El PSOE-A ha puesto en marcha la estrategia los dos noes: no a la gran coalición y no a la investidura de Mariano Rajoy, o no facilitar un gobierno del PP, si es que se animaran a cambiar de candidato. Lo que no está tan claro es la negativa a la abstención que le abra de nuevo a los populares la puerta de La Moncloa. Una abstención mínima, como la propuesta por el socialista extremeño Guillermo Fernández Vara, no parece entrar en los planes de los socialistas andaluces por el momento. Es una “posición particular” que no quieren entrar a valorar.
Lo mejor parece ser para el PSOE-A dejar rodar la pelota hasta la cita interna del próximo sábado. “Todo será fijado en el comité federal”, ha zanjado Juan Cornejo, secretario de Organización. Por eso, mientras tanto, lo que está marcado es el “no” a la investidura de Rajoy acordado en el último Comité Federal
Sin embargo, de darse ese escenario de una necesaria abstención parcial de un grupo de diputados, no parece que en un principio haya predisposición de los andaluces a ayudar. Aún le pesa mucho a Susana Díaz que el PP bloqueara tras las pasadas elecciones autonómicas su investidura. Aún con mejores resultados proporcionalmente que los obtenidos en las generales por Rajoy, los populares no accedieron a abstenerse.
La parálisis fue de 80 días, se corrigió gracias a Ciudadanos, y ahora los socialistas andaluces no quieren ponérselo fácil. Y más aún, después de que el PP andaluz esté presionando a Susana Díaz, apelando a su responsabilidad y su sentido de Estado, y le piden que se deje de ambigüedades y hable claro como Fernández Vara.
Este episodio lo ha vuelto a recordar Cornejo, quien ha dejado caer que “Rajoy debe mirar a la derecha, empezar a moverse y buscar los apoyos suficientes para un gobierno”. Desde La Línea de la Concepción (Cádiz), Díaz también ha mencionado por enésima vez su mala experiencia de hace apenas un año, pero en este caso por otra razón. No paró un sólo día hasta lograr acuerdo, y por eso, ha instado a Rajoy a “mover ficha” ya y a ponerse a trabajar para darle “cuanto antes” un Gobierno a España, en lugar de intentar “poner en hombros del PSOE lo que es su responsabilidad”.
Según informa Europa Press, al ser preguntada por el silencio del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha mostrado “respetuosa” porque es él quien debe marcar los tiempos. No obstante, ha dicho que está “convencida” de que Sánchez expresará su opinión “en las próximas horas” y que esta será acorde con el resultado de las elecciones y el lugar en el que les han situado los ciudadanos, es decir, la oposición.
“¡Ojito con las consultas!”
De abrirse paso la posibilidad de una consulta entre las bases sobre la postura ante la investidura de Rajoy, esta se considera en el PSOE-A como algo para ocasiones excepcionales. De todas formas, Díaz ya afirmó días atrás que si había que consultar se consultaría.
Cornejo ha defendido a capa y espada la democracia representativa y la necesidad de órganos de control, pero ha puntualizado que estará bien preguntar a la militancia si lo decide el comité dederal del partido. “Pero, ¡ojito con las consultas!”, ha advertido, insistiendo en que no se puede estar cuestionando el modelo de democracia representativa y que la democracia directa es “una trampa” en muchas de las situaciones.
Por si quedara alguna duda sobre la negativa rotunda ya expresada por Díaz a la fórmula de la gran coalición, la ejecutiva del PSOE-A ha añadido una razón más: “no es bueno para España”. En el argumentario del PSOE andaluz está fijado que de entrar en ese juego, el PSOE dejaría su posición de “alternativa constitucional” al PP. “De no ser así, la única alternativa que quedaría es populismo o independentismo”, ha argumentado Cornejo.
La posibilidad de que pudiera irse hasta finales de año el congreso ordinario del PSOE, en el que deberá renovarse la dirección del partido y la secretaría general, está en el aire. La líder andaluza está bajo el punto de mira por sus posibles aspiraciones. Por eso, desde esta federación también esquivan la pregunta: no hay que distraerse con las cuestiones internas, lo importante es que haya un gobierno y, en todo caso, a quien compete esto es a la ejecutiva federal.
De todas formas, el calendario marca plazos. Todo dependerá de si hay o no nuevo gobierno en julio. El mes de agosto es un mes inhábil no sólo en el Congreso y en el Senado, sino que también lo es a nivel orgánico en el PSOE. Eso impide la celebración del cónclave y pospone su convocatoria a septiembre, por lo que cubriendo con el trámite preceptivo de los 60 días, no podría tener lugar hasta finales de octubre.