El PSOE quiere cerrar el pacto del CGPJ sin atender la exigencia de Podemos de colocar a Rosell
Los socialistas ven a Díaz como su interlocutora válida. Están dispuestos a proseguir la negociación ignorando las exigencias de sus socios directos.
24 octubre, 2022 02:56El PSOE va a seguir adelante con las negociaciones con el PP para reformar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) contando con el apoyo directo de Yolanda Díaz y dejando al margen a Unidas Podemos. En los últimos días, la formación morada colocó sobre la mesa el nombre de Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, como una de sus exigencias para votar a favor de la renovación del órgano de gobierno de los jueces.
Así, en un movimiento que quebraba la reserva con la que se estaban conduciendo las negociaciones, Unidas Podemos advertía al PSOE de que la magistrada debía de ser una de las candidatas elegidas. De no aparecer en la quiniela, avisaron de que no formarían parte de ningún acuerdo "bipartidista" de reparto.
Esta exigencia de Podemos ralentiza la negociación, muy avanzada en los últimos días. Sin embargo, el PSOE parece dispuesto a proseguir sin tener en cuenta esta imposición de su socio en el Ejecutivo, a tenor de las fuentes consultadas.
Interlocutora válida
De ese modo, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, continuará con las negociaciones con el Partido Popular sin atender la demanda de la bancada morada. El PSOE tiene, eso sí, el apoyo de Yolanda Díaz.
El discreto plan para renovar el CGPJ está siendo pactado entre Moncloa y Génova, con Yolanda Díaz y Enrique Santiago como representantes de Unidas Podemos.
Son ellos, y no Ione Belarra, quienes están considerados por el círculo más próximo al presidente como sus interlocutores válidos para llegar al entendimiento en esta materia, para sellar un acuerdo con el que reformar el órgano colegiado.
Es con la ministra de Trabajo con quien hablan directamente Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y el ministro Bolaños. También con Santiago, quien este sábado en Radio 5 rompía una lanza por la discreción que mantiene el grupo de negociadores por el acuerdo del CGPJ.
En un claro ejercicio de pragmatismo, Santiago apostaba también por la confidencialidad y por no poner nombres sobre la mesa como ha hecho Unidas Podemos con Rosell: "No es bueno hablar de nombres, llevamos un año y pico así, y el PP nos veta".
Santiago también espera que el acuerdo se materialice en "los próximos días", aunque si no sale adelante será, dice, "porque el PP no quiere", ya que "se inventan cada vez nuevas excusas de mal pagador para no cumplir con la Constitución".
Según las mismas fuentes, el PSOE está dispuesto a seguir adelante en la renovación sin tener en cuenta las exigencias de sus socios más directos.
Díaz elude nombres
Mientras, Díaz no se ha pronunciado en los mismos términos que Unidas Podemos y ha eludido referirse a posibles candidatos como Rosell. Este viernes, eso sí, reprochaba al PP el tener una conducta "muy grave" durante casi cuatro años sin renovar el CGPJ, máxime cuando los jueces están "enormemente preocupados" por la situación.
"Las instituciones son de la ciudadanía, no de los partidos. Ha llegado la hora de poner fin a esto (al bloqueo) y de que el PP salga de su error. Desde el Gobierno trabajamos para un acuerdo pero sinceramente creo que el acuerdo ha de ser justo y eso es lo que nos pide la ciudadanía y los propios protagonistas, que son los jueces", zanjaba.
En la confluencia el apoyo es amplio hacia Victoria Rosell. No obstante, otras voces dentro de Unidas Podemos recalcan, tal y como recoge Europa Press, que su perfil entraña una importante dificultad en el marco de la negociación, dado que ocupa ahora un cargo ejecutivo.
Eso supondría todo un obstáculo. En las conversaciones entre el Gobierno y el PP se está hablando de una serie de requisitos de despolitización que complicarían la opción de incluir su nombre en el nuevo CGPJ.
El órdago lanzado por la formación que lidera Ione Belarra, temerosa de que su formación quede desdibujada, no causa, pese a todo, preocupación en la esfera socialista. No necesitan sus votos para sacar adelante el pacto. Dispondrían de una amplia mayoría junto al PP y al PNV para rubricar el acuerdo en la Cámara Baja.