"Proposición de ley del Código Tributario y de aprobación de los libros primero, segundo y tercero, relativos a la Administración Tributaria de la Generalitat de Cataluña". Así se titula el segundo acto del desafío de la Generalitat al Gobierno de España. En este capítulo de la serie, el Govern catalán, de la mano de la CUP, sigue dando pasos hacia la desconexión con España. En una escalada de desafío al Tribunal Constitucional y al Ejecutivo de Mariano Rajoy, los dos socios de gobierno han registrado este viernes en el Parlament el primero de los tres órdagos en su hoja de ruta hacia el brexit catalán: se trata del texto de la ley de la Agencia Tributaria de Cataluña. Una suerte de corte de mangas al Gobierno.
Con dicha agencia tributaria, las formaciones separatistas prevén crear un consejo fiscal, un órgano asesor en el que figurarían académicos y expertos en materia tributaria. Al mismo tiempo que la iniciativa entraba en el Parlament, el Consejo de Ministros respondía al mensaje lanzado esta semana por los independentistas. La vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, expuso la posición del gobierno ante los separatistas. “No estamos solo ante un desafío institucional, estamos ante un desacato del constitucional. Es una vulneración de la constitución -señaló la ministra-. Supone colocar a una institución y a sus miembros por encima del resto de la nación".
Mientras, en Cataluña, el siguiente paso se consumaba. La hipotética y posible ley de hacienda veía la luz, tan solo bajo el amparo de los dos grupos de gobierno del Parlament, que afianzan así su vínculo en alguna medida tras meses de discrepancias. Y la han dividido en dos partes, una de las cuales se dio a conocer en la mañana de este viernes. La otra, ya con más tiempo, tras las vacaciones de verano.
Una diputada de cada partido compareció ante los medios para explicar el nuevo peldaño que se asciende en la escalada de la desconexión con España emprendida por el Govern. Según María Senserrich, de JxSí, y Eulàlia Reguant, de la CUP, el alumbramiento de esta nueva ley tributaria supone una demostración de la voluntad del compromiso adquirido con la independencia. El órdago no cesa.
Todo está planeado al detalle: un capítulo de disposiciones generales, otro de creación de la Agencia Tributaria de Cataluña y la Junta de Finanzas, un Consejo Fiscal y también un Instituto de Investigación y Formación. Todos los mecanismos quedan así dispuestos para la posible escisión del estado. El Govern comienza a disponer, tras meses de discusión interna, las piezas sobre el tablero.
"No nos moverán"
Algunas personalidades del Govern reconocen ya sin miedo que no hay vuelta atrás a lo que está sucediendo, que todo es irrefrenable y que el impulso del soberanismo y del referéndum unilateral es ya una realidad implacable. "No nos moverán", aseguraba la consellera de la Presidencia, Neus Munté, cuando le preguntaban por la hoja de ruta hacia la desconexión. “El Govern no se moverá”.
Ha respondido además, a la advertencia del Gobierno, por parte de Soraya Sáenz de Santamaría, quien aseguraba que el TC tenía que hacer algo con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, la artífice desde la presidencia de la cámara autonómica de que se llevase al pleno la cuestión independentista. Munté ha calificado de “inadmisibles” las “amenazas” desde las altas instancias del estado.
Asimismo, Munté ha enarbolado la victoria de Junts pel Sí y la CUP en las pasadas elecciones del 27 de septiembre como la coartada que pudiera obrar la ruptura final. “Ningún tribunal puede pasar por encima de la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas”, ha exclamado sin complejos.
Munté, quien encabeza la refundación de la frágil Convergencia junto a Artur Mas, ha proseguido con su retahíla de críticas hacia el gobierno en funciones, amparándose en la constitucionalidad democrática de la escalada que están llevando a cabo. “El Gobierno español nuevamente amenaza, pero desde Cataluña no nos moveremos de nuestro camino, profundamente democrático, avalado por los votos de los ciudadanos que se pronunciaron a favor de la hoja de ruta, que continúa intacta”, ha subrayado.
Reproches a Rajoy
Tampoco se quiso olvidar de Mariano Rajoy, quien el pasado jueves deslizaba ante los medios que podía eludir la sesión de investidura que el Rey le ha encargado. “Lleva más de 200 días sin someterse a una sesión de control. Veo al PP más motivado por entorpecer los actos democráticos que por reforzarlos”.
Las respuestas por parte del Estado, a juicio de la consellera, redundan en la reiteración de “amenazas”. A su juicio, el Gobierno de España vive en un estado perpetuo de ignorancia según el cual miran hacia otro lado ante el clamor de los independentistas. “No podemos entender cómo desde el Gobierno se pueda ignorar el clamor de más de dos millones de personas”, ha zanjado.
Días atrás Junqueras lo avisaba en su visita a Madrid: “No se puede decir que no se sepa lo que queremos. Siempre hemos sido muy claros”. Uno a uno, los mecanismos orquestados por Junqueras y sus compañeros de viaje están ya en marcha. La CUP, entretanto, sonríe satisfecha. La preocupación era mayor hace una semana, con los anticapitalistas negándole al Govern los presupuestos. También ahora sonríe Puigdemont, quien ve a lo lejos la cuestión de confianza a la que se someterá el próximo mes de septiembre, si bien ahora con más claros que nubes en el cielo de Barcelona.