Uno de los dúos que más juego dio hace años en la política española, el de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, vuelve a escena. Dos años después de la abrupta salida del segundo de Podemos para concurrir en solitario con Más Madrid a las autonómicas de la Comunidad de Madrid en 2019, el adelanto electoral anunciado por Isabel Díaz Ayuso para mayo -si ninguna decisión judicial lo impide- hace que sus caminos vuelvan a encontrarse, y que ambos tengan que decidir al respecto.
Sin embargo, las rencillas que acumulan desde su guerra fratricida entre 2016 y 2019 en el seno de Podemos pasan ahora factura y complicamente enormemente que morados y errejonistas confluyan en una sola lista.
Tanto en Más Madrid como en Podemos cunde la sensación de que la unidad no es una opción, sino una necesidad. Primero porque la disgregación en tres, contando con el PSOE, de las siglas de la izquierda fue estéril hace dos años, aun cuando los socialistas obtuvieron, por primera vez en décadas, una victoria electoral en la región en la que llevan fuera del poder desde 1995.
Y en segundo lugar, si se toma como referencia el resultado de mayo de 2019, el exiguo porcentaje de voto obtenido por Podemos, apenas unas décimas por encima del 5% de barrera de entrada para obtener representación en la Asamblea de Vallecas, saltan todas las alarmas. Porque si esta vez los de Isa Serra obtuvieran unas décimas por debajo de ese 5% el bloque de la izquierda podría estar tirando a la basura decenas de miles de votos que bien podrían posibilitar a Ayuso reeditar su presidencia.
Fue lo que ocurrió en 2015 con la candidatura de Izquierda Unida (entonces aún no se había producido el acuerdo con los del hoy ministro de Consumo, Alberto Garzón, para crear la coalición Unidas Podemos), que se quedó sin representación con un 4,14% de los votos que no posibilitaron ningún asiento en la Asamblea, pero restaron la nada despreciable cifra de 130.000 votos al bloque de la izquierda.
Errejón pide "diálogo"
Pero al margen de las frías consideraciones de estrategia política están las cuitas acumuladas entre los que un día fueron pablistas y errejonistas y hoy son dos formaciones políticas autónomas.
Desde Podemos creen que Errejón ya ha dejado zanjada la cuestión, fundamentalmente por unas declaraciones del diputado en el Congreso este jueves, al día siguiente del terremoto político originado tras la moción de PSOE y Ciudadanos en Murcia y la pugna en Madrid entre el adelanto de Ayuso y las mociones de censura de PSOE y Más Madrid.
En una entrevista en Televisión Española, y ante una pregunta sobre la posibilidad de explorar esa candidatura de unidad, Errejón ponía como ejemplo que la "derecha" ganó precisamente en Madrid, como en otras comunidades, acudiendo disgregada en tres candidaturas, las de PP, Ciudadanos y Vox. "Yo creo que hay que actualizar los marcos menates" enfatizaba, al tiempo que decía que "yo no veo en absoluto nada mal que pueda haber entendimiento, que pueda haber conversaciones y que pensemos cuál es el horizonte para las fuerzas progresistas" sentenciaba.
Nada que convenza en el entorno de Iglesias. Un botón de muestra de que el debate está tomando vuelo entre los simpatizantes y la órbita de una y otra formación es el mensaje que en su perfil de Twitter dejaba la ex podemita y también ex diputada de Más Madrid en la Asamblea de Vallecas, Clara Serra, hermana de la portavoz de Podemos. En él, pedía una reflexión sobre las "peleas de niñatos" afirmaba textualmente, que a su juicio han provocado "hastío, desapego y cansancio".
Si nada cambia, y si hay elecciones en mayo, Más Mádrid y Podemos concurrirán por separado a los comicios con Mónica García e Isa Serra de candidatas. Sólo sus respectivos jefes de filas, y antiguos amigos íntimos, Errejón e Iglesias, saben si hay alguna posibilidad de que, en cambio, se fundan en una única candidatura.