI no se lo están poniendo fácil. El bloqueo institucional de los dos procesos electorales, que maniató por completo su agenda durante año y medio, el juicio a su hermana Cristina por el caso Nóos y el desafío soberanista de Cataluña están marcando el inicio de su reinado. Ahora, la ruptura del esquema tradicional de la Transición con la defensa del Estado plurinacional que hace la segunda fuerza política del país hace temer a Zarzuela que las tensiones en la batalla por la hegemonía de la izquierda acaben derivando en la apuesta por vías republicanas. Si ocurriera, algo que no está claro, la corona teme acabar etiquetada como una institución del PP. Cuando lo que se busca es precisamente la transversalidad política de una jefatura del Estado que represente a todos.
Buenas encuestas
Felipe VI está poniendo un gran empeño en modernizar la monarquía y dotarla de una mayor transparencia. Pero la situación política y especialmente las tensiones en Cataluña están marcando mucho su reinado. A pesar de todo, el rey ha conseguido devolver a la monarquía la buena valoración de las encuestas, tras el desplome de popularidad que sufrió en la recta final del rey emérito al frente de la jefatura del Estado.
En el reciente sondeo EL ESPAÑOL/SocioMétrica con motivo del 40 aniversario de las primeras elecciones, la monarquía aparece como la segunda institución más valorada por los españoles. La primera es las fuerzas de seguridad. La corona aprueba en todas las franjas de edad, aunque su nota es peor entre los más jóvenes. Y sólo los votantes de Unidos Podemos suspenden la corona.
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