Partidos políticos, asociaciones de ganaderos, el presidente de Aragón, cientos de ciudadanos en las redes sociales... Alberto Garzón comienza el año con un alud de críticas a raíz de sus declaraciones al diario británico The Guardian.
En una entrevista del pasado 26 de diciembre, el ministro de Consumo aseguró que "no es en absoluto sostenible" el modelo de las macrogranjas cárnicas. "Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, 5.000 ó 10.000 cabezas de ganado; contaminan el suelo y el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados", dijo.
Pero no es nada nuevo. Llueve sobre mojado. El verano pasado Garzón alertó contra "el consumo excesivo de carne" porque, según indicó, "perjudica nuestra salud y la del planeta", generando una gran polémica en la que tuvo que mediar incluso Pedro Sánchez. Ahora, en la entrevista con el diario inglés, de línea progresista, el ministro ha reiterado ese discurso.
Tras la difusión de sus palabras, diversos colectivos —amén de la oposición— volvieron a cargar este martes contra el ministro, considerando que ha desprestigiado la imagen de España en el extranjero.
El líder del PP, Pablo Casado, aseguró que sus "inaceptables" declaraciones constituyen "otro ataque a ganaderos y agricultores de nuestro país". El Partido Popular exige al ministro "una rectificación inmediata".
El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, también arremetió contra Garzón. "Este Gobierno ha atacado a la industria del automóvil, a la del azúcar, a la de la hostería y el turismo, a la agricultura… Faltaba la ganadería. Faltaba", tuiteó. "España se merece un Gobierno que no le ataque. Cuánta imbecilidad…", remató su tuit.
Por su parte, el Grupo Parlamentario de Ciudadanos (Cs) presentó este martes una proposición no de ley en el Congreso con el objetivo de reprobar a Garzón por sus "críticas" al sector cárnico.
"En un solo párrafo", exponen desde el partido liberal, "daña irremediablemente" el prestigio internacional de la ganadería española, altamente dependiente de la exportación. Cs pide también que el Gobierno destine "más medios" para la transición ecológica del mundo rural en vez de "arruinar su reputación".
De lo contrario, sostienen, la producción española "será sustituida por la de terceros países con estándares medioambientales y de bienestar animal considerablemente peores".
A pesar del mutismo —en público— del resto de miembros del Gobierno, el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, sí salió al paso para criticar estas "desgraciadas e insensatas" declaraciones. "Son una agresión directa a una parte importante de la economía aragonesa, que se esfuerza por ser competitiva y sostenible. El que las hace no puede ser ministro de España ni un día más", sentenció.
Así lo ven también las patronales cárnicas y otras asociaciones del ámbito rural. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) ha lamentado en un comunicado la "actitud de sectarismo" de un ministro que ataca "continuamente a un importante sector como es el agroganadero y, por lo tanto, a los intereses de España".
La Asociación Empresarial Cárnica (Anafric) no descarta emprender acciones legales contra Consumo tras esta "infamia" que muestra "un absoluto desconocimiento del sector". "Basta ya de soportar más injurias de este señor", afirmó en un comunicado el presidente de la entidad, José Fríguls.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) pidió a Garzón que "rectifique o dimita".
'Regusto' a julio de 2021
Esta polémica, sin embargo, no es nueva. Tiene regusto al pasado mes de julio, cuando hasta el presidente del Gobierno salió a desautorizar públicamente a Garzón tras unas declaraciones contra el consumo excesivo de carne.
Horas después de que el titular de Consumo abogara en TVE por ajustar esa ingesta a las "recomendaciones sanitarias" y equiparar el papel contaminante de la industria cárnica con el de los automóviles, el líder del Ejecutivo pronunció su ya famoso "a mí, donde me pongan un chuletón al punto... Eso es imbatible".
En aquella ocasión, las palabras del ministro sí fueron cuestionadas por parte del Gobierno. Esta vez, sus declaraciones en The Guardian no han causado revuelo, al menos en público, en la coalición PSOE-Podemos.
Polémicas medidas
Las alimentarias no son las únicas propuestas polémicas de Consumo. Aunque quizá sí uno de los principales quebraderos de cabeza del ministerio. Ello es fruto de, entre otros elementos, sus choques con el departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación, encabezado por el socialista Luis Planas, quien consideró "fuera de lugar" el señalamiento al sector ganadero del pasado julio y aseguró desconocer dicha campaña hasta que Garzón la reveló en TVE.
Además de la reducción de la ingesta de carne, otras criticadas medidas de Consumo han sido: la limitación de la publicidad de la bollería —sin contar con el aval ni de la industria ni de las televisiones— o su intento de implementar el etiquetado NutriScore, lo que desató otro pulso con Planas que acabó ganando este último.
En la entrevista con The Guardian, Garzón sugiere uno de los posibles motivos que explicarían la resistencia a una de sus medidas estrella: la mayoría de críticas, indicó al diario, provienen de hombres que "sienten que su masculinidad se vería afectada por no poder comer un trozo de carne o hacer un asado".