CSIF solicitó este lunes a la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana “una inspección sanitaria urgente del centro Ernest Lluch”, el espacio habilitado en el antiguo hospital La Fe de Valencia para acoger, en principio, a pacientes leves de la Covid-19.
Se trata de unas instalaciones donde tanto sanitarios como pacientes, tal y como reveló EL ESPAÑOL, han denunciado que el personal está sobrepasado y que trabaja en muy malas condiciones. Las denuncias coinciden en que no hay agua caliente en el edificio o en que no van los telefonillos para comunicarse con las enfermeras, entre muchas otras cuestiones.
El sindicato solicita una inspección del centro “donde se valoren las condiciones de este, sus instalaciones, la situación en la que se encuentran los pacientes y las condiciones en las que están trabajando los profesionales sanitarios”.
“Según el tipo de pacientes y de la gravedad de la patología dependerá la necesidad mayor o menor de recursos y el agotamiento de los profesionales”, argumentó.
CSIF también exige “una evaluación de riesgo psicosocial urgente de los profesionales sanitarios y no sanitarios, dada la situación de estrés al que la conselleria está sometiendo a los profesionales”.
Cinco solicitudes
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios incide además cinco cuestiones mediante sendas solicitudes de documentación a la conselleria.
En primer lugar, reclama “los informes técnicos de prevención de riesgos laborales e informes de planes de emergencia que se realizaron con anterioridad a la apertura del mencionado centro Ernest Lluch”. Además, pide uno nuevo “que valore las condiciones actuales en las que están trabajando los profesionales de sanidad”.
CSIF quiere conocer también “el número y el tipo de pacientes atendidos en el centro Ernest Lluch, así como el lugar de procedencia de los mismos, ya que, al parecer, este centro está atendiendo en su mayoría patología Covid grave en lugar de patología leve para la que se reabrió”.
En esta línea, el sindicato solicita también “que se lleven a cabo las modificaciones necesarias de adaptación del centro Ernest Lluch y la dotación de recursos”.
Y, en quinto lugar, “que tras la inspección realizada se depuren responsabilidades si se confirman los hechos contenidos en las declaraciones realizadas por la sanitaria sobre la situación actual de Ernest Lluch”.
Sanidad consideró el pasado sábado que el escrito de la enfermera anónima reflejaba una “realidad alterada”, si bien conformó algunos aspectos de su relato.
La directora de enfermería del Departamento de Salud Valencia-La Fe, Ana Regueira, precisó en un comunicado oficial que la antigua Escuela de Enfermería de La Fe “cuenta con 166 camas y empezó a recibir pacientes Covid el pasado 2 de diciembre, con el principal objetivo de descongestionar la presión asistencial de otros departamentos de salud”.
“Desde entonces ha habido, aproximadamente, 250 ingresos de pacientes Covid”, indicó, y agregó que, “en estos momentos, hay un centenar de pacientes, de los cuales solamente un tercio son leves”. Los dos tercios restantes, en consecuencia, corresponden a pacientes de mayor gravedad. “La inmensa mayoría son personas con más de 80 años que, además, padecen muchas enfermedades asociadas”, indicaron.
De leves a complejos
Tal escenario se aleja de la distribución ideada inicialmente por la propia Conselleria de Sanidad, que habilitó en noviembre este espacio con el propósito de “descongestionar los hospitales de enfermos que no muestren un cuadro clínico complejo”, según informaron.
En efecto, Regueira habla ahora de unas instalaciones que acogen a “pacientes que sufren una enfermedad excepcional, de manera que necesitan una atención también excepcional y compleja”.
El relato de la enfermera anónima alertaba precisamente sobre las dramáticas escenas a las que, según su testimonio, se enfrenta un personal sobrepasado en un hospital ideado teóricamente para casos leves.
“El paciente ha acabado en el suelo muerto y ni nosotros sabíamos cuánto tiempo había estado así”. “Tengo pacientes que me han pedido que los matara, porque no podían soportar estar en esas condiciones”. “Una gran parte de ellos están atados. La justificación es que están desorientados, se quitan la vía y no damos abasto. Pero ¿Hay algo más inhumano y desolador que sujetar a una persona de las muñecas?”, describió la sanitaria.
“Contención física”
Este último aspecto, la necesidad de atar a los pacientes en el teórico hospital para casos leves, también lo confirmó este sábado la Conselleria de Sanidad. “Todas las medidas que se adoptan persiguen proteger al paciente. Por ejemplo, cuando se adopta la decisión de aplicar una medida de contención física, el objetivo es evitar una posible caída o que se quite una vía o una sonda”, reconoció la directora de enfermería del Departamento de Salud Valencia-La Fe.
Ana Regueira añadió que “en este centro se está prestando atención a personas que, por diferentes circunstancias, no pueden regresar a su domicilio”. “En muchas ocasiones, porque sus familias no les pueden prestar los cuidados que necesitan. Los profesionales están haciendo todo lo posible y lo imposible para atenderles de la manera más adecuada”, subrayó.