De ser un modelo digno de orgullo, hasta el punto de pretender importarlo a otros ámbitos como el del profesorado, a plantearse su troceamiento, desnaturalizando su esencia. Es la historia del MIR, que el Gobierno ha incluido en la agenda bilateral iniciada esta misma semana con la Generalitat para discutir su posible transferencia.
Hace escasamente un año, cuando se dejaron atrás el confinamiento domiciliario y el primer estado de alarma, Pedro Sánchez presumía de ese sistema de formación de los profesionales médicos, anunciando públicamente el número de plazas que habría este año.
Pero mucho antes, en 2014, recién llegado por primera vez a la Secretaría general del PSOE -de la que saldría y a la que retornaría en 2017, tras la convulsa crisis fratricida de los socialistas- el hoy presidente del Gobierno propuso trasplantar el modelo en el profesorado.
No era una idea totalmente nueva en las filas socialistas. Su antecesor en Ferraz, el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, que en los años 90 llegó a ser ministro de Educación, también lo planteó en su día.
Rubalcaba admitió en 2010 que la formación de los docentes "es un problema que no tenemos bien resuelto" y por ello consideraba idóneo estudiar alternativas como la de formar a los profesores a imagen y semejanza de como se hace con los médicos.
La idea era aplicar a un ámbito como el educativo, sujeto siempre a polémicas y a reformas y contrarreformas de los sucesivos gobiernos, el modelo de éxito por el que, bajo competencia del Estado, se forma a los profesionales sanitarios desde hace décadas. Algo considerado casi unánimemente como una de las claves del éxito del sistema sanitario español.
Una apuesta de Cs
Poco después, a partir de su irrupción como líder nacional en 2015, fue Albert Rivera, inspirado por el gurú económico de Ciudadanos, Luis Garicano, quien planteó programáticamente la misma propuesta.
El "MIR educativo" promocionado por el partido naranja llegó a ser incluido tanto en el acuerdo de Gobierno con el PSOE (a la postre frustrado) de 2016, como en los posteriores pactos de investidura con el PP, en tiempos de Mariano Rajoy.
El plan, que no pasó de esos papeles, llegó a denominarse "DIR", siglas correspondientes a Docente Interino Residente, y consistía en que los aspirantes a profesor realizasen al terminar su carrera universitaria un examen nacional, común en toda España.
Después de ese primer cribado, quienes aprobasen la prueba tendrían un periodo de dos o tres años de formación en un centro docente. Lo mismo que los médicos residentes en los hospitales.
En el modelo diseñado por Ciudadanos se contemplaban varios itinerarios de ese MIR educativo, aplicando formaciones específicas para los profesores de infantil o para los de ESO y Bachillerato.
A principios de 2018, el entonces ministro de Educación en el Gobierno Rajoy, Íñigo Méndez de Vigo, planteó un modelo de dos años de formación en los centros al término de los cuales se realizaría una prueba para comprobar la capacidad pedagógica de los aspirantes.
Polémica en el Gobierno
Apenas medio año después, Sánchez llegaba de manera inesperada a la Moncloa tras la moción de censura. El MIR educativo quedó aparcado, el actual Gobierno acometió su reforma educativa, la Ley Celáa, y ahora parece que el modelo original, el MIR de los médicos, podría sufrir mutaciones.
Las manifestaciones dentro del propio Gobierno son contradictorias al respecto. Si el lunes, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, confirmaba que en el calendario de reuniones con el Gobierno catalán se incluía hablar de la transferencia de competencias como la de la gestión del MIR, el miércoles, la titular de Sanidad, Carolina Darias, corregía a su compañera: "No está en la agenda del Gobierno el traspaso del MIR a Cataluña".
Pero para acabar de enredar la cosa, minutos después de las declaraciones de Darias, la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, salía al paso de la polémica para asegurar que el traspaso a Cataluña de la competencia de la formación sanitaria especializada (FSE), entre ella la de los médicos internos residentes (MIR), "sí que está en la agenda".