El fin de curso parlamentario en Andalucía ha dejado movimientos especialmente llamativos en el grupo de Ciudadanos. Los liberales han dado un lavado de cara a la formación con una renovación en sus cargos. Teresa Pardo, diputada malagueña, será la encargada de ejercer como portavoz parlamentaria. Sustituirá a Sergio Romero, uno de los diputados más afines a Rocío Ruiz -la tradicional rival de Juan Marín-. Los cambios, según confirman desde la formación, se producen para incorporar a personas "de total confianza de Juan Marín".
Fuentes del partido de Arrimadas confirman a EL ESPAÑOL que "Sergio había pedido dejar el puesto", y que además "tiene una salida en positivo para él". Romero será miembro de la Mesa del Parlamento, por lo que se mantendrá dentro del núcleo duro de los 21 diputados liberales, aunque dejará de ser la voz. Romero ocupará el puesto que ahora tiene Julio Díaz en la Mesa, pasando este a ocupar el puesto de portavoz adjunto de Cs en el Parlamento andaluz.
Con estos cambios, el líder regional de Cs gana terreno y absorbe todo el poder en el grupo parlamentario. Al nombramiento de Pardo hay que unir la salida de Fran Carrillo como secretario general. Carrillo, uno de los hombres más fieles a Albert Rivera, dejará paso a Enrique Moreno, diputado por Jaén. Hace menos de un mes, Carrillo volvía a recordar a su exlíder: "España echa en falta a Albert Rivera".
Desde Ciudadanos afirman que estas son "decisiones directas de Juan Marín" y que cuentan con "todo el apoyo de la dirección nacional". De hecho, en las últimas semanas Marín y Arrimadas han escenificado su buena relación.
Aunque los cambios ya han sido comunicados a los interesados, no serán públicos hasta este jueves por la tarde. Los parlamentarios andaluces de la formación liberal mantendrán una reunión en la que se debatirán estos cambios y otros asuntos.
Fuentes parlamentarias confirman a EL ESPAÑOL que el poder de Juan Marín es "prácticamente total en el grupo", y hablan de que "ahora más que nunca tiene toda la legitimidad; se acabaron las guerras internas". Tras la renovación de Arrimadas por los descalabros en Cataluña y Madrid, Marín se mantiene como el único líder regional con la confianza de la dirección nacional.