Las entidades nacionalistas catalanas no olvidan a sus políticos presos y apuran todas las celebraciones para darles protagonismo. Así ocurrirá en la celebración del Correllengua, que comienza el próximo 6 de julio, una movilización que la Coordinadora de Asociaciones por la Lengua Catalana (CAL) pretende "convertir en altavoz de solidaridad con los políticos y los líderes civiles que el Estado español mantiene encarcelados o que se encuentran exiliados en varios países europeos".
Con el objetivo de "defender y promocionar la lengua catalana en los países catalanes", la entidad ha seleccionado al líder de Òmnium Cultural en prisión, Jordi Cuixart, para redactar el manifiesto de este año, en el que "la lucha por la plena normalización de la lengua y la cultura catalanas" es la columna vertebral del escrito.
Cuixart, que escribe la proclama desde la celda 112 del módulo 10 de la prisión de Soto del Real, considera que el Correllengua es "un acto de amor a la vida y a la ternura" y justifica su defensa a la lengua catalana como "un gran consenso de país" en una sociedad "donde la migración es estructural". Esta misma idea defiende la CAL, para quien el Correllengua tiene como objetivo "reivindicar el catalán desde una perspectiva social para generar una identidad colectiva en una sociedad tan diversa".
Para el líder de Òmnium, esa diversidad de lenguas y orígenes "es una riqueza" que "blinda la cohesión social ante quienes atizan el odio a la diferencia". Pero Cuixart también pide "mantener la voluntad de compartir el catalán" más allá del Correllengua y aprovecha para insistir en que a los políticos presos se les "vulneró el derecho a la lengua propia" durante el juicio en el Supremo.
En memoria de un escritor exiliado
Esta edición de Correllengua reivindicará la figura de Pere Calders, de quien la CAL destaca que fue escritor, que "huyó al exilio republicano en México" y cuyas obras "son un clamor contra la falta de derechos y libertades que históricamente ha sufrido la sociedad catalana".
En referencia a Calders, Cuixart considera que les une "la voluntad insobornable de proyectar una cultura democrática basada en los derechos humanos y en el respeto a los derechos lingüísticos" y se compromete a "persistir lleno de coraje y dignidad". "Desde la no violencia y ejerciendo la desobediencia civil tantas veces como sea necesario", añade el líder de Òmnium.
Calders, que se incorporó como voluntario al Ejército republicano en 1937 y se exilió a Francia en 1939 para desplazarse después a México, volvió a España en 1962, en pleno franquismo. Al año siguiente recibió el Premio Sant Jordi. Murió en 1994 en Barcelona.
Noticias relacionadas
- VÍDEO: Así fue la última palabra de los acusados en el juicio del procés
- "Lo volveremos a hacer": los líderes del 'procés' cierran el juicio manteniendo su desafío al Estado
- La Fiscalía recurre alarmada decisiones de jueces catalanes indulgentes con el 'procés'
- Los acusados del procés convierten el final del juicio en una arenga política contra el Estado