El presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, volverá a encontrarse este martes con una fría recepción en Bruselas. En su agenda no hay reuniones con ningún alto cargo de la UE y el Partido Popular y Ciudadanos se han movilizado contra la conferencia que ofrecerá en la Eurocámara para defender la celebración de un referéndum de independencia en este año 2017. El PP ha pedido a los eurodiputados que no asistan, mientras que C's ha logrado que el grupo liberal ALDE -al que pertenecen la formación naranja pero también el PDeCAT (la antigua Convergència)- se desvincule de la convocatoria.
En contraste con los esfuerzos desplegados por el portavoz del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons, para boicotear el acto de Puigdemont, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, se ha descolgado con un tono conciliador que parecía amparar la convocatoria. "En Europa se defiende la libertad de expresión y es legítimo que cada uno defienda su visión política", ha dicho Dastis este lunes en Barcelona tras reunirse con el presidente de la Generalitat, en un encuentro que ha calificado de "amistoso y agradable".
"Seguiremos defendiendo, con arreglo a lo establecen los Tratados, nuestra visión del Estado de Derecho y de la democracia. Una España abierta, plural e integradora", ha agregado el ministro de Exteriores.
Más contundente que su compañero de gabinete se ha mostrado la ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, Dolors Montserrat, que se encontraba de visita oficial en Bruselas. "El president Puigdemont se equivoca de foro y de día", ha dicho Montserrat, que le ha reprochado al jefe del Gobierno catalán su negativa a asistir la semana pasada a la conferencia de presidentes autonómicos "para defender los intereses y los problemas reales de los catalanes".
"Aquí (en Bruselas) no es invitado y viene y donde le invitan no va", ha criticado la ministra de Sanidad. "Yo le diría al presidente Puigdemont que Europa es un espacio de unión, de cohesión, de crecimiento, de construcción juntos y no es un espacio de separación o desunión", ha agregado.
"Aliento de la extrema derecha"
Por su parte, González Pons ha enviado un correo electrónico a los 217 eurodiputados del PP europeo en el que les pide que no asistan a la conferencia del presidente de la Generalitat. "Vuestra presencia podría usarse para crear la falsa impresión de que el Parlamento Europeo apoya este referéndum ilegal. Es más, podría utilizarse para extender la impresión de que el PPE respalda este acto ilegal contra la Constitución española", escribe González Pons.
El jefe de la delegación del PP en Bruselas ha dicho en Madrid que el "brexit catalán" cada vez encuentra "más aliento en la extrema derecha". El popular ha restado trascendencia a la conferencia, que lleva por nombre The catalan referendum, subrayando que no es un acto institucional, sino un acto que realiza "dentro" del Parlamento Europeo "pero podría celebrarse en un bar".
Pons ha recalcado que la visita de Puigdemont es "particular, porque como particular ha alquilado una sala del Parlamento europeo, y va a reunir a los que quieran ir a verle para contarles su referéndum". Si el jefe del Ejecutivo regional hubiera querido ir a un acto de manera institucional, continuó Pons, "podría haberlo hecho, como lo hizo Susana Díaz hace unas semanas".
¿Nuevo 'brexit'?
El portavoz de la delegación española del PP asegura que "cada vez se entiende menos" la actitud de los independentistas catalanes porque en la UE el desafío "se ve como un nuevo brexit". Además, Pons aseguró que la amenaza de ruptura de España supone "más aliento para la extrema derecha. El grupo de (Nigel) Farage y el grupo de Le Pen cada vez ven con más alegría todos los movimientos que hace Puigdemont desde Cataluña porque un brexit en Cataluña ayudaría a romper un poco más una UE que en este momento no está pasando por su mejor instante".
Por su parte, el eurodiputado de Ciudadanos Javier Nart ha enviado una carta al delegado de la Generalitat en Bruselas, Amadeu Altafaj, para quejarse sobre la forma en que se ha convocado el acto de Puigdemont. "Es patético, ridículo el afán de la Administración autonómica de Cataluña de presentarse como un gobierno con todas las atribuciones", critica Nart.
