La falta de médicos en 15 cárceles lleva a Prisiones a no poder aislar a presos que cometen agresiones
Los directores de prisiones se están viendo incapaces para imponer disciplina, ya que para los aislamientos necesitan una firma de los médicos.
5 julio, 2024 02:30Al menos una quincena de cárceles del país están dejando de realizar aislamientos provisionales de presos que han protagonizado incidentes graves -como peleas o agresiones a funcionarios- por la falta de médicos.
Los aislamientos provisionales son una medida disciplinaria contemplada en el artículo 72.1 del Reglamento Penitenciario cuya aplicación tiene que ser autorizada por los médicos de cada prisión. Son ellos quienes acreditan que el interno no tiene ninguna patología que desaconseje aislarle.
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL en fuentes penitenciarias, los internos que cometen agresiones no están llegando a pisar los módulos de aislamiento por la falta de médicos: "Como mucho, cambian al interno de módulo".
Los directores de prisiones, revelan estas fuentes, se están viendo impotentes para imponer disciplina, ya que no quieren cargar con la responsabilidad de firmar documentos para aislamiento sin el preceptivo visto bueno de los médicos.
En el Centro Penitenciario Murcia I, por ejemplo, tienen cerrado el módulo de aislamiento. Solo disponen de tres médicos, uno de ellos de carrera, a punto de jubilarse. Los otros dos contratados atienden a todo el recinto penitenciario. A un interno que protagonizó recientemente una trifulca lo cambiaron de módulo. A otro, lo dejaron dos horas en una celda de observación en la enfermería.
En Huelva no se aplica el aislamiento provisional desde hace una semana porque no cuentan con médicos suficientes ni con telemedicina. Y la misma situación se da en el Centro Penitenciario de Soria, donde sólo hay un médico contratado dos mañanas a la semana.
En Alhaurín de la Torre y en Archidona (Málaga) solo hay un médico fijo en la plantilla. En Almería tienen dos para toda la población reclusa.
Sucede lo mismo en otros centros como Fontcalent (Alicante), Algeciras (Cádiz), o Navalcarnero (Madrid). En esta última hay 3 médicos y no cuentan con servicio de telemedicina, por lo que tampoco están aislando a los internos. En Estremera (Madrid), con 4 médicos, sí se aplica el aislamiento en situaciones determinadas.
A su vez, en Logroño no tienen médicos fijos. Dos días a la semana cuentan con telemedicina y hay un especialista que tiene un contrato de dos días. Tampoco allí se están realizando aislamientos provisionales.
La falta de médicos en otros centros como Dueñas (Palencia) está teniendo idénticas consecuencias. Solo hay un médico de carrera, dos contratados temporalmente y uno de prácticas, lo que no resulta suficiente para atender a toda la población reclusa.
Ocurre lo mismo en la cárcel de Villanubla (Valladolid), donde solo tienen un médico y nunca recurren al aislamiento. En A Lama (Pontevedra) solo cuentan con dos médicos, y es el mando de incidencias el encargado de decidir si se aísla o no a los internos.
Peligro en las cárceles
Funcionarios de prisiones de toda España coinciden en que el clima que se está viviendo en las prisiones es insostenible. Hace unos días, en Almería, en un cacheo rutinario, varios internos vejaron a una funcionaria. En un momento dado se rompió un cristal y se vivieron momentos de tensión.
"Se está perdiendo el respeto por completo hacia el funcionario", señalan desde el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM). "Llevamos tiempo denunciando que la cantidad de internos con enfermedades mentales y los pocos medios que la Administración pone para su tratamiento son un cóctel peligroso que puede desembocar en una desgracia".
El martes pasado, Pedro Lozano, un peligroso recluso conocido como El Rambo de Requena, agredía a base de mordiscos a tres guardias civiles y causó lesiones a dos funcionarios de la prisión valenciana de Picassent cuando iba a ser trasladado a un juicio. Es el último de una lista interminable de incidentes.
Los datos de los últimos años resultan indiscutibles. Los ataques han aumentado exponencialmente durante la gestión de Fernando Grande-Marlaska al frente de Interior.
Los funcionarios de las cárceles españolas tuvieron en 2023 los peores 12 meses al ser víctimas de 508 agresiones. Ese año es ya el más violento de la última década, y lamentablemente, 2024 discurre por una línea similar.