En mayo del año pasado, tanto España, Francia como Alemania anunciaban la que se calificaba como la próxima revolución tecnológica en lo que a aviones de combate se refiere con la iniciativa del Future Combat Air System (FCAS o Sistema de Combate Aéreo Futuro). El objetivo era tener un avión de demostración listo para su primer vuelo en el año 2027 y, según adelanta Reuters, se ha llegado a un acuerdo para ello.
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El mayor programa europeo de defensa tendrá un coste de más de 100.000 millones de euros y ha sido confirmado por una fuente de defensa que habló con la condición de permanecer en el anonimato y un funcionario francés. Así, aparentemente solucionadas las desavenencias de los últimos meses, las tres potencias seguirán adelante con el proyecto y parecen dispuestas a pasar a la siguiente fase.
Ya en mayo se habló de que esta fase tendría un coste estimado de 3.500 millones de euros, a aportar entre los participantes del consorcio. El proyecto incluirá, en su versión definitiva, un Avión de Combate de Nueva Generación (NGF), Plataformas Aéreas No Tripuladas (RCs) y una Nube de Combate o Combat Cloud, según apuntaron en su día desde el Ministerio de Defensa español.
En el camino correcto
Las mayores reticencias, según la nota de Reuters, estribaban en las desavenencias del lado industrial del acuerdo, representado por la francesa Dassault, la alemana Airbus y la española Indra. Un portavoz del ministerio de Defensa alemán aseguró que no tenía "nada nuevo que informar", pero que estaban "en el camino correcto".
Estas respuestas se dieron ante las preguntas respecto a una reunión entre el canciller Olaf Scholz y la primera ministra de Francia, Élisabeth Borne. El portavoz del ministerio de Defensa alemán agregó que, en cuanto hubiera acuerdo, lo comunicarían a la prensa. Algo que aparentemente habría sucedido, y que tendría como resultado anuncios oficiales por parte de los respectivos ministerios de España, Francia y Alemania.
El acuerdo ha costado al menos un año de negociaciones por parte de los líderes que gestionaron las primeras fases, Emmanuel Macron y Angela Merkel, que fueron los primeros en anunciar los planes para el FCAS en 2017. España se unió posteriormente al programa en 2019, en el París Airshow de mayo de ese mismo año.
Las crisis migratorias y el Brexit habrían dificultado las relaciones entre ambas potencias, y aunque los gobiernos alemán y francés estaban en sintonía respecto al acuerdo en términos generales, aún debían negociar la siguiente fase del mismo.
El caza europeo renovado
El programa FCAS nació como apuesta de independencia tecnológica europea con el objetivo de mantener la "soberanía en defensa y seguridad", según apunta la propia Airbus.
Con un coste estimado que supera los 100.000 millones de euros entre los tres países, el FCAS tiene planeado levantar el vuelo en los diferentes ejércitos para el año 2040, teniendo la primera unidad de demostración para el 2026, aunque los plazos se han ido retrasando y probablemente no esté listo hasta finales de la presente década.
"El FCAS es especial porque será mucho más que un mero avión de combate". El futuro de la aviación militar de combate pasa por un ecosistema compuesto de elementos tanto tripulados como no tripulados. Los primeros tomarán un papel de coordinadores y se situarán como centros de control aéreo de los segundos que tienen previsto realizar otro tipo de misiones.
Airbus lo describe como un "sistema de sistemas complejo y completamente interconectado". Y es que los aviones no tripulados -drones al fin y al cabo- serán los encargados de ejecutar las misiones más peligrosas y actuar de "compañeros leales" a los aviones tripulados. Un hecho que ya podemos ver en Estados Unidos con proyectos mucho más avanzados que el FCAS europeo, pero exactamente con el mismo planteamiento de drones guardaespaldas.
Este FCAS integrará otras tecnologías ya presentes en otros tantos campos pero aplicadas al combate, como sería la interacción hombre-máquina, la famosa inteligencia artificial o los componentes criptográficos, así como el análisis de big data. Posicionándolo en una potencial sexta generación de cazas, por encima de los actuales F-35 y F-22 estadounidenses y del Su-57 ruso, que se encuadran en una quinta más enfocada en propiedades furtivas.
Ciertos detalles del FCAS referentes a las especificaciones técnicas completas se desconocen, tales como el armamento seleccionado para el mismo, la altitud o la velocidad que podrá recorrer. Se ha informado que la empresa española ITP Aero estará involucrada en el desarrollo y fabricación de los motores, uniéndose a la alemana MTU Aero Engines y a la francesa Safran, respectivamente.