La paciencia y la sangre fría para ejecutar a la perfección el disparo más preciso. El sigilo de un puma para aguantar oculto entre rocas, o camuflado por la maleza de un bosque, hasta que llega el momento de apretar el gatillo. Esas son algunas de las características del soldado Izquierdo y del cabo Casado, ambos destinados en Letonia. Ambos acaban de ser escogidos como los dos mejores tiradores de precisión de la OTAN. Lo que comúnmente se conoce como francotiradores.

Suyo es el primer y segundo puesto, respectivamente, en el concurso Apex Predator, una competición entre los más selectos e impecables tiradores de toda la Alianza Atlántica. El evento reunía a tiradores de 16 países diferentes, de los ejércitos de Alemania, Canadá, España, Francia, Italia, Letonia y el Reino Unido.

Según anunció hace unos días el eFP Battle Group de Letonia, que era donde se celebraba la competición, ésta tenía como objetivo poner comprobar la capacidad de cada equipo para "identificar objetivos y ejecutar misiones de francotirador".

En realidad, son cuatro españoles los mejores en esta materia, porque se trabaja en equipo: en la jerga militar se conoce como binomios. Un tirador y un observador. Izquierdo es el tirador del equipo que ganó. Su observador es el soldado Silveira. Los segundos fueron el cabo Casado y el cabo mayor Valentín, su observador.

Ambos cuentan su historia  EL ESPAÑOL. La prueba a los tiradores se prolongó durante cinco días seguidos, con todo tipo de ejercicios: memorizar escenarios, identificar y eliminar objetivos con un alto interés táctico, disparar desde posiciones inestables y con estrés, tirar con pistola y fusil de asalto...

Izquierdo lleva cuatro años en el Regimiento de Infantería "Asturias" 31, en la Base Militar "El Goloso"; ha pasado los últimos 5 meses desplegado en el batallón de Letonia, donde España tiene desplegados a 650 soldados. "Nuestro día a día aquí se asemeja mucho al que pasamos en España. Hace un frío extremo en invierno, y convivimos 24 horas, de lunes a domingo, con nuestros compañeros", señala a este periódico.

Lo de convertirse en francotirador fue una casualidad: "Fue algo que vino sin yo buscarlo. Ya desde pequeño me llamaba mucho la atención disparar así. En mi pueblo practicaba tiro con aire comprimido. Al año de mi ingreso en el Ejército, mi jefe vio que tenía potencial disparando, buena puntería y capacidad para aguantar los nervios".

Tuvo una oportunidad. En su unidad se celebraron unas jornadas de tiradores de precisión. Ahí vio que era lo suyo. "Durante las jornadas descubrí un mundo desconocido para mí. Tenía mucho interés. Al probarlo por primera vez y ver que se me daba bien, empezó a gustarme más de lo que creía", recuerda. 

Izquierdo y Silveira levantan victoriosos el primer premio de la competición. EFP Battle Group Letonia

Durante la prueba en Letonia se empleó munición real en escenarios de acecho, con empleo de tácticas de camuflaje y ocultación. En ese contexto, el soldado Izquierdo y sus competidores tuvieron que utilizar todo el conocimiento a su alcance.

El factor psicológico

"El ejercicio más completo", asegura el soldado Izquierdo, "consistió en infiltrarse en zona hostil sin ser detectados, recabar información para el escalón superior, eliminar los objetivos designados y salir sin ser vistos. Para poder cumplir la misión, los binomios tuvimos que poner a prueba todos nuestros conocimientos, entre ellos, adaptarnos al entorno con un buen enmascaramiento".

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¿Cuál era la mayor dificultad?

—Mantenernos al mismo nivel que los demás tiradores. El más mínimo error suponía bajar varios puestos en la tabla. Pudimos mantenernos en lo más alto de la clasificación gracias a nuestra instrucción de tiro y estrategia a seguir en cada una de las pruebas.

El factor psicológico fue determinante, no sólo queríamos desempeñar un buen papel, sino que debíamos hacerlo por estar representado a nuestro país ante los demás miembros de la OTAN. Esto añade cierta tensión a cada ejercicio. Gracias a nuestra experiencia como tiradores de precisión supimos mantener el temple.

¿Cuál es el objetivo de fondo de unos ejercicios como estos?

El objetivo principal en todo momento fue el intercambio de conocimientos entre distintos países, conocer las tácticas y probar otro tipo de medios.

Lo que más diferencia a un tirador de precisión de otros perfiles de militares en las Fuerzas Armadas es la actitud. La actitud de querer serlo. Es un perfil de élite; ser el mejor siempre requiere de un esfuerzo extra.

"Un tirador debe ser muy curioso y tener una constante motivación por seguir formándose a sí mismo. Tenemos que leer mucho, aprender a hacer cálculos, y esto muchas veces no podemos llevarlo a cabo en nuestro horario laboral. Toca hacerlo en nuestro tiempo libre por las tardes".

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El soldado Izquierdo hace hincapié en una innumerable cantidad de conocimientos que es importante que posea un tirador de precisión: conocimientos balísticos, sanitarios, en transmisiones, de navegación terrestre, de reconocimiento y manejo de información. Debe conocer el funcionamiento y uso de multitud de armas y ser muy estricto e incluso original con los disfraces, el enmascaramiento, para mimetizarse con el entorno.

Los tiradores de diversos países, durante la prueba APEX Predator en la que vencieron los españoles. EFP Battle Group Letonia

El entrenamiento al que se someten es tan duro que tanto él como sus compañeros tienen una sentencia que lo define a la perfección: "Todos quieren ser tiradores hasta que toca hacer cosas de tiradores". "Esta frase", dice Izquierdo, "resume nuestro trabajo, y todos los países de la competición la conocen y la comparten".

Su instrucción incluye mucho ejercicio físico. Tareas de mantenimiento de material y equipo. Activaciones sorpresivas para estar disponibles en cualquier situación que se les requiera. "No es ni fácil ni cómodo, pero disfrutamos con ello y aprovechamos cualquier oportunidad para seguir mejorando", añade.

Pero, según dice, lo más importante de sus misiones es transmitir a sus superiores la información que obtienen tras las líneas enemigas. "En muchas ocasiones somos los ojos de nuestra unidad, infiltrados en la vanguardia. Cualquier error por nuestra parte podría ser muy perjudicial", subraya.

Los francotiradores, explica Izquierdo, no son tipos solitarios y que vivan aislados del resto de los compañeros de su unidad. "Trabajamos en binomio. Un tirador y un observador. Y dependiendo de la misión se puede agregar un tercer hombre. Es cierto que el equipo suele trabajar aislado a extrema vanguardia de su unidad, pero para nada nos sentimos solos. Siempre contamos con el apoyo del grueso de la fuerza".

¿Considera que los tiradores españoles tienen un gran nivel? 

—Lamentablemente, no tenemos mucha relación con tiradores de otras unidades en España. Por eso es difícil contestar a eso. Sería bueno hacer jornadas de intercambio de conocimiento, a modo de campeonato o de seminario. Por nuestra parte, considero que sí tenemos un buen nivel. Visto el material y equipo del que disponemos, somos capaces de sacarles el máximo rendimiento y estar a la altura de los mejores.