Las instalaciones para asilados e inadmitidos en el aeropuerto de Barajas se encuentran en una situación crítica más de 30 días después de las llegadas masivas de inmigrantes en avión desde Marruecos. Este miércoles, según ha podido conocer EL ESPAÑOL, se ha producido un nuevo intento de fuga a través del falso techo de una de las salas en las que el Ministerio del Interior y AENA mantienen hacinados a más de 350 inmigrantes.
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL de fuentes policiales conocedoras de los hechos, este se ha producido en la sala 4, que corresponde a esa terminal, la más nueva del recinto. En esta ocasión no se ha logrado fugar ninguno de los inmigrantes. Es el cuarto intento en apenas siete días. Dos de ellos tuvieron lugar este fin de semana. En el primero lograron escapar 9 inmigrantes al romper la ventana de una de las salas en las que les custodian desde hace días en unas condiciones paupérrimas.
Solo se logró detener a dos. En la segunda fuga, apenas unas horas después. se escaparon 17 y solo se logró arrestar a uno de ellos. Tras producirse las dos primeras fugas la decisión del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska fue colocar a varios agentes haciendo guardia delante de ese cristal roto 24 horas al día. La ventana no ha sido sustituida por otra.
El tercer intento llegaría este lunes cuando uno de los solicitantes de asilo trató de colarse en territorio español desde la zona internacional del aeropuerto a través de los sistemas ABC System, el filtro de seguridad en la frontera aeroportuaria. El de este miércoles sería el cuarto.
Con el paso de los días, la ocupación de las salas en las que se recibe a los inmigrantes se encuentra al límite, según los datos que ha podido conocer este diario. En la sala 4 de Barajas permanecen encerradas 170 personas. En la 3, hasta 110, y en la sala 2 hay 86, contando mujeres y niños.
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El colapso ha provocado una situación límite en la que, según la denuncia presentada por el Sindicato Unificado de la Policía (SUP) ante el Defensor del Pueblo, se está produciendo un grave "atentado a la dignidad humana".
Ese mismo informe señala que algunas de las salas "carecen de estándares básicos de habitabilidad e higiene. Esto incluye ventilación inadecuada, iluminación artificial durante todo el día, un solo baño para todas las mujeres y niños, y colchonetas inflables sin desinfección adecuada sin camas".
De esa manera, supuestamente la falta de higiene, cuya responsabilidad corresponde a AENA y a la Cruz Roja, ha propiciado la aparición de chinches y cucarachas en todas las salas. En algunas de esas habitaciones ni siquiera hay duchas. "Hay niños sin poder lavarse. La situación es tal que acabas viendo los pañales al lado de la comida", señalan testigos presenciales.
Todos en esa sala dormían en colchonetas desperdigadas en el suelo. Tras las primeras noticias en los medios de comunicación, AENA envió 30 literas para las 90 personas que permanecen en esa estancia.
Ante la situación de insalubridad no se ha procedido a fumigar las salas en cuestión ni a aplicar insecticidas para mantener la integridad física y la higiene de los asilados. La "limpieza profunda" que concertó AENA en la sala de la Terminal 4 consistió en enviar únicamente a dos limpiadoras a fregar con lejía esa habitación.
Vuelos desde Marruecos
El pasado 4 de enero el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, señaló que lo que estaba ocurriendo en Barajas era un problema puntual. Dos semanas después la situación es límite en el aeropuerto.
La mayoría de los asilados, según ha podido conocer EL ESPAÑOL, llegan en vuelos de la Royal Air Maroc, y son de origen senegalés, uno de los países de los que más inmigrantes llegaron a España en 2023. Sin embargo, en el aeropuerto se presentan a su llegada con pasaportes de Kenya, por lo que la Policía Nacional sospecha que una organización criminal emite estos documentos falsificados.
Tras varias semanas en esta situación, también los propios policías que se encargan de la seguridad en esas salas están sufriendo la situación de insalubridad en sus propias carnes.
En el informe que el SUP presentó ante el Defensor del Pueblo se solicitaban una serie de medidas urgentes para resolver la situación. Una de ellas era elevar las barreras físicas entre la zona internacional y el puesto fronterizo para prevenir entradas irregulares.
En segundo lugar, el acondicionamiento y limpieza de las salas, así como "medidas de seguridad para garantizar la integridad física de los policías y asilados que eviten las fugas y reyertas entre ellos". El SUP demanda que se proporcionen "camas suficientes y duchas para alojar a las personas durante el tiempo que estas personas permanecen ingresadas mientras se resuelven sus situaciones administrativas.
Este sindicato exige también responsabilidades a la Cruz Roja. "Que proporcionen asistencia social, incluida la limpieza regular, medidas de desinfección de chinches y otros insectos, así como la recogida de basura".
A su vez, reclaman a Interior que se refuercen los requerimientos fronterizos en tránsito a países como Marruecos o Senegal. "El objetivo es evitar que estas personas caigan en manos de mafias y en situación de vulnerabilidad".