Sin acelerar, pero sin levantar el pie, el Gobierno va afianzando pasos hacia la concesión del indulto a los líderes independentistas encarcelados tras la condena de 2019 por sedición y malversación.

Pedro Sánchez hablaba más claro que nunca del asunto este martes, en una comparecencia ante la prensa desde Bruselas, donde asistía al Consejo Europeo, interpelando directamente al líder de la oposición, Pablo Casado. Le reclamaba el mismo apoyo que, recordaba, él dio a Mariano Rajoy para aplicar el artículo 155 en 2017, después del referéndum ilegal y la declaración de independencia, equiparando por tanto ambas situaciones.

El presidente del Gobierno apelaba a los "valores constitucionales" de "la concordia, el diálogo, el entendimiento y la superación de la crisis" que no dudaba en contraponer a los de, decía, "la revancha y la venganza".

Normalizaba así la reivindicación de la medida de gracia para Oriol Junqueras y el resto de encarcelados -tal y como un día antes había pedido el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo- en un claro gesto para neutralizar al Tribunal Supremo (TS), que en los próximos días, y como ya hiciera la Fiscalía, se pronunciará sobre los indultos, previsiblemente en contra.  

A última hora de la tarde llegaba, vía Twitter, la respuesta de Casado, quien reiteraba su voluntad de recurrir al Alto Tribunal si finalmente los indultos son una realidad.

No solo eso, sino que el presidente del PP, midiendo bien sus palabras pero sin conceder ni un ápice de respiro político al jefe del Ejecutivo, replicaba que "cumplir la ley no es venganza, defender la unidad nacional no es revancha y dar un golpe al Estado no es un valor constitucional". Casado anunciaba igualmente que, llegado el caso, los populares exigirían "el cambio de la Ley de indultos y del Código Penal contra referendos ilegales".

Aludía así el líder popular en último lugar a la reforma realizaba en 2003 por José María Aznar y revocada dos años después por José Luis Rodríguez Zapatero para penar la convocatoria de referéndums. Un tipo delictivo que, curiosamente, el propio Sánchez propuso reinstaurar, en línea con el ex presidente del Gobierno popular, durante la última campaña electoral de noviembre de 2019, en concreto en el debate de candidatos. 

Sánchez, este martes en Bruselas. EFE

La pregunta de Casado

El choque entre el presidente y el líder de la oposición se producía apenas horas antes de la sesión de control al Gobierno que les volverá a enfrentar este miércoles a primera hora en el Congreso de los Diputados.

La pregunta registrada por Casado es: "¿Está el Gobierno defendiendo los intereses de nuestro país?". Y el mismo día en el que otra de las exigencias de los independentistas, la amnistía, se debatía en el Hemiciclo por iniciativa de la CUP, que aceptaba una enmienda de Unidas Podemos.

El PSOE votaba en contra de la propuesta, que no salía adelante, pero en la que el socio del Gobierno de coalición, por boca del presidente de su Grupo Parlamentario, Jaume Asens, negaba que la pretensión de los separatistas de declarar una amistía no tuviese cabida en la Constitución.

Un punto de vista, el del dirigente podemita, totalmente antagónico al que había expresado horas antes la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, quien enfatizaba que "nosotros somos el partido del diálogo, de la negociación, del acuerdo..." pero, matizaba, "dentro de los márgenes constitucionales". 

Las declaraciones de Sánchez llegan apenas veinticuatro horas después de la toma de posesión como presidente de la Generalitat del republicano Pere Aragonès, al frente de un Govern de coalición con Junts per Catalunya que mantiene la exigencia de una "mesa de diálogo", con un reférendum de independencia como muy tarde en 2023 y la amnistía como puntos principales del diálogo.

Nada dicen de indultos, aunque los acogerían de buen grado, y en absoluto de arrepentiemiento, como desvela su habitual lema de "lo volvermos a hacer". Un elemento crucial para el PP, como declaró su portavoz de Justicia, Enrique López, a EL ESPAÑOL: "No puede haber perdón del delito si quien lo ha cometido no ha pedido perdón". 

En síntesis: Sánchez va más lejos que nunca abriéndose a los indultos, el Supremo se pronunciará en breve sobre la posible medida de gracia, posiblemente esta misma semana, y Casado no se mueve de su radical oposición a indultar a los responsables de lo ocurrido en Cataluña en 2017. 

      

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