Instituciones Penitenciarias ha acordado el traslado de otros cinco presos de ETA a cárceles más próximas al País Vasco, entre ellos el de los exdirigentes del aparato militar a principios de los años 2000 Juan Antonio Olarra Guridi, Jon, y Ainhoa Múgica Goñi, Olga, que ingresarán en la prisión de Logroño.
Ambos fueron detenidos en 2002 en Francia. A Olarra Guridi se le considera jefe militar de ETA tras el arresto, un año antes, de Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, y tanto él como su pareja, Ainhoa Múgica Goñi, supuestamente pertenecieron entre 1995 y 1997 al comando Madrid, uno de los más sanguinarios de la banda, y también a los comando Donosti y Levante.
Junto al traslado de sendos exdirigientes de la banda terrorista desde la prisión de Granada a la de Logroño, Prisiones también ha acordado el acercamiento de Miguel Santiago Izpura García, Arkaitz Goikoetxea Basabe e Ignacio Crispín Garcés.
Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi fueron detenidos en Talence, en las proximidades de Burdeos, en septiembre de 2002 y tras cumplir condena en Francia fueron entregados a España, ella en 2007 y él en 2010.
Condenas
Ambos cumplen condena de 30 años por los delitos de homicidio, atentado, estragos, lesiones, depósito de armas y explosivos y, según destaca Instituciones Penitenciarias en el comunicado que informa este jueves de los traslados los dos reclusos etarras, aceptan la legalidad penitenciaria y han presentado escrito en el que rechazan el uso de la violencia y se responsabilizan del daño causado a las víctimas de sus delitos.
Desde la prisión de Murcia hasta la de Zuera en Zaragoza será acercado Miguel Santiago Izpura, en prisión desde el 18 de enero de 2000. Cumple pena acumulada de 30 años por los delitos de asesinato, atentado y estragos.
Izpura fue uno de los etarras expulsados de México en 2000 y fue condenado a casi 50 años de prisión por el asesinato del capitán de la Guardia Civil Luis Ollo Ochoa, el 27 de mayo de 1984 en Pamplona. Según Prisiones, cumplió las tres cuartas partes de la condena en abril de 2019 y acepta la legalidad penitenciaria.
Por su parte, Arkaitz Goikoetxea Basabe dejará el centro penitenciario de Villena en Alicante para cumplir lo que le resta de condena en Logroño.
Responsable del comando Vizcaya, ingresó en prisión el 27 de julio de 2008 y cumple condena acumulada de 40 años por los delitos de asesinatos, atentados, estragos, robo con violencia, tenencia de explosivos, detenciones ilegales, daños y falsedad documental.
Entre los atentados por los que ha sido condenado están la explosión de un coche bomba contra los cuarteles de la Guardia Civil de Legutiano (Álava) en el que murió un agente, el de Calahorra (La Rioja) que causó ocho heridos, dos de ellos guardias civiles, y el de Durango (Vizcaya).
Prisiones señala que ha presentado escrito de desvinculación en el que lamenta el daño causado, asume su responsabilidad y manifiesta su voluntad de repararlo.
El quinto y último traslado acordado esta semana y el único de los presos etarras que en esta ocasión ingresará en una prisión vasca, en concreto en la de Basauri, en Bilbao, es Ignacio Crispín Garcés, que dejará la prisión zaragozana de Zuera.
Crispín Garcés ingresó en prisión el 24 de marzo de 1998 y cumple condena acumulada de 26 años por los delitos de atentado, depósito de armas, amenazas, pertenencia a banda armada y tenencia ilícita de armas.
Cumplió las tres cuartas partes de la condena en septiembre de 2017 y acepta la legalidad penitenciaria, rechaza la violencia y se compromete a hacer frente a la responsabilidad civil.
En los 90 Crispín Garcés formaba parte del comanda Araba de ETA al que se atribuyen distintas acciones entre enero de 1997 y marzo de 1998, fecha en la que fue desarticulado.
Cambio de destino
La Secretaría General ha decidido, además, el cambio de destino del interno preventivo Gorka Palacios Alday, que pasará del Centro Penitenciario Murcia II al Madrid VII, en Estremera.
Desde la AVT han vuelto a denunciar estos cinco nuevos traslados, de los que cuatro de los etarras acumulan entre ellos trece asesinatos, y muestran su preocupación por los "importantes núcleos" de etarras que estos acercamientos masivos están provocando en algunas cárceles del norte de España.
De esta forma -aseguran- en prisiones como la de Logroño ya se encuentran 20 etarras y en la de Zuera (Zaragoza) ya hay 12, mientras advierten de que el Gobierno "sigue vaciando las cárceles del sur del país en las que ya solo quedan 26".