El Ayuntamiento de Ripoll se ha convertido en protagonista en los últimos días por una cuestión bastante polémica. El Consistorio y algunas fuerzas de izquierdas han protagonizado una brutal confrontación que tiene en shock a todo el municipio. Una discusión que se ha celebrado bajo un claro carácter independentista.
El equipo que lidera Silvia Orriols, alcaldesa a través de la formación independentista Aliança Catalana, partido considerado de extrema derecha, se propuso hace unos días recuperar una de las tradiciones más catalanas de su municipio. Una decisión que llegaba en relación a la celebración de la verbena de Sant Joan organizada por el Ayuntamiento de Ripoll.
La costumbre en cuestión, de claro signo catalanista y autóctono, es el famoso "coca, longaniza y chocolate para todo el mundo". Así era el lema que rezaba la verbena de Sant Joan con el objetivo de recuperar el arraigo por la propia tierra con una tradición que se había perdido en los últimos años.
Sin embargo, esta decisión de Silvia Orriols y del Ejecutivo del municipio ha abierto una importante grieta política en el Ayuntamiento que ha llegado incluso hasta las redes sociales. Los ataques contra la alcaldesa del pequeño pueblo de la provincia de Girona de poco más de 10.000 habitantes no se han hecho esperar. Algunos han interpretado en la intención de recuperar esta tradición cárnica como una ofensa para los vecinos musulmanes del municipio.
Estos ataques han estado promovidos, según Aliança Catalana, por partidos y formaciones de extrema de izquierda y han versado sobre la idea de prohibir el consumo de productos derivados del cerdo en las fiestas de los municipios. Motivo que ha provocado la proliferación de insultos relacionados con una supuesta islamofobia. Una batalla que no cesa y que ha puesto a Ripoll en ebullición.
¿Qué polémica ha habido con el "coca, longaniza y chocolate" de Ripoll?
La longaniza tradicional se trata de un embutido curado. De forma alargada y más gruesa que por ejemplo el fuet, se elabora con carne magra y requiere de un largo tiempo de maduración para conseguir intensidad en su sabor. Este producto no es más que el intestino del cerdo relleno de una mezcla de carne picada condimentada con especias.
Sin embargo, este alimento tan tradicional de Cataluña se ha convertido ahora en tema de debate nacional a raíz de la polémica que ha surgido en Ripoll, donde su alcaldesa, Silvia Orriols, pretendía recuperar el famoso "coca, longaniza y chocolate". Esta costumbre rescatada para la verbena de Sant Joan ha provocado el enfado de las formaciones de izquierdas, quienes han cargado duranmente contra el ayuntamiento. Los integrantes del sector más radical de la izquierda ven en esta medida un motivo de discriminación ante la parte musulmana de los habitantes del municipio.
Estas formaciones de carácter independentista, y consideradas por muchos como de extrema izquierda, pidieron la eliminación de cualquier alimento realizado con carne de cerdo, o derivado del animal, de las fiestas de los municipios. Esta postura caló hondo en redes sociales, ya que muchos usuarios realizaron fuertes acusaciones contra la líder del Consistorio, a quienes acusaron de islamófoba por no querer retirar los alimentos porcinos de sus fiestas.
¿Con quiénes ha tenido la alcaldesa de Ripoll el enfrentamiento?
La polémica que ha salpicado de lleno al municipio de Ripoll y a su alcaldesa ha estado liderada por dos concejales de la formación Candidatura de Unidad Popular, más conocida por todos como la CUP. Una cuestión que ha resultado impactante para los habitantes del pequeño municipio, ya que no es la primera vez que integrantes de este partido político se ven envueltos en alguna polémica de similar índole, relacionadas con asuntos de la cultura islámica.
Estos dos concejales de la CUP ya protagonizaron el año pasado otra gran polémica por la que quedaron notablemente señalados. Decidieron votar en contra de la abolición de la mutilación genital femenina. Concretamente, del proceso de ablación del clítoris, en una moción que fue asunto de debate en el Ayuntamiento de Ripoll. Esquerra Republicana de Cataluña se abstuvo en esta cuestión. Sin embargo, los dos concejales de la CUP mostraron su postura ante un tema tan delicado, siendo objeto de grandes críticas.
Esta 'costumbre', muy arraigada en la facción más radical de la tradición musulmana, se convirtió en protagonista en Ripoll y su ayuntamiento intentó mostrar su rechazo ante esta inhumana técnica. La respuesta tanto de ERC como de la CUP fue intentar levantar un cordón sanitario contra Silvia Orriols. Ahora, el enfrentamiento continúa por el famoso "coca, longaniza y chorizo" que ha intentado volver a poner de moda la edila del municipio gerundense.