El exministro y exvicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez-Cascos pagó muebles de lujo para una vivienda en Marbella y viajes de su familia a Cancún y París a través de la empresa Aqualium Spain SL.
Esta sociedad fue constituida el 27 de febrero de 2004, dos meses antes de que Álvarez-Cascos abandonase oficialmente el Ejecutivo de José María Aznar. La mercantil tenía su domicilio social en la madrileña Torre Picasso y fue fundada por la entonces pareja del asturiano, María Porto.
Se trata de la misma compañía que, desde su creación, hizo negocios —principalmente, vendió obras de arte— con varias constructoras que habían sido beneficiadas con contratos del Ministerio de Fomento, en la etapa en la que lo dirigía Álvarez-Cascos.
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Aqualium también facturó servicios a Administraciones gobernadas por el PP. El 18 de diciembre de 2006, cobró 139.000 euros a la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunidad Valenciana S. A. U., por la "gestión, organización y comisariado" de una exposición del pintor Robert Indiana. En aquella época, Francisco Camps estaba al frente de la Generalitat.
Precisamente, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), dependiente del mismo Gobierno autonómico, pagó más de 57.000 euros a Aquialium, el 25 de abril de 2006, por la "organización y gestión de la exposición de [el pintor] Alejandro Corujeira en la Sala de la Muralla del IVAM".
En febrero de 2006, la mercantil ya había facturado 12.000 euros a la Diputación Provincial de Pontevedra, también gobernada por el Partido Popular, por la "impresión del catálogo" de la exhibición de la obra del mismo artista. Todo ello sucedió en los primeros años de Álvarez-Cascos fuera del Gobierno central.
Viajes a París y Cancún
Según la cuantiosa documentación que obra en poder de EL ESPAÑOL, Aqualium Spain SL pagó 4.745,68 euros para comprar billetes con destino a París y una estancia de hotel para dos personas: el ya expolítico y la galerista María Porto, su entonces esposa, de la que se acabaría divorciando en 2019. Ambos figuran en el documento como "viajeros" y la factura fue fechada el 27 de diciembre de 2005.
Aqualium también abonó una factura similar para otro viaje a la capital francesa, por un importe de 7.832 euros, sin más detalles.
En la escritura de constitución de esta sociedad no aparece el nombre de Álvarez-Cascos. Sí figura su entonces pareja como socia, junto a otra mujer. En 2004, Porto fue designada como administradora de la sociedad.
No obstante, diversos documentos constatan la vinculación del expolítico a la mercantil, que tiene por objeto social la compraventa, exhibición y subasta de arte y antigüedades, así como el "asesoramiento en actividades mercantiles" de todo tipo y la compra de inmuebles.
Varias cartas enviadas a Aqualium por una empresa de asesoría se dirigen, personalmente, al exministro. Por otro lado, Cascos estaba a sueldo de la compañía de arte, tal y como consta en varias hojas de "honorarios por servicios profesionales".
Por ejemplo, por "asesoramiento a la dirección de la sociedad", el 31 de octubre de 2006 recibió 9.280 euros (menos el 7% de retención). Por el mismo concepto, había cobrado 7.630 euros brutos en febrero de 2005 y otros 16.240 euros brutos en diciembre de ese año.
Los vuelos facturados a través de Aqualium S. L. no sólo tenían como destino Francia. La empresa también abonó 6.985 euros para contratar, el 21 de enero de 2005, un "viaje y estancia para seis personas" en el paradisíaco Cancún (México) del 26/12 al 02/01, sin especificar el año. Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, los pasajeros fueron el expolítico, su mujer y los hijos de ambos.
Otra factura más, fechada el 28 de diciembre de 2005, constata que Aqualium abonó 3.100 euros por un "viaje y estancia en Argentina" para Francisco Álvarez-Cascos y María Porto.
Las constructoras
Las constructoras Copasa y Coprosa hicieron negocios con Aqualium nada más Álvarez-Cascos abandonó el Gobierno. Cuando éste era aún ministro, ambas recibieron contratos públicos millonarios. Dos facturas confirman que las dos constructoras compraron luego arte a la empresa que administraba Porto.
Copasa abonó un importe de 61.500 euros por las obras, entre los años 2005 y 2006. Antes, en 2003, mientras el asturiano era titular del Ministerio de Fomento, Copasa, junto a otras compañías, había sido la encargada de la obra para construir una plataforma del tren de alta velocidad (AVE) en Valencia, por 47.976.562,80 euros. Así lo recoge el Boletín Oficial del Estado.
Años después, esta constructora también fue una de las principales compañías españolas que formaron parte de la UTE (unión temporal de empresas) encargada de construir la línea ferroviaria de alta velocidad entre Medina y La Meca (Arabia Saudí).
En mayo de 2022, la Fiscalía Anticorrupción archivó su investigación sobre el presunto pago de comisiones en dicha obra, que fue adjudicada a este consorcio de doce empresas españolas y que fue abierta a raíz del caso Villarejo.
Coprosa también ha sido adjudicataria del Estado y cliente de Aqualium Spain S. L., a la que compró obras de arte por algo más de 30.000 euros a finales de 2004. Toda esta documentación, y mucha otra, ya obra en poder de la Fiscalía.
Otra factura a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, emitida por Aqualium, cobra un total de 15.312 euros a Rover Alcisa S. A. por un "encargo de trabajos de obra gráfica original".
También en una UTE, esta constructora recibió, el 2 de febrero de 2004, cuando Cascos aún era ministro de Fomento, la adjudicación de las obras de un tramo de la Autovía de la Plata, una ruta que discurre desde Gijón hasta Sevilla. Como miembro de otra unión temporal de empresas, Rover Alcisa recibió, el 8 de marzo de 2004, la adjudicación del proyecto de construcción de una plataforma ferroviaria de la Alta Velocidad de Levante.
Muebles de lujo
Asimismo, tal y como consta en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, Aqualium Spain S. L. pagó 36.160,94 euros a una empresa de decoración marbellí por el asesoramiento y la remodelación de una vivienda. Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, este pago sirvió para amueblar el apartamento que María Porto poseía en Marbella (Málaga).
El presupuesto se desglosa en, entre otros, los siguientes elementos: cuadros del hall (689 euros), mesa de bambú para hall (360 euros), frigorífico (689 euros), dos sillas para terraza (760 euros), cómoda para dormitorio principal (869 euros), dos alfombras (1.325 euros), cama (904 euros), colcha (159 euros), cabecero de cuerda (227 euros), mesa de noche del dormitorio principal (484 euros), cuadros del segundo dormitorio (431 euros), cuadro del tercer dormitorio (475 euros), accesorios de baño (616 euros), objetos decorativos (190 euros), colocación de infrarrojos en tres baños y la cocina (748 euros) o cuatro baldas de roble natural para baño (1.554 euros en total).