Sevilla

Ante "un mar de dudas". Así se encuentra la mayoría de los 61 ayuntamientos andaluces ante la apertura al baño en sus 1.100 kilómetros de litoral, que se verán muy condicionados este verano por el Covid-19.

En aquellas playas situadas en las provincias costeras que, este lunes, pasan a la fase 2 de la desescalada -Huelva, Cádiz y Almería- el baño estará permitido, pero la seguridad no estará garantizada. Por tanto, la mayoría trabaja con la vista puesta en el 15 de junio para abrir la temporada.

Casi todos barajan realizar un refuerzo de personal, incorporar nuevos sistemas tecnológicos para el control del aforo, pasarelas de entrada y salida, cartelería informativa y, algunos, la figura de los informadores. Estos se encargarán de comunicar a los bañistas las medidas de seguridad que deben seguir en el caso de que haya algún despiste.

El protocolo

El Gobierno central ha hecho público el borrador del protocolo elaborado por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), que establece una serie de recomendaciones como el control de acceso, el aforo o la delimitación de determinadas zonas para mantener la distancia de seguridad.

Por ejemplo, la zona de hamacas y sombrillas deberá delimitarse (a través de balizas, cintas o indicaciones) estableciéndose un control en la asignación de las mismas, de forma que se pueda asegurar, previo a su uso, que el equipamiento ha sido debidamente limpiado y desinfectado.

Por su parte los ayuntamientos están trabajando en el acondicionamiento de sus playas para poder establecer esas medidas de seguridad, pero para el lunes no estarán, y todos están elaborando sus planes de contingencia individualizados. La mayoría, como el de Lepe (Huelva) o el de Roquetas de Mar (Almería), sostiene que el baño no está prohibido pero la temporada como tal no está abierta y apela a la responsabilidad de los ciudadanos.

La Junta de Andalucía ha aprobado un decreto ley por el que regula la elaboración de estos planes, en el que se establecerán las medidas necesarias que permitan garantizar el uso seguro de las playas. Para esto se destinarán cinco millones de euros, que se sumarán a otros 5,5 millones en subvenciones para actuaciones de recuperación ambiental en materia turística.

Sin financiación

Por su parte, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dejó clara una cuestión en la rueda de prensa donde informó de las provincias que pasaban de fase. Si los consistorios no pueden cumplir con las medidas estipuladas para la reapertura de las playas, "los ciudadanos no podrán usarlas pese a estar en una zona en fase 2". Además, aseguró que su Ministerio "no va a financiar" este coste, ya que corresponde, en todo caso, a las Comunidades autónomas o a los municipios.

Sobre este asunto el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado sábado que el tránsito y permanencia en las mismas se realizará manteniendo una distancia mínima de seguridad de, al menos, dos metros, o, en su defecto, medidas alternativas de protección física, de higiene de manos y etiqueta respiratoria. A estos efectos, los grupos deberían ser de un máximo de quince personas, excepto en el caso de convivientes.

Pero los ayuntamientos no lo tienen claro y la mayoría tiene la vista puesta en la segunda mitad del mes de junio para poder abrir con las medidas de seguridad pertinentes. Es el caso de casi todas las playas onubenses. En la playa de Matalascañas, en Almonte, por ejemplo, se mantendrá la bandera roja para evitar el baño.

En declaraciones a EL ESPAÑOL, la alcaldesa de Ayamonte, Natalia Santos (PSOE), ha precisado que están trabajando sin descanso para poder abrir el 15 de junio, como todos los años. Santos espera que las ayudas de la Junta lleguen cuanto antes porque la situación financiera del Ayuntamiento es "muy complicada" y el turismo este año se verá agravado.

Las que no abren

Las playas de Roquetas de Mar tampoco van estar habilitadas para el baño este lunes. Están a la espera de un protocolo al respecto por parte del mando único y las directrices de la Junta de Andalucía, que cuenta con las competencias sanitarias. Es esta misma situación se encuentra el litoral malagueño que, de momento, este lunes no va a pasar a la fase 2.

Las playas de Almuñecar (Granada), el pueblo que se ofreció para convertirse en destino y establecimiento piloto en la desescalada del sector turístico con el control del aforo, de momento van a tener que esperar a pasar de fase.

El litoral de Cádiz capital quiere adelantar la apertura de la temporada al 1 de junio, según ha estipulado el Ayuntamiento, gobernado por José María González (Adelante Andalucía). Si bien queda a expensas en cualquier caso de lo que la situación sanitaria requiera y permita.

En la provincia, Vejer de la Frontera quiere abrir la playa de El Palmar el próximo 19 de junio y Barbate ya ha anunciado que no limitará aforos, ni entradas o salidas, ante la imposibilidad de dar cobertura legal, por parte de la Policía Local, a los más de 25 kilómetros de litoral.

El Puerto sí abre

En cambio, en la tarde del viernes, el alcalde de El Puerto de Santa María, el popular Germán Beardo, anunció que en la localidad portuense se va a iniciar la temporada baja de playas el próximo lunes. Todo ello después de que, a través del contrato municipal de Conservación de Playas, se haya perfilado un completo protocolo para extremar las medidas preventivas frente al Covid-19.

Los ciudadanos que se acerquen a esta playa el lunes encontrarán a su llegada un panel informativo en el que se muestra el decálogo de normas de obligado cumplimiento y recomendaciones por megafonía. Se han dispuesto accesos dobles y desaconsejan el uso de los módulos de aseo, duchas y lavapiés. Eso sí, hasta junio no habrá socorristas.

Recomendaciones 

El pasado lunes el Boletín Oficial de la Junta (BOJA) recogía recomendaciones del Gobierno central y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el baño en las playas.

Entre ellas destacan llegar duchado y no estar más de cuatro horas, en horario de mañana o de tarde, para evitar las aglomeraciones; extremar las medidas higiénicas, mantener la distancia de seguridad de al menos dos metros para evitar contagios y no tragar agua, entre otras cuestiones.