-Llegó a saber varias veces que estábamos tras sus pasos. Tantas veces escuchó que venía 'el lobo' que al final se relajó. Y al final el lobo vino.
Muchas veces el abogado Alexey Shirokov solo tenía que levantar el teléfono. Al otro lado podía aparecer la voz de un concejal del PP, por ejemplo, Lorenzo Martínez, el edil de Seguridad Ciudadana y playas de Benidorm. "Vamos a tener que hacer una trampita", decía Alexey. "Ves como en algunos sitios me escuchan", le respondía el concejal. El letrado también departía con gente como Jesús Ballester, el portavoz del PP en Altea (Alicante), o Jaime Sellés, exconcejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana en la misma localidad.
Sobre el papel, Alexey podía pasar como un acaudalado benefactor de la región. Un rico abogado, afiliado al Partido Popular, que hacía carrera en la zona con el negocio inmobiliario y con la venta de grandes y lujosas propiedades, de mansiones inmaculadas como la suya, aupada en una de las lomas de la exclusiva urbanización Altea Hills, un oasis de reposo para las grandes fortunas procedentes de Moscú.
Eran precisamente esa máscara y esos contactos los que le convertían en una joya tan valiosa para quienes recurrían a él. Porque Alexey, ahora ya detenido, no era ni más ni menos que el engranaje clave e indispensable del mecanismo que las mafias rusas empleaban para ocultar sus turbias fortunas en España.
Gracias a esas amistades, grandes empresarios rusos como Mikhail Zhizhin o Mikhail Danilov lograban hacer negocios e inversiones en territorio nacional con el fin de lavar el dinero procedente del escalón más elevado de esta pirámide, la cúpula de algunas de las organizaciones más poderosas del crimen organizado en Europa del Este.
En la mayor operación contra la mafia rusa en diez años, tanto él como otras 22 personas fueron detenidas por los agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional. Entre ellos figuran funcionarios, técnicos municipales, el concejal de Seguridad de Benidorm, Lorenzo Martínez Sola, el presidente del PP en Altea, Jaime Sellés, un inspector de la Policía Nacional o el responsable de la Guardia Civil en Altea.
En colaboración con la Europol y el apoyo incondicional de la Fiscalía Anticorrupción han logrado poner al descubierto, tras 7 años de larga investigación, hasta qué punto había logrado introducirse esta organización en las instituciones locales. Hasta qué punto y de qué forma el crimen organizado procedente de la antigua Unión Soviética había logrado enraizarse en la región. Nada de ello habría sido posible, explican a EL ESPAÑOL los investigadores, sin la posición social y las conexiones de Alexey Shirokov.
Ese círculo de amigos era el que presuntamente había posibilitado que este joven letrado y también agente inmobiliario lograra convertirse en la llave de esos lucrativos negocios. En la persona que conectaba a las organizaciones criminales rusas con empresarios que invertían su dinero en empresas legales. En el nexo entre compañías creadas ex profeso y el dinero que había que lavar, procedente de los turbios negocios de esas organizaciones.
El joven pero reputado Alexey llevaba una vida repleta de lujos asiáticos. Había escuchado alguna vez, como refiere uno de los investigadores en la declaración que abre este texto, que estaban a punto de atraparle. Hizo caso omiso de todas esas advertencias y continuó con sus actividades. La semana pasada cayó por fin su imperio.
1. El conseguidor
Cuentan a EL ESPAÑOL los investigadores de la 'Operación Testudo' que Alexey podía pasar desapercibido como un buen padre, un buen marido, un buen amigo, incluso un buen ciudadano, un hombre dado a proporcionar generosas sumas de dinero, un auténtico filántropo que contribuye con donaciones benéficas y desinteresadas.
