El espíritu de Paco de Lucía invadió el Festival de San Javier con Niño Josele y Antonio Serrano
El espectáculo más flamenco del Festival de Jazz de San Javier homenajeó al guitarrista gaditano, en una noche en la que también cantó José Luis Jaén.
Las luces del auditorio se apagan, y se hace el silencio. Un grupo de músicos que acaban de aparecer en el escenario empieza a interpretar los primeros acordes de una melodía que a todo el mundo le suena. En un momento dado, dos hombres se hacen protagonistas de la escena: el Niño Josele a la guitarra, y Antonio Serrano a la armónica, es entonces cuando los instrumentos estallan ante las notas de 'Entre dos aguas'. El Auditorio Parque Almansa se viene abajo, y el espíritu de Paco de Lucía se hace dueño del Festival Internacional de Jazz de San Javier.
Los asistentes de este espectáculo pudieron vivir más de dos horas de magia flamenca en la noche del pasado sábado 20. Dos horas de música capitaneada por Niño Josele y Antonio Serrano para interpretar un homenaje muy emotivo: 'San Javier a Paco de Lucía'. Aunque la noche ya había empezado fuerte con la actuación previa de José Luis Jaén, que ante la sorpresa de los que venían a rememorar las actuaciones del maestro de la guitarra, puso los pelos de punta a todo el auditorio con su voz.
El homenaje a de Lucía comenzaba pasadas a las 23 horas, sin prisa. Pero cuando los seis artistas flamencos se pusieron a los mandos de sus respectivos instrumentos, realizaron un comienzo para la historia. Comenzaba a sonar 'Entre dos aguas'. Ya desde esta primera interpretación consiguieron llevarse el público al bolsillo. El director del Festival de Jazz contabilizaba por "en torno a mil" las personas que asistieron a esta velada.
Tras este enérgico inicio, toma la palabra Antonio Serrano. "La primera vez que conocí a Paco de Lucía, yo estaba con el Niño Josele", confiesa con un tono divertido, pero sin ocultar su profunda emoción. Y es que el claro protagonista de la noche no estuvo presente en cuerpo, pero sí en espíritu. El mago de la guitarra flamenca se manifestaba tanto en los seis músicos como en los asistentes del público.
"La última vez que tocamos juntos Josele y yo, fue precisamente en un concierto con el maestro", añade Serrano, antes de comenzar a hacer sonar su armónica para acompañar unas sensacionales bulerías. En ese instante, el Festival de Jazz se hizo también flamenco.
El enfervorizado público pedía a los agazapados fotoperiodistas que se apartasen. Con las rodillas en el suelo y el lomo bajo, los profesionales intentaban no arrebatar a los asistentes ni un milímetro de la escena, pero el ambiente era tal que al mínimo descuido, surgía un espectador que no cesaba de insistir a los cámaras que se apartasen: ni una mínima parte del espectáculo querían perderse.
Acto seguido, Antonio Serrano se queda a solas sobre el 'tablao' con el pianista, José Heredia, un joven músico que es el hijo del Niño Josele. La combinación de las elegantes y versátiles notas del piano hacen una combinación exquisita con el instrumento que domina Serrano, la armónica.
Una armónica que, cuando cae en las manos de Antonio Serrano, se convierte en un instrumento nuevo, capaz de alcanzar sonidos nunca antes escuchados. Pasa de ser una simple armónica a ser la armónica de Serrano, un artilugio que puede realizar unas piruetas sonoras inimaginables.
Acto seguido, los otros músicos recuperan sus puestos para continuar con el espectáculo. De esta manera, el concierto se desarrolla entre melodías no acompañadas de cante, donde la única voz la ponen los olés de los implicados espectadores. Además, el artista que había estado haciendo los ritmos con el cajón flamenco, Nino de los Reyes, se pone en pie para llevarse el protagonismo con su elegante taconeo flamenco.
Un taconeo con el que cada impacto del zapato del artista contra el suelo hacía saltar chispas al tablao del Auditorio Parque Almansa. Eran esas chispas las mismas que alimentaban la fuerza de un público que desde cualquier punto del auditorio disfrutaba apasionadamente del espectáculo. Los 27 grados de templada temperatura parecían ser muchos más. Por eso, los abanicos se contaban por decenas, haciendo que la escena fuese aún más flamenca.
De esta forma, melodía tras melodía, el espíritu de don Paco de Lucía, el mago de la guitarra, sobrevolaba el auditorio volviendo a la vida. El concierto llegó a su fin con la entrega del premio del festival al genio de la armónica, el maestro Antonio Serrano, y tras ello, los artistas tocaron una última canción de despedida. Un tema que debía cerrar la noche con la misma fuerza con la que había empezados, por lo que no podía ser cualquiera. Y por eso, tocaron nada menos que el 'Concierto de Aranjuez'.
Un José Luis Jaén soberbio
Pese a que el broche de oro a esta noche mágica lo pusieron los seis artistas flamencos capitaneados por el Niño Josele y Antonio Serrano, la velada había empezado de un modo totalmente diferente. Y es que a las 21.35 horas había salido a cantar el sensacional José Luis Jaén.
Para muchos, el plato fuerte de la noche era el homenaje a Paco de Lucía. Sin embargo, los que no conocían a Jaén estaban a punto de quedar encandilados por una potencia y calidad vocal con pocas comparaciones posibles. Y es que, si con Serrano y el Niño Josele el Festival de Jazz se hizo flamenco, con José Luis Jaén se hizo tango, balada y son cubano.
Este artista almeriense estuvo una hora sobre el escenario en la que demostró que la mezcla de géneros musicales puede traer consigo obras magníficas. Una de las peculiaridades de las actuaciones de Jaén, es que solo canta sus propias versiones de grandes temas de otros artistas. Así, acompañado por Álex Conde al piano, David León a la batería y José Manuel Posada al contrabajo, interpreta canciones de Benny Moré, de Joe Cocker, e incluso de Serrat.
"¡Vaya músicos llevas!", le grita en un interludio una mujer del público desde los asientos, desatando las risas del artista. "Son buenos, los muchachos", afirma el almeriense entre risas. Esa espectadora era la esposa de uno de los artistas que acompañaba a Jaén.
"Larga vida al Festival de Jazz de San Javier", apuntala el vocalista antes de interpretar 'Garganta de arena', de Cacho Castaña. Una canción que empieza con las tímidas y solas notas del contrabajo, y culmina con una fusión explosiva de todos los instrumentos.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando el artista comienza a interpretar 'You are so beautiful', de Joe Cocker. Acompañado a la guitarra por Paco Rivas, que acababa de salir al escenario para tocar este tema, Jaén desgarra su garganta entre notas musicales.
Así, haciendo gala de su calidad artística y acompañado por la guitarra sublime de Rivas, el público estalla en aplausos. La noche culmina para estos artistas tocando 'Mediterráneo' de Serrat. Una despedida del Festival con la que dejaban el listón muy alto para la siguiente actuación.