Los tres partidos de ámbito nacional que defienden la monarquía parlamentaria y respaldan al jefe del Estado, Felipe VI, se vieron este lunes entre la espada y la pared. El motivo fue la foto del rey Juan Carlos I, que este fin de semana se vio con Mohamed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, verdadero hombre fuerte de la monarquía islámica y al que Gobiernos y agencias de inteligencia internacionales consideran culpable del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul.
El muy estrecho vínculo del Rey Emérito con la monarquía saudí es conocido y se ha mantenido durante la mayor parte de la vida adulta del ex jefe de Estado español. Juan Carlos I ha ejercido como embajador político y comercial ante el país y, en ocasiones, sus gestiones han reportado tangibles beneficios para España. Los detractores del monarca aseguran que, además, esa relación no ha estado ausente de agasajos y muestras de gratitud por parte de Riad como compensación por su disposición.
Pero Mohamed bin Salman (conocido por las siglas MBS) está en el ojo del huracán por su presunta implicación en el seguimiento, asesinato y descuartizamiento del periodista Khashoggi en Turquía, que provocó una conmoción global, represalias de varios países occidentales (no de España) y la exigencia unánime de una investigación creíble que aún está por ver que se celebre y se culmine de manera que los responsables asuman sus actos.
Juan Carlos I ha roto el hielo al saludarse con él en el Gran Premio de Abu Dhabi de Fórmula 1 y ser el primer líder occidental en mostrar cordialidad y, lo más importante, normalidad ante un príncipe poderoso al que otros temen y odian al mismo tiempo.
"La Casa Real tiene que dar explicaciones"
En España, el PP guardó un escrupuloso silencio, para algunos muy elocuente en un partido siempre dispuesto a apoyar a la monarquía pero, también y muy especialmente, a Juan Carlos I en agradecimiento a su papel en la Transición y por cortesía institucional.
El Gobierno, que por ley refrenda los actos del jefe del Estado y también de otros miembros de la Familia Real (la reina, la princesa Leonor, la infanta Sofía y los dos eméritos) cuando participan en actos institucionales, se lavó las manos. "No tengo información sobre el encuentro casual entre el rey emérito y el príncipe en el marco de una competición deportiva", dijo el ministro de Exteriores, Josep Borrell, restando importancia al encuentro pero, sobre todo, desvinculando al Gobierno. El Gobierno "no es responsable de la agenda del rey emérito", continuó. "Ni la tenía antes, ni durante ni creo que la tenga después".
El PSOE fue un poco más allá. No sólo no respaldó a Juan Carlos I sino que emplazó a la Casa Real a hacer las pertinentes aclaraciones. "Es responsabilidad de la Casa Real dar explicaciones", dijo Esther Peña, portavoz del Comité Electoral, en una rueda de prensa en la sede de Ferraz.
Ciudadanos, partido que rara vez critica a la Casa Real, lo hizo para criticar la inoportuna instantánea, que no se sabe si fue facilitada, propiciada o pactada por el príncipe y el monarca. "No era el momento de que se produjeran ese encuentro y esa foto", dijo José Manuel Villegas en rueda de prensa tras la reunión de la Ejecutiva permanente de Ciudadanos. El dirigente recordó que "se están investigando las responsabilidades de ese mandatario en el asesinato del periodista", cometido el pasado 2 de octubre.
Más duro fue aún Podemos, aunque su línea contra la monarquía es desde hace meses muy contundente, pidiendo su desaparición. España "no necesita una monarquía que saluda a asesinos", dijo Pablo Iglesias. "Es una foto terrible", dijo por su parte la portavoz morada Ione Belarra. "Me duele que se dañe de esta manera la imagen internacional cuando es la propia CIA la que ha revelado que este príncipe ordenó el descuartizamiento del periodista saudí. Nos parece que el rey tiene que dar muchas explicaciones, nos sorprende que no haya contestado nuestra carta y que no haya venido a dar explicaciones al Congreso. Queremos que responda, ahora más que nunca tiene que venir al Congreso, porque no sabemos qué puede haber detrás de una foto que él sabe que perjudica enormemente la imagen de nuestro país", según ella.