Pablo Iglesias no tiene otra opción que apoyar la investidura de Pedro Sánchez, salvo que quiera enfrentarse a una repetición de las elecciones como el principal responsable de que España vuelva a las urnas. "No hay una sola razón objetiva para que el próximo 10 de noviembre haya elecciones", ha dicho Sánchez en un multitudinario acto en Madrid cuyo tono y formas recordaron a un mitin de campaña.
El líder del PSOE y presidente en funciones las 370 medidas con las que pretende lograr el apoyo de Unidas Podemos a su investidura antes de que el 23 de septiembre se disuelvan las Cortes. Entre ellas están algunas de las que los morados querían ejecutar con su entrada en el Ejecutivo.
Sánchez ha ofrecido a los morados un acuerdo programático, pero también "responsabilidades capitales" en la "gobernanza" de España. Eso sí, fuera del Gobierno. Sin concretarlas, y a la espera de una reunión entre negociadores de ambos partidos este mismo jueves, Sánchez ha propuesto la "presencia activa y reforzada" en "instituciones muy relevantes que complementan la acción del Consejo de Ministros".
Además, el secretario general del PSOE ha ofrecido "crear un riguroso sistema de garantías, con evaluación y con control del grado de cumplimiento" de las medidas, que incluyen una oficina específica dentro del Ministerio de Hacienda, comisiones específicas en el Congreso y el Senado y un "mecanismo reforzado de garantía en el que participe la sociedad civil", según ha dicho.
Aunque Sánchez ha dicho que "no es tiempo de reproches", sí ha respondido a Iglesias. "El PSOE no puede pretender que se nos humille más", ha dicho el líder morado en TVE. "El PSOE ni impone ni humilla cuando expone su visión de lo que entiende por un Gobierno estable y cohesionado", ha respondido por su parte Sánchez.
"Construyamos confianza, construyamos garantías"
"Si el problema es la desconfianza, la garantía, construyamos confianza, construyamos garantías", ha propuesto. Según él, hay "diferencias profundas" sobre la estructura del Gobierno, pero no sobre las medidas. Por ese motivo, puede que PSOE y Unidas Podemos no puedan "gobernar juntos", pero ese no es un motivo para convertirse en "adversarios" y darse "la espalda".
"No es un problema de ministerios" ni de "monopolio" del poder sino de un Gobierno que funcione, ha dicho. Pero tampoco de "dos Gobiernos adosados en uno" o "un Gobierno compartimentado y dividido en un momento crítico para nuestro país", según ha lamentado, en referencia a las intenciones de Unidas Podemos. Sánchez quiere un "Gobierno fuerte".
El jefe del Ejecutivo ha ensalzado la colaboración parlamentaria con Unidas Podemos hasta las elecciones. "Si pudo funcionar la colaboración con Unidas Podemos" con muchos menos diputados en el Congreso, "con mayor motivo debería funcionar sumando 165 escaños, con independencia de que el PSOE triplique ahora en número de escaños a Unidas Podemos". "La colaboración funcionó" entonces, sin coalición de Gobierno, y debería funcionar ahora, según él.
Pero lo que no funcionará será la coalición. Incluso aunque el PSOE la hubiese ofrecido ya en julio, con una vicepresidencia y tres ministerios para Unidas Podemos. El líder socialista reconoce que muchos españoles se preguntan por qué el PSOE ha vuelto a la casilla de salida, que es pedir apoyo externo a Unidas Podemos, tras haberle ofrecido entrar en el Ejecutivo o proponer nombres de independientes.
El 25 de julio se enterró la coalición
"¿Qué ha cambiado? Lo que ha ocurrido es el 25 de julio, cuando el acuerdo se reveló inviable porque fue imposible", ha dicho en referencia a la investidura fallida. "Lo que entonces se comprobó inviable sigue hoy siendo inviable", según él.
Sánchez no está dispuesto a permitir un "desgobierno basado en la desunión y con compartimentos estancos: dos Gobiernos en uno".
También ha pedido a PP y Ciudadanos la "abstención técnica" para que el Gobierno socialista no esté "condicionado por fuerzas independentistas". Según Sánchez, el partido de Albert Rivera ha decidido "abandonar el centrismo y la moderación".
Entre las medidas están el control del precio de los alquileres, la educación gratuita entre los cero y tres años, las zonas de bajas emisiones, regular los pisos turísticos o la protección a los hipotecados, entre muchas otras.
No a la autodeterminación
Buena parte de ellas se corresponden con el programa socialista, pero también hay muchas de Unidas Podemos, en un gesto doble destinado tanto a presionar a Iglesias como a constituir un reclamo electoral si los españoles vuelven a las urnas. Es de esa segunda manera como acabaron actuando los Presupuestos Generales del Estado, a los que Sánchez también se ha referido, tumbados por los partidos independentistas.
Lo que no está es un referéndum acordado para dirimir el encaje de Cataluña en el conjunto de España, y que defiende Podemos. "No tiene cabida un referéndum de autodeterminación que el TC ha considerado contrario a la Constitución y que,
desde una perspectiva política, provoca la quiebra de la sociedad", dice el texto presentado por el PSOE.
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