Inés Arrimadas (Jerez de la Frontera, 1981) es la dirigente regional más importante de Ciudadanos. El partido es la segunda fuerza política en Cataluña y Arrimadas lidera la oposición en el Parlament. Ciudadanos ha pasado de tres a 25 escaños en menos de diez años en Cataluña.
Arrimadas rechaza cualquier sugerencia de que su partido ha ablandado su discurso contra el independentismo. “Me parto la cara todos los días”, dice. La dirigente catalana asegura que el mensaje de Ciudadanos no se ha movido un ápice ante quienes le acusan de un giro catalanista. Niega que defender proyectos como el corredor Mediterráneo o la mejora de la financiación autonómica suponga un cambio y reta a las voces críticas a encontrar una sola votación en el Parlament que cuestione la línea tradicional de Ciudadanos.
Arrimadas explica que la única diferencia es que han ganado en experiencia. Y que al tener más representación hacen muchas más propuestas en ámbitos que no son sólo el separatismo o la política lingüística.
“Hay que construir una alternativa completa de gobierno sin renunciar ni a nuestros principios ni a nuestros valores. No podemos renunciar y no vamos a renunciar a nada”, asegura.
¿Usted apoyaría en algún momento o de alguna forma la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña?
No creo que haya una sola persona que piense que yo estoy a favor de un referéndum de independencia en Cataluña. Algunos lo dicen, pocos, pero seguro que pensarlo nadie. Esto es una campaña del PP de Cataluña, que yo entiendo que estén un poco desorientados y con un papel secundario, pero me parece muy triste que en un momento tan importante como éste se dediquen a atacar a otro partido constitucionalista. Repito. No hay nadie que se pueda creer que estoy a favor de un referéndum de independencia. Me parto la cara todos los días para explicar por qué no es bueno separarnos.
¿Ha cambiado el mensaje de Ciudadanos en Cataluña? ¿Ha cambiado usted?
No ha cambiado absolutamente nada. Tenemos más experiencia, tenemos un buen equipo y somos alternativa de gobierno en Cataluña. No sólo somos los que más claro hablamos en contra del separatismo, sino que además somos los que más propuestas presentamos en el Parlament y los que mejor equipo técnico tenemos. Estamos liderando la oposición en esos dos aspectos: somos los que más claro hablamos, con buenas formas, pero contundentes en el fondo; y después ofrecemos una alternativa. Estamos en un momento en el que no sólo tenemos que decir, que hay que decirlo, que no a la independencia. Sino que hay que decir sí a una España reformada, una España nueva, una España que ilusione. Y ahí Ciudadanos tiene mucho que aportar, porque los viejos partidos no han querido ni han podido reformar España. La mejor alternativa al separatismo es una España reformada, una España que funcione.
No hay nadie que se pueda creer que estoy a favor de un referéndum de independencia.
En este proceso de construcción de Ciudadanos como alternativa de gobierno en Cataluña, ¿ha olvidado el partido algunas de sus luchas como la política lingüística?
En este pleno y en el anterior hemos presentado iniciativas respecto a la lengua: la eliminación de las multas lingüísticas y respeto al trilingüismo en las escuelas. Pero es que presentamos muchas más cosas, porque para gobernar Cataluña hay que pedir por supuesto que el sistema sea trilingüe, que las administraciones sean bilingües y que se acabe con las multas lingüísticas. Pero hay que pedir muchas más cosas. Hay que hablar de Sanidad, hay que hablar de Educación.
Pero quizá han descuidado su discurso más tradicional.
¿Le duele escuchar las críticas de algunos de los intelectuales catalanes que fundaron Ciudadanos?
Estoy muy tranquila. Los que siguen mi actividad parlamentaria saben que seguimos siendo los más claros, sin dobleces y sin mochilas contra el separatismo. No lo puede decir el PP que ha pactado con CiU y los Pujol toda la vida. No lo puede decir por supuesto el PSC, que no se sabe muy bien dónde está. Tampoco Podemos, que está avalando un referéndum de separación. Los únicos que podemos decirlo con tranquilidad y con contundencia somos nosotros.
Para gobernar Cataluña hay que pedir por supuesto que el sistema educativo sea trilingüe y que se acabe con las multas lingüísticas. Pero hay que pedir muchas más cosas.
¿Cree que Ciudadanos puede gobernar Cataluña?
Espero que sí. Lo que tenemos que hacer es aumentar la base de personas que apuestan por reformar España y no romperla. Y ofrecer una alternativa ilusionante. El gobierno catalán le echa la culpa de todo al Gobierno de España o a España. Nosotros estamos ahí recordando cada día lo que se ha gestionado mal desde el Gobierno de Cataluña. Y a parte somos decisivos también en el Congreso de los Diputados para impulsar reformas que nunca se habían podido poner encima de la mesa porque los viejos partidos las bloqueaban.
Ustedes hablan ahora de financiación autonómica, por ejemplo.
Nosotros queremos superar las luchas territoriales. Queremos crear un sistema para todas las comunidades autónomas que esté pensado para garantizar los servicios a los ciudadanos. No queremos reproducir lo que se ha hecho siempre de Andalucía luchando contra Madrid y Madrid luchando contra Cataluña. Queremos un sistema que funcione mejor, que sea más justo, que garantice mejor los servicios de los ciudadanos, que sea más previsible y menos opaco y que además haya partidas blindadas para la Sanidad y la Educación. Es un modelo que funciona en otros países europeos, pero en España no se ha querido abrir este debate porque siempre se ha hecho desde un punto de vista de lucha territorial y no de vamos a ver entre todos cuánto cuestan los servicios y cómo podemos garantizar los servicios a la ciudadanía. ¿Será bueno para Cataluña? Claro. Pero será mejor para toda España.
