Vox se ha empeñado en cruzar la línea roja que el presidente de la Junta se marcó para decidir si hay o no adelanto electoral en Andalucía. Dijo Juanma Moreno que una política obstruccionista, de bloqueo parlamentario, le llevaría a disolver la Cámara y llamar a las urnas.
Esta semana, Vox ha vuelto a hacer oposición frontal al Gobierno de PP-Cs votando en contra de la Ley de Economía Circular, la norma que fomenta un modelo económico dirigido al aprovechamiento responsable de los recursos naturales, y que allana el camino a la llegada de fondos de la UE.
Aunque en esta ocasión el Gobierno andaluz sumó los votos de PSOE y Podemos para sacar el proyecto adelante, el partido de Santiago Abascal ha vuelto a demostrar su intención de torpedear la legislatura, que teóricamente acabaría en noviembre.
En los últimos meses, Vox ha demostrado su disposición a hacer una "pinza política" con la izquierda en su estrategia de erosión a PP y Cs. Así, se alió con la oposición para tumbar el Presupuesto de 2022, que acabó siendo prorrogado. También para propiciar la celebración de un pleno monográfico donde criticar la gestión sanitaria de la Junta.
El apoyo público a sindicatos médicos en sus reivindicaciones por la situación de la Atención Primaria en esta sexta ola, poniéndose incluso detrás de la pancarta, ha disparado las alarmas en la Junta.
Vox, que empezó la legislatura al lado del Gobierno andaluz para investir a Moreno, ha dado un giro para endurecer su discurso, buscar perfil propio y preparar el terreno de unas elecciones en las que podría contar con la diputada nacional por Granada Macarena Olona como cabeza de cartel.
El portavoz de la formación en el Parlamento, Manuel Gavira, justifica el cambio de posición. Dice que no hay "ningún complot" y que no son partidarios de "la pinza" con la izquierda porque los socialistas, a su juicio, son "igual de incapaces de resolver los problemas", y cita el caso de la Atención Primaria.
Del 'pin' al 'pasaporte'
Vox había tensado antes la relación con la Junta de manera puntual, pero sin pasarse directamente a la oposición, como ahora. Amenazó, por ejemplo, con no votar los Presupuestos de 2021; amagó con echarse al monte tras la negativa de la Consejería de Educación a implantar el conocido como pin parental; y sacó las uñas en la crisis por el acogimiento de los 13 menores no acompañados (menas) que llegaron a Ceuta.
Más recientemente, Vox ha recurrido por la vía Contencioso Administrativa el pasaporte Covid, y se ha opuesto a leyes como la de Bienestar Animal, la de subvenciones para Entidades Locales Autónomas o la norma de la Agencia Empresarial para la Transformación y el Desarrollo Económico (Trade), que sí fueron apoyadas por la izquierda.
Esta semana, PP y Ciudadanos han conseguido sortear el obstáculo de Vox en el Parlamento gracias al apoyo de PSOE y Podemos, pero Juanma Moreno es consciente de que esa geometría no le durará siempre.
Está claro que el objetivo de Vox es que haya elecciones cuanto antes en Andalucía. En la última sesión parlamentaria, su portavoz llegó a pedir a Juanma Moreno que diera "un paso al lado" si no era capaz de dirigir un gobierno "valiente" como el que, en su opinión, necesita la Comunidad autónoma.
Con todo, lo que ocurra este domingo en Castilla y León será clave para que se enciendan o no las alarmas en Andalucía, y aún más las de Vox para seguir forzando ese adelanto.