El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha celebrado este sábado una "reunión informal" con el presidente de Melilla, Eduardo de Castro, en la Delegación del Gobierno de la ciudada autónoma. Tras ello, ha participado en una cita de carácter técnico para abordar la situación en la frontera y seguir coordinando el despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El cuerpo ha sido reforzado en estos últimos días con la llegada de 90 agentes más. Este sábado se han desplegado 40 nuevos agentes de la Guardia Civil, que se suman a otros 20 que se introdujeron como refuerzo a lo largo de la semana.
Asimismo, en las próximas horas se unirán a ellos otros 50 agentes más procedentes de la Policía Nacional, según ha informado el Ministerio del Interior.
El ministro ha llegado a Melilla a las 10.30 horas y ha sido recibido por la delegada del Gobierno en la ciudad autónoma, Sabrina Moh, en el aeropuerto. Ambos han mantenido un encuentro de trabajo con el presidente de Melilla en la sede del Ejecutivo central en la ciudad.
Posteriormente, han participado una reunión operativa junto al director general de la Policía, Francisco Pardo; la directora de la Guardia Civil, María Gámez; el jefe de la Comisaría de Extranjería y Fronteras de la Policía, el comisario principal Enrique Tabroda, y el mando de la Autoridad de Coordinación frente a la Inmigración, el teniente general de la Guardia Civil Juan Luis Pérez.
Tras la reunión, el ministro del Interior se ha desplazado al perímetro fronterizo y ha visitado el Centro Operativo de Servicios de la Comandancia de Melilla, el centro de coordinación y de pantallas desde el que se monitoriza todo el vallado.
Es la segunda vez en esta semana que el ministro se deslaza a la zona. La primera tuvo lugar el martes junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En esta ocasión, Grande-Marlaska ha estado acompañado por los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Pardo y María Gámez, respectivamente.
Este sábado se cumplen cinco noches desde que comenzara la presión en la frontera entre España y Marruecos y que todavía continúa aunque de forma más leve. Este pasado viernes, se registraros varios intentos de salto a la valla a lo largo de la jornada que se saldaron con la entrada de 70 marroquíes.
Este jueves, el ministro del Interior consideró que la entrada de inmigrantes que venía produciéndose en Ceuta de forma irregular en los últimos días era "algo excepcional y de corta duración" y negó que se tratara de una crisis migratoria porque, a su juicio, estas se hacen frente de una forma estructural "clara, con políticas concretas y materializadas en el tiempo".
En este sentido, el titular de Interior señaló que es "necesario y preciso" dejar trabajar a la diplomacia para que "lo que no debía nunca haber pasado sea posible olvidarlo a la mayor brevedad". "Creo que los puntos de unión, de conexión en todos los ámbitos entre Marruecos y España es tan intensa, que esto solo podemos considerarlo algo excepcional y de breve duración", subrayó Marlaska.
De Castro, por su parte, ha calificado en los últimos días de "deleznable" que Marruecos "use a personas para conseguir presionar a España y, por ende, a Europa".
El presidente de Melilla consideró que esta crisis supone "una intromisión clarísima en la soberanía española en Ceuta y Melilla" y afirmó que lo sucedido "es inaudito", ya que, hasta ahora, el método de entrada irregular era empleado solo por subsaharianos.