Un total de 177.000 horas de trabajo perdidas en 75 días y entre 200 y 300 al mes para cada empleado. Ése es el coste del cierre de la frontera entre Galicia y Portugal en su zona más dinámica, a ambos lados del Miño, en cuyos 70 kilómetros tan solo está habilitado uno de sus seis pasos fronterizos, el que une el municipio pontevedrés de Tui y el portugués de Valença do Minho.
Así se desprende de un informe de la Universidade de Vigo (UVigo) elaborado con datos del primer estado de alarma -con un cierre de fronteras entre el 14 de marzo y el 1 de julio- y presentado este viernes.
Este cierre se extenderá al menos hasta el próximo 16 de marzo y sus efectos se notarán especialmente en la "raia", el límite delimitado por el río Miño: aunque sólo ocupa 70 kilómetros -el 5% de la frontera entre España y Portugal-, aglutina el 50% del tráfico entre ambos países.
El informe de la UVigo también concluye que el cierre de la frontera supuso pérdidas de un 12% adicional -encima de las derivadas del propio confinamiento de la población- para la economía en general y de un 19% para la hostelería, acostumbrada a atender indistintamente a clientes de las dos orillas del Miño.
"España y Portugal decidieron no abrir todos los pasos fronterizos porque dicen que no tenemos dinero para poner patrullas controlándolos todos, así que le trasladan ese coste a los ciudadanos multiplicado por 200", ha lamentado el responsable de Movilidad de la Diputación de Pontevedra, Uxío Benítez, en la presentación del informe.
El diputado, que también es vicepresidente de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial del Miño (AECT río Miño) -que reúne a 26 municipios a ambos lados de la "raia"-, ha reclamado "compensaciones económicas" a los afectados por este cierre, unas 356.000 personas de acuerdo con el estudio de la UVigo.
"Esto no es un mal divino ni un terremoto: es una situación provocada por las decisiones de dos Estados que ha ocasiones perjuicios económicos a todo un territorio", ha sentenciado.
Así, Benítez ha avanzado que la AECT creará un "registro de afectados" por estas decisiones para que cada trabajador transfronterizo -25. pueda explicar su situación concreta, a la vez que reclamará que los Fondos de Cooperación Transfronteriza garanticen partidas específicas para estos afectados.
Por su parte, el profesor de la UVigo y autor del informe, Xavier Martínez Cobas, ha detallado que el total de horas de trabajo perdidas en el primer estado de alarma es una estimación basada en un tiempo medio de espera en el paso fronterizo de 15 minutos, pero que en todo caso es a la baja.
"Estas 177.000 horas sólo incluyen la espera en el paso fronterizo, no contemplan que una persona tenga que recorrer toda la frontera porque tiene que cruzar en Tui y no en el puente que tiene delante de su casa", ha detallado.
Los 26 alcaldes de los municipios a ambos lados de la "raia" se han mostrado muy críticos con la situación actual, con un único paso abierto 24 horas -el de Tui y Valença- y otro, el que une Salvaterra do Miño con Monçao, abierto tan solo cuatro horas, de 7.00 a 9.00 y de 20.00 a 22.00.
Los Gobiernos de Portugal y España acordaron mantener abiertos 24 horas sólo ocho puentes internacionales en toda la frontera entre ambos países.