Pablo Iglesias y Alberto Garzón quieren reforzar los lazos que unen a Podemos e Izquierda Unida. Cada uno lo dice a su manera, de forma más o menos eufemística, pero caminan en la misma dirección. Sin embargo, sus planes de fortalecer la "unidad popular", que acaso tengan como finalidad una fusión definitiva, están ya encontrando fuertes resistencias en sus respectivas formaciones. La vieja guardia de IU y el sector errejonista de Podemos no quieren ni oír hablar de una integración y remarcan su independencia. 

Este lunes los dos dirigentes de Podemos e IU apelaban a la necesidad de robustecer su alianza. Abría el fuego por la mañana Alberto Garzón al afirmar que su intención es "superar IU" y hacerlo "cuanto antes". La finalidad es articular ese "bloque histórico" mentado en el pasado por el propio Iglesias. 

Iglesias evita hablar de fusión

La prisa que parece tener Garzón por articular una integración contrasta con los tiempos que manejan en Podemos. Primero, Pablo Echenique admitía que en la II Asamblea Ciudadana de Podemos, también conocida como Vistalegre II, se debatirá sobre cuál es la relación con IU, pero apelaba a un ritmo más pausado. Ya por la tarde, el propio Pablo Iglesias apuntaba, tanto en un artículo en Público como en unas declaraciones antes de la presentación de un libro, a aumentar esos lazos pero con más calma. 

"La confluencia no es algo que se tenga que construir siempre por arriba, sino por abajo, respetando la independencia de todas las organizaciones", defendía Iglesias, que hablaba de "convivir en un espacio político amplio" pero no decía que quiera una fusión con IU. Eso sí, se refería a la necesidad de que "las bases se vayan acostumbrando a que construyamos espacios de convivencia, para conocernos, convivir y finalmente abrazarnos". Y, para enredar aún más la madeja, remarcaba que "somos organizaciones políticas diferentes". 

Iglesias, por tanto, evitaba hablar de fusión con IU, pero en sus declaraciones y, sobre todo, en su artículo aparecían mensajes que van en esa línea. Por ejemplo, escribe que "el Podemos que necesitamos no debe parecerse al Podemos que nació hace tres años" o apuesta por "un Podemos que no necesite proclamarse transversal sino que construya la transversalidad en los conflictos". 

Los contrarios a cualquier integración

Más allá de lo complejo de los discursos y de los matices temporales citados, en puridad el debate que se está empezando a escuchar entre los dirigentes de Podemos e IU es más sencillo: unirse o no unirse. Y ahí es donde los críticos con Garzón e Iglesias en uno y otro partido lo tienen claro.

En el seno de IU incluso ha surgido un movimiento llamado "IU, sí, con más fuerza" que en su web define claramente que se opone a cualquier tipo de integración con el partido de los círculos. Cayo Lara es uno de los miembros de este grupo crítico con la dirección federal de Alberto Garzón. 

En Podemos este debate tampoco es baladí. De hecho, será una de las claves principales que se tendrán que decidir en la II Asamblea Ciudadana. En esta cita, aún sin fecha, se evidenciarán las diferencias entre los dos grandes sectores del partido morado: pablistas y errejonistas. Entre estos últimos la oposición es más que frontal a cualquier fusión con IU. De hecho, ellos fueron los más refractarios a la alianza electoral para el 26-J. 

¿El nuevo Podemos o el Podemos del principio?

Frente al nuevo Podemos, distinto al de los inicios, que preconiza sin tapujos Pablo Iglesias -"no debemos parecernos a hacer tres años"-, está el Podemos que quieren Errejón y los suyos: independiente pero con alianzas puntuales. Y nada mejor que un reciente tuit del secretario político para mostrar esas discrepancias con los pablistas sobre el futuro del partido morado. 

 

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