La estrategia que ha orquestado la dirección nacional del PP -de negociación soterrada- con cargos de Ciudadanos ha logrado evitar el vuelco en el Gobierno regional, pero no ha podido salvar los muebles en el Ayuntamiento de Murcia. El primer teniente de alcalde y concejal de Fomento en el Consistorio de la capital, Mario Gómez, ha confirmado a EL ESPAÑOL que los cuatro concejales del grupo municipal que lidera respetarán la firma que pusieron en la moción de censura presentada junto al PSOE contra el alcalde popular, José Ballesta. No habrá sobresaltos.
"Seguimos trabajando en el proyecto que queremos presentar tras la moción en beneficio de los murcianos", ha subrayado Mario Gómez, portavoz naranja en el Ayuntamiento de Murcia. De esta forma ha querido disipar cualquier duda de que en la capital se produzca otro 'tamayazo', como el que han protagonizado sus hasta ahora compañeros de partido, los diputados regionales Isabel Franco, Francisco Álvarez y Valle Miguélez. Todos ellos han roto la disciplina de Cs anunciando que votarán en contra de la moción de censura que las direcciones nacionales de Ciudadanos y PSOE habían acordado para sacar al Partido Popular del Ejecutivo autonómico.
Gómez ha insistido a este diario que el próximo jueves 25 de marzo, en el Pleno del Ayuntamiento de Murcia, el grupo municipal de Cs, junto a Podemos, votará a favor de la investidura como acalde, del socialista José Antonio Serrano, "para garantizar la transparencia y sacar todo tipo de corrupción de la Administración local". El portavoz de Ciudadanos mantendrá su puesto de primer teniente, tal y como contempla el pacto con el PSOE. "Los personalismos tienen que salir de la política, yo me hice militante en Ciudadanos porque era un partido que me ilusionó por sus valores de regeneración democrática y de las instituciones".
El inicio de la legislatura en La Glorieta estuvo marcado, al igual que en la Comunidad Autónoma, por el pacto de gobierno por el que PP y Cs se repartían el Palacio de San Esteban y el Ayuntamiento de Murcia. Sin embargo, el buen 'feeling' que tuvieron el presidente regional, Fernando López Miras (PP), y la vicepresidenta, Isabel Franco (Cs), brilló por su ausencia en el tándem que formaron el alcalde, José Ballesta (PP), y el primer teniente de alcalde, Mario Gómez (Cs).
Hubo roces continuos. El primero de los más graves fue en paralelo en la Comunidad Autónoma y en el Ayuntamiento. En el Ejecutivo regional se resintió el pacto Cs y PP por la vacunación -fuera del calendario- de altos cargos populares de la Consejería de Salud, y posteriormente, trascendió que el concejal de Salud, el popular Felipe Coello, también se había inoculado indebidamente una dosis contra la Covid. De forma que se tensionó la relación entre Cs y PP también en el Consistorio.
El aluvión de críticas de los grupos municipales fue como un 'tsunami' contra Coello: el edil se vacunó aprovechando supuestamente su labor administrando dosis y lo justificó por su titulación como médico. El concejal popular terminó por renunciar a su cargo para "garantizar la estabilidad" del Gobierno local. De nada sirvió porque Gómez y Ballesta siguieron con las espadas en alto.
"Se permitía vacunar a gente que no le correspondía", insiste en criticar el portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Murcia. El encontronazo definitivo en la Alcaldía de coalición, entre Ciudadanos y Partido Popular, se produjo a raíz de la labor de Mario Gómez en la Mesa de Contratación y la Comisión de Vigilancia de la Contratación. "Había irregularidades y comencé a tomar medidas al respecto: entonces comencé a recibir amenazas anónimas, me enviaban fotos de sitios donde había tomado un café para que supiera que alguien me seguía, llamaban al timbre de mi casa, me hicieron una pintada..."
El político naranja decidió acudir a la Policía Nacional a presentar una denuncia por acoso y en su relato, según explica a EL ESPAÑOL, indicó a los agentes que la causa de esa situación podría ser su trabajo en la Mesa de Contratación: "Les dije que había contratos menores del Ayuntamiento que presentaban (supuestas) irregularidades". Como era de esperar, al tener conocimiento del contenido de la declaración del primer teniente de alcalde de Murcia, la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía (UDEF) se puso en contacto con Mario Gómez.
- ¿Usted qué hizo cuando le llamaron de la UDEF?
- Me preguntaron si era cierto lo que declaré. Les dije que sí. Me pidieron documentación para investigarlo, les pedí unos días y se la llevé.
- ¿Cómo reaccionó el PP su socio de Gobierno en el Ayuntamiento?
- Presentaron una querella contra mí por revelación de secretos.
Esta situación, la querella contra Mario Gómez, unida al escándalo de la vacunación de altos cargos del Gobierno regional, fueron los dos argumentos que esgrimió Inés Arrimadas para justificar el acuerdo con la dirección nacional del PSOE: una doble moción de censura. Una en la Comunidad Autónoma y otra en el Ayuntamiento de Murcia.
La primera, de momento, se le ha caído del guión a Arrimadas con el 'francazo', la versión murciana del 'tamayazo' protagonizado por Isabel Franco, Francisco Álvarez y Valle Miguélez: los tres diputados naranjas que romperán la disciplina de voto para seguir apoyando al PP. La segunda, desalojar al Partido Popular del Consistorio capitalino se mantiene conforme al plan trazado.
- ¿Mario qué votarán en el Pleno?
- El grupo municipal de Ciudadanos está unido y la decisión está tomada por los cuatro concejales desde la responsabilidad. No vamos a ser cómplices de la corrupción.