Asier Larrauri se ha convertido en triste protagonista de la política vasca. El que fuera hasta hace unas horas alcalde de Bermeo por EH Bildu ha tenido que dimitir tras sufrir un accidente de tráfico cuando se encontraba estrenando su cargo al frente del consistorio. El edil ha sido protagonista de una importante polémica que puede haber terminado con su carrera.
El máximo mandatario del ayuntamiento fue pillado con una tasa de alcohol por encima de la permitida tras provocar el citado accidente. El sábado asumía su nuevo cargo como alcalde de Bermeo y este domingo se veía obligado a dimitir tal y como confirmó a través de una carta personal que fue difundida por la coalición soberanista en sus canales oficiales y en sus redes sociales.
El siniestro tuvo lugar de madrugada en Sollube donde fue sometido a ese polémico control de alcoholemia por parte de la Ertzaintza y que arrojó el resultado positivo que le ha terminado costando el puesto. Tras este episodio, y con la intención de no manchar la imagen de Bermeo, ha decidido dar un paso al lado, ya que defiende la idea de que los cargos públicos deben tener "un comportamiento ejemplar".
Esta circunstancia protagonizada ahora por Asier Larrauri no es nueva en España. La lista de políticos y cargos públicos que han tenido problemas al mezclar el alcohol con el volante es muy amplia y algunos de sus casos son especialmente llamativos con accidentes y tasas realmente altas.
Nombres como los de Pilar Araque, concejal del PP en Alcorcón que atropelló a una anciana y dio positivo triplicando la tasa, Ángel Espadas, concejal del PP en Santiago de Compostela que fue pillado con su vehículo encendido y dormido en un semáforo mientras triplicaba la tasa permitida, o Tomás Pesa, alcalde de San Juan de la Rambla (Tenerife) por el PP que provocó un accidente que dejó tres heridos antes de dar positivo, son alguno de los más conocidos. Ahora repasamos otros grandes ejemplos.
Juan José Corrales, alcalde de Siero
Juan José Corrales es otro de los políticos cuya carrera quedó marcada por un escándalo vial relacionado con el alcohol al volante. En su caso también formó parte de la historia un accidente provocado por esta situación. El 12 de febrero del 2010, el alcalde de Siero, un municipio de Asturias, dejó al PSOE sin su pequeño feudo tras dar positivo en un control de alcoholemia.
Corrales sufrió un accidente mientras circulaba con su coche oficial. Con motivo de este incidente fue sometido a un control en el que terminó dando positivo. No sufrió ningún daño, pero el escándalo fue mayúsculo. Pocos días después decidió dimitir y más de dos años después recibió su condena: una multa de 3.240 euros y la retirada del carné durante dos años. Un golpe casi insalvable para su andadura en la política.
Nacho Uriarte, presidente de NNGG y en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso
Otro de los casos más llamativos de esta interminable lista fue el protagonizado por Nacho Uriarte. El suyo ha sido uno de los expedientes más sonados dentro del Partido Popular. En febrero de 2010 fue pillado conduciendo bajo los efectos del alcohol tras dar positivo en un control.
Poco tiempo después fue condenado por el Supremo a una multa de 2.400 euros y a la retirada de su carné de conducir durante ocho meses. Lo más llamativo de su caso eran las funciones que desempeñaba en el Partido Popular. Nacho no solo era presidente de Nuevas Generaciones, cargo que implica ser un ejemplo para los jóvenes y para los políticos que están por venir, sino que además era también vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. Por todo ello, el suyo fue un caso muy mediático.
Manel Montalbán, alcalde de Mont-ras
El caso de Manel Montalbán no fue tampoco de los más discretos. Todo lo contrario. Un alcalde en el peor momento de su carrera política. El máximo responsable de Mont-ras, un municipio de Girona, llevó la vergüenza hasta su partido, CIU, y hasta su municipio.
Manel fue pillado en un control de alcoholemia en el que triplicaba la tasa de alcohol permitida mientras conducía. Solo cuatro días después fue condenado a la retirada de su permiso de conducir durante ocho meses y a pagar una multa de 700 euros por un delito contra la seguridad del tráfico por conducir bajo los efectos del alcohol.
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Una sanción que se antojó insuficiente para la opinión pública que cargó duramente contra el alcalde de CIU, pero que no hizo que este se sintiera presionado en su puesto. Tanto es así que a pesar de las muchas quejas recibidas, no dimitió de su cargo y siguió ejerciendo sus funciones el resto de su legislatura.
Enrique López, el consejero de Isabel Díaz Ayuso
El caso de Enrique López es uno de los más llamativos y comentados que ha dejado la política española. Un claro ejemplo de que los cargos públicos están más expuestos que nadie a este tipo de circunstancias y que, por ello, deberían tener más cuidado si cabe. El que fuera consejero de Justicia, Interior y Víctimas del Terrorismo del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso estuvo imputado en junio de 2014.
El motivo fue un caso absolutamente catastrófico de imprudencia e inseguridad vial. Enrique López cuadriplicaba la tasa de alcohol permitida. En su primera prueba arrojó un dato de 1,12 mientras circulaba por Madrid con su moto. Además, por si esto fuera poco no solo fue amonestado por poner en peligro la vida de los demás, si no también por hacerlo con la suya propia, ya que circulaba sin casco. Debido a este episodio tuvo que dimitir del Tribunal Constitucional donde era magistrado.
Jesús Neira, miembro del Observatorio contra la Violencia de Género
En una lista de grandes políticos que han tenido problemas con el alcohol al volante no puede faltar el caso de Jesús Neira, fallecido en 2015. Este político, profesor universitario y conferenciante realizó una gran lucha en contra de la violencia sobre la mujer durante su carrera. De hecho, llegó a ser Presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de Madrid.
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Sin embargo, no todo en su carrera fueron luces, también hubo una gran sombra. Esta llegó en septiembre de 2010 cuando se encontraba conduciendo de forma temeraria por la M-40. El conocido político iba dando volantazos por la autovía cuando fue reducido por las fuerzas de seguridad para ser sometido a un control.
En dicha prueba, Neira arrojó un resultado espeluznante: triplicaba la tasa de alcohol permitida. Fue condenado al pago de una multa de 1.800 euros, la retirada del carné de conducir durante 10 meses y a realizar trabajos en beneficio de la comunidad. A pesar del terrible espectáculo que había protagonizado, se negó a dejar su cargo, pero poco después fue destituido.