"Valdría la pena que los independentistas meditaran y entendieran el porqué las instituciones europeas reciben normalmente a los presidentes de estados federados alemanes, comunidades autónomas o regiones y a nuestro honorable presidente y al 'pseudo-ministro de asuntos exteriores' no les recibe nadie'", ha señalado el eurodiputado.
La Eurocámara se desvincula
Además, el secretario de comunicación de la formación naranja, Fernando de Páramo, ha recriminado este fin de semana a la Generalitat que se haya gastado más de 120.000 euros en promocionar la conferencia en Bruselas, según los datos del portal de contratación pública del Gobierno catalán. El anuncio del acto ha sido publicado este lunes en periódicos como el Financial Times, Le Monde, Corriere della Sera o el FAZ.
Los eurodiputados del PSOE tampoco tienen previsto asistir al acto de Puigdemont, pero no han tomado ninguna iniciativa para disuadir al resto de parlamentarios del grupo socialista. "No vamos a contraprogramar con nada", explican fuentes socialistas. Tampoco Izquierda Unida acudirá a la conferencia, mientras que los parlamentarios de Podemos todavía no han tomado una decisión final. La que sí está confirmada es la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao. También estará el eurodiputado de Iniciativa per Catalunya-Verds, Ernest Urtasun, por "respeto institucional al presidente".
Para la conferencia de Puigdemont -en la que también participan el vicepresidente Oriol Junqueras y el conseller Raül Romeva, al que se presenta como 'ministro de Asuntos Exteriores'- se ha reservado una de las salas más grandes de la Eurocámara, con capacidad para 350 personas. Pero el propio Parlamento se ha desvinculado de la convocatoria. "Es un acto sin carácter institucional, organizado por eurodiputados a título individual", explican a EL ESPAÑOL fuentes parlamentarias. Los organizadores son los eurodiputados del PDeCAT, Ramon Tremosa, y de Esquerra Republicana, Jordi Solé y Josep Maria Terricabras.
Sin lista de invitados
Ni los organizadores ni la delegación de la Generalitat catalana en Bruselas han querido desvelar a quién se ha invitado además de a los eurodiputados, ni la lista de asistentes confirmados. La conferencia, programada para las 19:00 horas, se solapa con la recepción que concede el nuevo presidente de la Eurocámara, el conservador Antonio Tajani, a todos los diplomáticos acreditados en Bruselas. Una coincidencia que a priori impedirá que los embajadores de los países miembros puedan ir a escuchar a Puigdemont.
Tremosa ha acusado al PP de "contraprogramar" para tratar de impedir un lleno total en el acto sobre el referéndum. Sin embargo, desde el Parlamento Europeo aseguran que el acto con los diplomáticos estaba convocado desde hace meses y se celebra cada año durante la segunda quincena de enero.
La conferencia sobre el referéndum será el único acto de Puigdemont en la capital comunitaria. No tiene previsto atender a la prensa ni tampoco ha pedido reuniones con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ni con Tajani. "Quiere hacer llegar a la UE un mensaje claro y transparente y expresado en la cámara de representación democrática de la Unión", explican a este periódico fuentes de la Generalitat.
Puertas cerradas
Puigdemont tiene previsto explicar que hay una mayoría en el Parlamento catalán que quiere pactar con el Estado un referéndum de independencia vinculante, que el Gobierno de Rajoy se niega a negociar y que la consulta se celebrará en cualquier caso este 2017. También defenderá que el proceso soberanista catalán tiene vocación europea.
Pero lo cierto es que desde que su antecesor, Artur Mas, empezó a defender la independencia en 2012, las instituciones de la UE han cerrado sus puertas a los representantes del Gobierno catalán. En su anterior visita en mayo, tanto Juncker como el entonces presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, se negaron a recibir a Puigdemont.
Y los dirigentes comunitarios han rechazado hasta ahora dar cualquier legitimidad a las aspiraciones independentistas de la Generalitat. Todos los líderes europeos repiten cada vez que se les pregunta que se trata de un asunto interno que depende del orden constitucional español. Eso sí, avisan de que si Cataluña se independizara de forma unilateral quedaría automáticamente fuera de la Unión y tendría que pedir su reingreso, que podría ser vetado por cualquier Estado miembro.