Los vídeos demuestran que Marruecos ya sube a los migrantes en autobuses y los aleja de Ceuta
Tras el respaldo de Pedro Sánchez a Marruecos en el Sáhara, detienen en Tánger a los migrantes subsaharianos y los expulsan al sur del país.
5 abril, 2022 03:40Noticias relacionadas
Desde hace dos semanas, coincidiendo con el giro político del gobierno de Pedro Sánchez con el Sáhara Occidental, en Marruecos se han intensificado las detenciones y expulsiones de migrantes subsaharianos en Tánger, localidad cercana a la frontera de Ceuta.
Los migrantes subsaharianos que residen y trabajan en Tánger denuncian, en vídeos y a través de una campaña de recogida de firmas, que las autoridades no solo les deniegan la tarjeta de residencia, sino que además las fuerzas auxiliares (un cuerpo de naturaleza militar que depende del Ministerio del Interior) los detienen y los expulsan fuera de la ciudad en autocares destartalados.
Aseguran que viven "con miedo". Se quejan de que "el nivel de estrés se ha duplicado" y que "el comportamiento de las autoridades es inaceptable". Los trasladan al sur y les impiden comprar billetes de vuelta. Además hay controles en las carreteras.
Tánger: detener las expulsiones de los africanos es la campaña de recogida de firmas que ha iniciado la plataforma Change.org para visibilizar y pedir que paren las redadas y deportaciones de migrantes de origen subsahariano de esta ciudad del norte de Marruecos.
Las redadas comenzaron hace cuatro meses, pero se han intensificado tras el giro de España en el Sáhara Occidental, según evidencian los migrantes y las ONG. "Independientemente de si son mujeres, hombres, con o sin documentos de residencia, empleados o no, casi 800 migrantes han sido detenidos desde principios de este año y luego expulsados", manifiesta la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).
En un vídeo grabado a finales de marzo que una de las víctimas ha colgado en sus redes sociales, se ve a un grupo de jóvenes subsaharianos dentro de uno de los autocares que utilizan las fuerzas marroquíes para trasladarlos al sur del país, lejos de las fronteras con España. El chico explica que graba el vídeo para visibilizar "todas las injusticias" que viven.
"Hemos sido arrestados por las autoridades de Tánger. Las fuerzas auxiliares detienen a los migrantes negros sin ninguna razón. Donde vivimos, trabajamos, solicitamos la residencia, y nos la deniegan. Nos cogen en nuestras casas, nos agreden (…) Nos tratan como a animales, sin ningún respeto, sin ninguna consideración", explica dentro del autocar.
Incluso la comunidad subsahariana de Tánger ha hecho un llamamiento a una manifestación pacífica pidiendo a los ciudadanos que se solidaricen con su situación. Son "arrestos ilegales e injustos que deben ser detenidos", afirma la AMDH.
"Por ser negros"
En otro vídeo, grabado en la estación de autobuses de Larache, una ciudad a medio camino entre Rabat y Tánger, el joven expulsado intenta coger un autobús para volver a su casa en el norte, pero no le venden el billete. "Por ser negros no nos venden los billetes de autobús… Es inadmisible que vivamos discriminación en el siglo XXI en Marruecos, en Tánger".
Declara que, aunque residen y trabajan en la ciudad, es decir, que viven integrados, sufren esta injusticia, además de violaciones y agresiones, y suplica que se difunda el vídeo. Con estas expulsiones obligan a estas personas a dejar sus casas, a huir y a refugiarse en los montes.
Igualmente, tanto en los vídeos como en la campaña de Change.org, solicitan ayuda para regularizar su situación. Según explican a EL ESPAÑOL, desde 2019 las autoridades les vienen denegando la tarjeta de residencia, a pesar de que están integrados en el país.
Marruecos emprendió dos campañas de regularización en 2014 y 2016, pero desde 2019 obstaculiza la renovación de los permisos de residencia de los migrantes subsaharianos. Las autoridades han empezado a exigirles un contrato de trabajo a los migrantes regularizados para renovar su permiso, cuando muchos trabajan en la economía sumergida.
"Hay igualmente detenciones arbitrarias de personas integradas desde 2014 y que trabajan diariamente", confirma a EL ESPAÑOL Noubissi, uno de los migrantes subsaharianos en Tánger.
Este joven camerunés explica que "hay personas que han creado empresas y colectivos, y una vez que presentan los papeles a la Policía son expulsados". Por eso quieren denunciar "esta política migratoria, para que cambie la situación, y que las autoridades entiendan que, aunque no tengan tarjeta de residencia, hay muchos que quieren integrarse y trabajan a diario".
Asimismo, la defensora de derechos humanos y portavoz de Caminando Fronteras, Helena Maleno, visibiliza estas prácticas. En sus redes sociales publica que, desde el restablecimiento de las relaciones bilaterales entre España y Marruecos, los derechos de los migrantes de Tánger "son pisoteados sistemáticamente: represión política, arrestos arbitrarios en casas, deportaciones ilegales y detenciones en campamentos lejos de las ciudades".
35 millones de la UE
Es una situación que se repite, después de que en 2018 la Unión Europea prometiera destinar 35 millones de euros a Marruecos. Entonces, las autoridades marroquíes expulsaron a migrantes subsaharianos que vivían en barrios populares tangerinos, como Mesnana y Boukhalef.
En una sola semana del mes de agosto se llegaron a registrar 1.800 expulsiones. Los llevaron a Tiznit, a 800 kilómetros de Tánger, una población a las puertas del desierto.
Dos jóvenes malienses, uno de ellos menor de edad, fallecieron en el interior de uno de los autobuses en los que eran expulsados. La tragedia quedó registrada en un vídeo grabado dentro de uno de los autocares. Las víctimas aparecían esposadas y tiradas en el suelo tras intentar escaparse por una ventanilla.
En Rabat justifican las expulsiones por la ley 02-03 que otorga a las autoridades el derecho a prohibir o a obligar a quedarse en una región determinada a quienes no se encuentran en situación regular. "No pueden quedarse en el norte porque la ley marroquí tiene derecho a prohibir determinadas zonas a quienes no tienen la tarjeta de residencia", explicaban en el Ministerio del Interior en 2018.
En septiembre de 2018 comenzaron incluso las deportaciones desde Tánger a los países de origen de los migrantes. Actualmente, cuatro países, Malí, Senegal, Guinea Conakry y Costa de Marfil, aceptan esas repatriaciones.