En el momento más difícil de su historia reciente, Ciudadanos se refirmaba este sábado, penúltimo día de campaña electoral en la Comunidad de Madrid, en sus orígenes para respaldar a Edmundo Bal.
En un acto "por la convivencia" en la Plaza de Chamberí de la capital, el candidato y la presidenta nacional del partido, Inés Arrimadas, reunían a tres históricos dirigentes del partido, ahora en el Parlamento Europeo: Maite Pagazaurtundua, el del partido en Cataluña, Jordi Cañas, y Javier Nart.
Este último reaparecía dos años después de hacer salido de la Ejecutiva del partido el mismo día de 2019 en que lo hizo Toni Roldán, por las discrepancias de ambos con el entonces líder del partido naranja, Albert Rivera.
Aunque no intervenía, también asistía al mitin el jefe de la delegación europea, Luis Garicano, el hombre que encabezó entonces el sector crítico contra la cúpula del partido, cuya estrategia llevó al batacazo de las elecciones generales de noviembre de 2019, que forzaron la dimisión de Rivera.
Pagazaurtundua contestaba a quienes aseguran que Bal llega tarde a un reto como el de presentarse a las elecciones a la Asamblea de Madrid. "Edmundo llega en su momento" afirmaba, en un discurso en el que recordaba en varios ejemplos concretos cómo en su tierra, el País Vasco, se empezó a emponzoñar la convivencia cuando ella era dirigente del Partido Socialista, formación que terminaría abandonando.
Así, relató cómo la madre de la viuda de su hermano Joseba, asesinado por ETA en 2003, le llegó a decir a la madre de la víctima que le "habían matado" en realidad el PP y PSOE.
"Convivencia en peligro"
El acto se llenaba de alusiones a los años de plomo en el País Vasco y al deterioro de la convivencia en Cataluña como consecuencia del proceso independentista, un aspecto en el que incidían Arrimadas y Cañas, recordando su tiempo juntos en el Parlament y cómo advirtieron, decía, de los peligros para la sociedad del proyecto secesionista. "Parece mentira que la convivencia esté ahora en peligro en Madrid" coincidían, palabra arriba o abajo, todos los oradores.
"No hacía falta en Madrid, hasta esta campaña, un acto por la convivencia" exclamaba Arrimadas, quien decía que Madrid es "considerar a todos nuestros vecinos, ese es un tesoro que vamos a proteger el martes".
En la hipótesis de Ciudadanos, y dado que consideran que la izquierda no sumará en ningún caso, la única incógnita en las elecciones de este martes es si Isabel Díaz Ayuso dependerá o no exclusivamente de Vox para revalidar su mandato en la Puerta del Sol.
En palabras de Bal, "otros quieren que prenda el odio, que prenda la división, y no vamos a caer en ese enfrentamiento".
El candidato naranja acusaba a Rocío Monasterio de defender "una agenda del retroceso" que, argumentaba, "nos separa, que sólo cree en un modelo de familia, que no cree en la libertad y en la igualdad, que no cree que uno puede amar a quien quiera, que uno puede acostarse con quien quiera, que uno puede fundar la familia que quiera, que uno puede hablar con personas que piensan distinto de lo que uno piensa" concluía entre vítores de los simpatizantes naranjas, donde además de banderas de España ondeaban varias del LGTBI.