Rajoy tiene la legislatura donde quería: en la palma de la mano mientras reposa unos días en su habitual refugio gallego, Ribadumia. Sin explicar todavía cuando sería la fecha de la investidura, tras múltiples evasivas a la prensa, Rajoy no ha tenido reparo en marcar los tiempos que mejor le convenían, incluso si era preciso bordeando los límites de la Constitución.
Desde hace una semana, el panorama político puede empezar a desbloquearse. La mano tendida de Albert Rivera a Mariano Rajoy fue el momento de la semana. Rajoy contaba ya con una propuesta sobre la mesa para acordar una investidura a cambio de seis condiciones. Mañana, miércoles, lo más probable es que el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular ceda y otorgue el “sí” a Albert Rivera. Sin embargo, fuentes del partido afirman que también se reservarán una serie de apreciaciones a algunos de los requisitos debido a su “compleja arquitectura jurídica”.
Esas apreciaciones podrían tener que ver con lo que Pablo Casado planteó la semana pasada, cuando dijo que Rajoy podría plantear una “alternativa asumible” a las seis condiciones de regeneración de Ciudadanos, fijadada por el líder del partido naranja como una condición ineludible para pactar con Rajoy. Sin ellas, no sería posible llegar al ansiado acuerdo de investidura. Fernando de Páramo, secretario de Comunicación de Ciudadanos, dijo a EL ESPAÑOL que el documento no admite modificaciones y las condiciones "se firman o no se firman".
La reunión del Comité Ejecutivo Nacional será una especie de jornada de reflexión del PP en la que se determinará la estrategia del partido para las próximas semanas. Lo más probable es que la decisión que surja de esa reunión sea la aceptación de las condiciones y el pacto con Albert Rivera. Como sostiene un alto cargo del PP, una vez terminado el cónclave, que reúne a la dirección del partido, a sus altos cargos y a sus barones territoriales, Rajoy llamará a Rivera para fijar el momento de una nueva reunión, y será entonces cuando seguramente el líder de los populares le trasladará su decisión sobre el día y hora de la sesión de investidura.
De hecho, algunas fuentes del partido ya han confirmado que el desenlace más seguro probablemente acabe siendo el “sí” a Rivera por parte del Partido Popular. Sería el primer paso para edificar una mayoría simple, válida en la segunda vuelta de la aun no convocada sesión de investidura. Una sesión a la que Rajoy se ha de someter sí o sí, al aceptar el encargo del rey. Sin embargo, aunque mañana, miércoles 17 de agosto, Rajoy y su Comité Ejecutivo acepten las condiciones de Ciudadanos, es bastante difícil que se anuncie el día en que será la fecha del debate de investidura.
Fuentes del propio PP aseguran que habrá que tener paciencia, y esperar algo más para conocer las intenciones de Rajoy. Las mismas fuentes aseguran que, si todo transcurre según lo previsto, la fecha de esa sesión de investidura a la que el líder del PP debe presentarse, será conocerá unos cuantos días después del cónclave organizado por el Comité. Por tanto, lo más seguro es que la semana del 22 de agosto se sepa ya en qué fecha será la sesión de investidura a la que el presidente en funciones se presentará, cumpliendo el mandato del rey.
El reloj de Rajoy
Lo que ha quedado claro en estos meses es que Rajoy está manejando el tiempo a su antojo. En la anterior y fallida legislatura, Rajoy no se presentó, jugando al don tancredo con Pedro Sánchez, quien se inmoló en su investidura con la negativa en masa del PP y de Podemos. Ahora, pese a no contar tampoco con los apoyos necesarios, Rajoy ha jugado con su principal arma para cumplir los plazos que a él le interesan: Ana Pastor. La nueva presidenta del Congreso de los Diputados está regulando los tiempos como el propio Rajoy quiere. Las horas del agosto madrileño pasan lentas, pero eso a Rajoy no le importa. El tiempo juega a su favor.
La distancia entre las fechas deja entrever que la posible investidura llegaría la primera quincena de septiembre. Sin embargo, no dejan de ser cábalas e hipótesis que un Mariano Rajoy baraja como cualquier otra opción. “Rajoy es muy reticente a ir a un debate de investidura sin los apoyos suficientes, pero sabe que la presión al PSOE se va a redoblar hasta límites difíciles de aguantar", explica un cargo consultado. Una vez obtenido el apoyo de Ciudadanos, es el apoyo de Sánchez el que hay que recabar. Una tarea que hoy en día se antoja imposible, toda vez que Sánchez se encuentra más que nunca entre la espada de su partido y la pared de la abstención. Por los lados, la mano tendida del PP y la de Podemos.
Esa es la situación que tanto Rajoy como Albert Rivera desean, ejercer con la crítica el desgaste sobre Pedro Sánchez, quien ya recibe reproches desde dentro de un partido dividido por barones con opiniones muy contrarias sobre lo que el PSOE debe hacer.
Analizarán las condiciones de Ciudadanos
La teoría de los seis pasos de Rivera será objeto de estudio este miércoles en el seno del PP. Más allá de algunos matices técnicos, ninguna de las seis premisas plantea rechazo en el PP. “Será un trámite”, afirman fuentes del partido. Sin embargo, como suele ser habitual en los Comités Ejecutivos, habrá diálogo interno, aunque en ningún caso para tumbar la propuesta de Ciudadanos.
El PP no puede renunciar a una sola de esas condiciones si quiere mantener el apoyo de Rivera. Los nuevos seis mandamientos de Ciudadanos se deben recitar como un mantra en la Moncloa. La primera, la expulsión inmediata de cualquier cargo público imputado por corrupción política. La segunda, eliminación de los aforamientos. La tercera, aprobación de una nueva ley electoral (que incluya el desbloqueo de listas, el fin del voto rogado en el extranjero y la modificación del peso relativo de cada voto en el reparto de escaños). La cuarta, acabar con los indultos por corrupción política. La quinta, limitar los mandatos presidenciales a ocho años o a dos legislaturas. Y la sexta es la creación de una comisión parlamentaria para investigar el caso Bárcenas.
Hasta el momento, las condiciones de Ciudadanos no son de forma alguna negociables. Esto mismo es lo que ha subrayado hoy la portavoz del partido en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís. Ambos partidos, que escenifican la negociación antes de terminar sellar el acuerdo, reproducen idénticas críticas sobre un Pedro Sánchez desaparecido en combate desde hace semanas.