Esas buenas relaciones en el seno de las Fuerzas Y Cuerpos de Seguridad del Estado hacía años que le granjeaban todo tipo de beneficios. De la pared de su despacho, tal y como exhibió el año pasado en un programa de Cuatro, cuelga una placa condecorativa que le otorgó hace años la Policía Nacional de su localidad. También fue galardonado por la Guardia Civil, como él mismo compartió el año pasado en sus redes sociales.
Ante sus vecinos no escondía su elevado nivel de vida: partidas de golf, jornadas de fútbol con sus hijos, coches de alta gama, sesiones de tiro en la Federación de Tiro Olímpico de la Comunidad Valenciana (era un experto en el ejercicio con una 9 milímetros, paseos en barco, prohibitivas suites en grandes resorts, viajes sin descanso por Europa, los mejores restaurantes de la Costa Blanca.
Alexey llegó con apenas 10 o 12 años a España. Todavía era un niño en 1996, pero años después se iba a convertir en el primer ruso en sacarse la carrera en Alicante. Había estudiado de niño en el colegio Inmaculada de los Jesuitas, y después, optó por estudiar Derecho en la Universidad. Una vez terminó empezó a ejercer como abogado,y en esas se encuentra desde entonces.
El joven medró durante la década de los 2000. Se instaló en Altea, donde se encuentra la lujosa Altea Hills, un remanso al que recurren muchos acaudalados rusos. Allí construyó su pequeño imperio.
Según los datos del registro Mercantil, posee cuatro sociedades a su nombre: un complejo urbanístico de campings, una empresa para construir edificios residenciales, una firma de intermediarios de equipo y maquinaria industrial y una firma de promoción inmobiliaria. Con todo ello, el joven y conectado letrado se dedicaba principalmente a la resolución de trámites jurídicos para sus compatriotas.
2. Dos peligrosas mafias
Esa posición social que había logrado Alexey, explican los investigadores, le había proporcionado "un amplio círculo de amistades. Las organizaciones criminales se valían de él. Es más fácil hacer uso de una persona con un estatus social alto. Les daba muchas garantías porque llevaba toda la vida en la zona. Era difícil sospechar".
Él era la cara amable en España de dos mafias criminales de máximo nivel internacional: la Poldoskaya, y la Kutaiskaya. La primera, según explican desde la UDYCO, sería la clásica organización "de guante blanco". "Poseen conexiones en el poder político ruso. Están formadas por miembros de la oligarquía que consiguieron entrar o formar poderosas empresas que pasaron de lo público a lo privado".
La Kutaiskaya, por el contrario, tenía el perfil de una organización mucho más violenta. "Se dedican a servir al crimen organizado de guante blanco. Ellos son los ejecutores, quienes realizaban las extorsiones, quienes controlan los robos, quienes asesinan". En resumen, dos grupos cuyas actividades delictivas incluyen el asesinato, la extorsión, el tráfico de drogas, armas o la trata de seres humanos.
Ambas organizaciones habían logrado asentarse en Altea y sus alrededores. Y todo gracias a ese joven abogado. No fue hasta el año 2012 cuando los agentes de la investigación empezaron a escuchar hablar de él. "Vimos cómo gente relacionada con estas organizaciones empezaba a inyectar dinero en empresas de rusos que eran gestionadas en España. Nos percatamos de que todas eran gestionadas por este abogado, quien no tenía contacto directo con las autoridades criminales".
A principios de esta pasada década, los investigadores comenzaron a percatarse de que aquellos hombres viajaban cada vez más a Ibiza y Alicante. "Llevaban yendo mucho tiempo, así que cada vez que iban les sometimos a una estrecha vigilancia: qué comían, con quién quedaban, dónde se alojaban. Así vimos que los viajes se van haciendo más frecuentes, y que estaban dejando de utilizar los hoteles para reunirse en casas privadas de la isla".
3. Tráfico de influencias
Con esos datos empiezan a analizar los movimientos tanto personales como bancarios, pagos de cuentas y los conectan con Alexey, el abogado ruso, el conseguidor que mueve los hilos desde Altea. En esta ocasión han llegado al cuarto nivel de la pirámide de la organización. "Nunca se había conseguido superar ese nivel, y hemos visto cómo conseguían blanquear todo el dinero que les llegaba. Como máximo hasta ahora habíamos llegado hasta la mitad".