¿Y no le suena todo esto al discurso habitual de la conquista autonómica?
Todo lo contrario. Lo que hago es un discurso de país. Vamos a reformar la financiación de todas las comunidades autónomas superando una mera pugna territorial. Y vamos a poner números a ver cuánto valen los servicios. Yo quiero que los catalanes tengan garantizada la Sanidad, la Educación y los servicios sociales. ¿Hay que hablar del sistema de financiación de las comunidades? Claro que sí. ¿Eso significa que estamos haciendo una lucha territorial? No.
Una lucha territorial sería el clásico yo quiero todo para mí. Es una superación de los viejos partidos que han convertido esto en una lucha territorial. Nosotros nos inspiramos en el modelo alemán, adaptado siempre a nuestra realidad. Allí hay también descentralización de servicios. Es un sistema que funciona para todos los landers y que funciona bien. Si lo adaptamos y mejoramos para nuestro país puede ser bastante útil.
¿Y qué le parece entonces la estrategia de responder con inversiones de Soraya Sáenz de Santamaría?
Venimos de cuatro años de mayoría absoluta más un año en funciones, en los que el PP no hecho nada por abrir el diálogo sobre lo que sí que se puede hablar, que es infraestructuras y sistema de financiación. Yo claro que quiero que aumente la inversión en el Cercanías de Cataluña. Cualquiera que aspire a gobernar su comunidad autónoma quiere más inversiones y mejores servicios. Yo quiero que se abra el melón de la financiación de las comunidades autónomas. Y estas cosas, entre otras como el corredor Mediterráneo, son exigencias que hemos puesto al PP en nuestro acuerdo de investidura.
Artur Mas ha reconocido siempre que el mejor escenario para ellos es el del bloqueo. Por lo tanto, vamos a empezar a salir del mejor escenario para los gobiernos separatistas. Vamos a dialogar sobre lo que sí que se puede dialogar, porque al final ellos son los que quedan retratados. A la conferencia de presidentes que va abordar la financiación, Puigdemont dice que no va. El principal responsable de lo que está pasando es el gobierno de la Generalitat, eso no lo dudamos. Pero claro que el PP podía actuar de otra manera.
¿Y usted cree que se va a frenar el independentismo con todo esto?
Que nadie piense que hay una solución mágica para una cosa que lleva forjándose décadas. Solución mágica para mañana no hay. Proyectos de futuro ilusionantes, sí. La mejor alternativa al separatismo es hacer un proyecto ilusionante en España, con Cataluña dentro por supuesto. Queremos reformar España para que sea un proyecto atractivo, también incluso para los que piensan ahora mismo que la mejor alternativa es la independencia. Y desde Cataluña queremos ser una alternativa de gobierno que empiece a gobernar Cataluña; no a maquinar para la independencia sino a gobernar las infraestructuras, la Sanidad, la Educación.
Los que siguen mi actividad parlamentaria saben que seguimos siendo los más claros, sin dobleces y sin mochilas contra el separatismo.
¿Cómo es su relación con Puigdemont? ¿Qué le traslada de su proyecto de nuevo referéndum?
Soy una persona educada y me hablo con todo el mundo. Con Puigdemont no tengo una relación estrecha, pero es cordial. Normalmente no me traslada cosas muy diferentes a las que dice en público.
Hablemos de política nacional. ¿Cree que el Gobierno se la ha jugado a Ciudadanos con los impuestos y el techo de gasto?
Creo que hay que esperar. Creo que la negociación por primera vez en muchos años de un Presupuesto nacional entre diferentes fuerzas políticas va a durar tiempo. Hay que tomárselo con calma y vamos a ver cómo queda al final. No queremos que se suban los impuestos. Exigimos al PP que no tocara los que más afectan a los ciudadanos, que son el IRPF y el IVA. Jamás vamos apoyar unos presupuestos que puedan subir estos dos impuestos. Si el PP se pone de acuerdo con el PSOE en subir otros ya nos lo explicarán.
Hay recursos suficientes para cumplir con el déficit y los requisitos con nuestros socios europeo sin que las clases medias y trabajadoras vuelvan a ver otra vez una losa sobre sus cabezas. Hay margen para pinchar la burbuja política o recaudar más dinero de la amnistía. Y esa va a ser nuestra postura en la negociación de los Presupuestos. Que el PSOE entre a negociar no me parece mal. Es necesario un tercer partido. Ahora, si empiezan a negociar para subir algunos impuestos ya lo explicarán. Nosotros pensamos que se puede reducir de la burbuja y recuperar dinero de la amnistía fiscal, y creemos que se pueden reforzar a la vez las políticas sociales.
Me llevo muy bien con Albert Rivera, hablamos casi todos los días y me siento muy orgullosa de tenerlo como presidente.
Estamos en un congreso de liberales europeos. ¿Cree que hay espacio suficiente en España para una formación como Ciudadanos?
Con una campaña muy polarizada entre populismo y PP, sin grandes espacios ni instituciones a nuestras espaldas, hemos tenido 3,2 millones de votos. Claro que hay un espacio para un partido de centro, liberal y europeo en España. Y creo que se está consolidando. Esto es un proyecto de futuro a largo plazo.
¿Cómo se lleva usted con Albert Rivera?
No creo que haya nadie que se crea que tengo un problema con Albert. Me llevo muy bien con él, hablamos casi todos los días y me siento muy orgullosa de tenerlo como presidente. Tenemos un partido que es un gran grupo humano y una estructura consolidada.