El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha presentado este miércoles a su nuevo gobierno, que constará de diez departamentos, dos menos que el del socialista Ximo Puig. El nuevo Consell será paritario y busca el equilibrio entre los cargos del PP, los fichajes de perfil técnico y la cuota de Vox, con el abogado y torero valenciano Vicente Barrera a la cabeza.
Habrá tres miembros del partido de Santiago Abascal en el Ejecutivo, con lo que el PP mantendrá siempre la mayoría en la toma de decisiones. Los representantes de Vox, además de Barrera, Elisa Núñez y José Luis Aguirre.
Núñez ha sido la sorpresa del día y dirigirá el área de Justicia e Interior. Su nombre no estaba entre las quinielas y finalmente se ha impuesto a la otra aspirante, Belén Gil, abogada de Francisco Camps e hija de Ignacio Gil Lázaro, presidente de Vox en Valencia.
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Núñez fue asesora del PP entre los años 2007 y 2011, y trabajó en el departamento de Rafael Blasco, el ex conseller valenciano de Solidaridad condenado a prisión por malversar las ayudas públicas a las ONG.
Esta doctora en Derecho por la Universidad de Alicante con una tesis doctoral sobre la gestión de la integración de las personas inmigrantes ha sido docente de la Universidad Católica de Valencia (UCV) en áreas de Teología, Derecho mercantil y societario y Delitos laborales.
También ha ejercido como abogada y letrada del turno de oficio en matrimonial y penal del Colegio de Abogados de Valencia, pero no está vinculada a los grandes despachos de abogados.
Además, es letrada acreditada ante el Tribunal Eclesiástico Metropolitano de Valencia y ha sido asesora y responsable de programas de integración de personas inmigrantes y extranjeras en la VII legislatura de la Generalitat Valenciana.
Convivencia
Núñez aprovechó su etapa como asesora del PP bajo el Consell de Francisco Camps para desarrollar su tesis sobre los diferentes modelos sociales.
La consellera promovida ahora por Vox aseguró que "las migraciones actuales no sólo producen el desplazamiento de millones de personas sino que también convocan la construcción de nuevas sociedades en las que el diálogo entre culturas y credos resulta, como veremos, imprescindible para una verdadera convivencia social".
Sin embargo, manifestó, "en la Unión Europea, todas las cuestiones relativas al reconocimiento identitario o diferencia cultural comenzaron a abordarse bajo la forma de políticas de seguridad, que encubrían una lógica de rechazo al otro".
"En este contexto el inmigrante ha sido percibido en muchos casos, como una amenaza para la homogeneidad cultural, donde ésta se confunde con la cohesión social y la diferencia cultural es percibida como amenaza", describió en su tesis, consultada por EL ESPAÑOL.
Núñez reconocía en el trabajo que "las políticas públicas, basadas en el principio de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, la incorporación de la estrategia de género y la no discriminación por razón de sexo, tienen su origen en instancias tanto internacionales como de ámbito Europeo, y se han ido incorporando progresivamente en nuestro país".
A su juicio, "los flujos migratorios han contribuido sin duda a consolidar unas sociedades interculturales: enriquecidas por la pluralidad étnica, religiosa y cultural de los miembros que las conforman, al tiempo que ha hecho surgir, desgraciadamente, fenómenos de segregación racial, discriminación, racismo y xenofobia".
"Estamos por tanto, ante un mundo más independiente e interconectado, en el que
cada vez se ha hecho más necesario el desarrollo de políticas de integración", insistió en su estudio.
En este sentido, consideró que "la presencia en nuestras sociedades de numerosas y diversas confesiones religiosas ha de llevarnos al reconocimiento de un pluralismo religioso en que se aprenda a convivir y a trabajar en campos comunes, como es el de la acogida y atención de la inmigración en las sociedades receptoras".
El objetivo de esta medida era "lograr erradicar de nuestro entorno la discriminación por motivos étnico-religiosos, el fanatismo o el sectarismo, e indirectamente los conflictos que frecuentemente asoman y son una amenaza para la paz".
La nueva consellera de Vox defendía un "modelo de integración bidireccional que requería no sólo el esfuerzo del inmigrante por adaptarse a la sociedad valenciana, sino que también exigía la responsabilidad de la sociedad valenciana, como receptora, de favorecer esta integración y nutrirse de ella; al tiempo que se alcanzara un óptimo nivel de paz social".
Además, defendió el modelo de integración impulsado por el PP. "Este modelo ha dado muy buenos resultados porque se nutrió de la riqueza de la diversidad para alcanzar la convivencia interétnica. El modelo de convivencia de la Comunidad Valenciana partió del convencimiento de la integración como instrumento idóneo y como valor en sí mismo".
Elisa Núñez también es autora de un estudio sobre la "indefinición jurídico-conceptual de secta, la persuasión coercitiva y el concepto extrapenal de secta coercitiva". Su trabajo aborda "el análisis, estudio e investigación de las sectas".
Prioridades
La nueva consellera de Justicia e Interior ha afirmado que llega al puesto "con rigor, responsabilidad y plena dedicación", además de agradecer a Mazón que haya confiado en ella.
Núñez ha acudido esta mañana al Palau, dentro de la ronda de reuniones de Mazón con sus compañeros de gabinete antes de que tomen posesión esta tarde.
"Desde ya, me pongo a disposición de todos los ciudadanos de la Comunitat Valenciana con el deseo de desempeñar la tarea encomendada con rigor, responsabilidad y plena dedicación", ha declarado a los periodistas.
La consellera no ha querido avanzar cuáles serán sus prioridades, ya que ha explicado que primero le toca reunirse con Mazón. Tampoco ha contestado a la pregunta de si asumirá las competencias judiciales en materia de violencia de género como hasta ahora.