El nivel al que habían llegado a infiltrarse gracias a las presuntas maniobras del abogado era tal que en varias ocasiones temieron porque la operación se fuera al traste debido a posibles filtraciones que les pudieran llegar a algunos de los funcionarios públicos implicados y que ya están detenidos. Ahí radica, en gran parte, el enorme mérito de haber levantado esta gigantesca operación.
Unido por un estrecho vínculo con algunos de los principales actores de la política y la sociedad local de la región, Alexey no dudaba en recurrir a ellos para modificar las licencias de camping en la zona, o para conseguir la renovación de su DNI, o incluso con el fin de acelerar todo tipo de papeleo para algunos de sus clientes rusos.
Tampoco le temblaba la mano si tenía que recurrir a amistades que había ido labrando con el paso de los años en la Policía Nacional, en la Policía Local o incluso en la comandancia de la Guardia Civil. Prueba de ello, los ingentes regalos -decenas de cajas de vino, jamones, donaciones de material sanitario a lo largo de los últimos meses- detectados por los investigadores de esta trama y reflejados por el auto del Juzgado de Instrucción número 1 de Benidorm.
Quizá por eso a lo largo de los últimos meses se volcó de lleno con las instituciones públicas para proporcionarles medios con los que combatir la pandemia de la Covid-19. El 25 de marzo, Shirokov acudió con su amigo Sellés, exconcejal del Partido Popular en Altea, a aportar su "granito de arena". Llevaba consigo un enorme lote de productos sanitarios con los que proveer a los compañeros de la brigada de la Policía Local del municipio. "Fuerza a todos".
Una semana después se le podía ver en la Comisaría de Policía Nacional de Benidorm. Acudía con la intención de suministrar un lote de similares características. El 24 de abril realizó otra donación más a sus amigos de la Policía. "Hemos podido donar 50 pantallas protectoras, 6 litros de gel hidroalcohólico y 300 pares de guantes de protección a la oficina de Extranjería de Alicante", explicó en sus redes sociales.
Ese mismo día entregó otras 2500 pantallas protectoras a la Guardia Civil. Lo mismo hizo por aquellos días con sus colegas del Ilustre Colegio de Abogados de Alicante (ICALI). Nada de esto sorprendió a los investigadores. Tras innumerables seguimientos, ya estaban acostumbrados a verle actuar de esta manera en años anteriores.
4. Rifles de francotirador
Mientras unos pasaban inadvertidos, actuando en la sombra, otros eran, como podemos comprobar, activos en esa esfera pública. Esas conexiones, dicen los investigadores, les proporcionaban una importante protección ante investigaciones como la que ahora lo ha desmantelado todo.
El año pasado, cuando los agentes de la UDYCO vieron a Alexey en la televisión hablando de Altea Hills y de la 'jet set' rusa asentada en esas lujosas y millonarias urbanizaciones no pudieron dejar de sonreír. Todavía quedaba mucho para apresarle, pero él seguía vendiéndose como un tipo respetable, alguien querido en su entorno por su papel de benefactor. No quedaba mucho para descubrir su verdadera cara.
El pasado martes, cuando los agentes entraron en su mansión y en otras 17 viviendas repartidas por Alicante, Madrid, Tarragona e Ibiza, encontraron seis armas de fuego cortas, dos escopetas de combate, un fusil de asalto, un rifle de francotirador con silenciador y miles de cartuchos de distintos calibres.
También más de 300.000€ en efectivo, cajas de seguridad en bancos, monederos virtuales con criptomonedas, diamantes y 16 vehículos de lujo. El golpe maestro culminó bloqueando numerosas cuentas bancarias y activos patrimoniales por valor de millones de euros.