Por los toreros no ha sido. Diego Urdiales, Cayetano y Paco Ureña han hecho esta tarde un gran esfuerzo para intentar sacar agua de un pozo seco ante una mansada de la familia Matilla. Los García Jiménez, que se llevaron algún que otro premio por la corrida lidiada en septiembre, hoy no había por donde cogerlos.
El público estaba raro, no era el festivo, triunfalista y generoso que ha asistido estos días a la Maestranza de Sevilla. Esta plaza que ha visto cómo la Puerta taurina por excelencia, la del Príncipe, se ha abierto de par en par hasta en cuatro ocasiones. Y eso que estamos a jueves de feria, el rebujito sigue corriendo y los claveles en la solapa siguen luciéndose. Pero ni por esas.
En dos ocasiones han volado los pañuelos, pero no lo suficiente, y esta vez el palco se reservó el suyo ante una correcta faena de Cayetano al segundo de la tarde, que pecó se sosería. Tampoco lo sacó para Paco Ureña en el sexto, un animal que se movió más en una faena que cogió más vuelo en algunos compases por el izquierdo.
Lo único que despertó más a los tendidos fue un ramillete de verónicas de Diego Urdiales al cuarto, que pararon el tiempo y que esparcieron de nuevo el olor a Romero de Curro que tanto se extraña sobre el ruedo maestrante.
Con la muleta dejó en la retina del personal algunos muletazos muy templados pero imposibles de ligar. Su primero no se empleó lo más mínimo y poco pudo hacer. Eso sí, los mató de dos espadazos merecedores de premio.
Susto para Ureña
Justo antes Paco Ureña, que sustituyó al lesionado Emilio de Justo, se pegó un gran susto. El tercero se lo echó a los lomos y lo zarandeó como a un pelele en su empeño por ligarle algún muletazo, aunque sin consecuencias. Y después Cayetano con el último logró dos buenas tandas por el pitón derecho antes de que se rajara y buscara las tablas.
En esto de los toros nunca se sabe. La suerte también es decisiva y hoy no ha aparecido por ningún resquicio para ninguno de los tres matadores. Bueno para Ureña sí porque podría haber acabado en el hule de la enfermería.