El Gobierno está dispuesto a enterrar a Francisco Franco en la parroquia de Santa María de la Almudena, en pleno centro de Madrid, siempre que sea posible garantizar que hacerlo así no implica el enaltecimiento del dictador.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, compareció este viernes tras el Consejo de Ministros asumiendo el rol de portavoz del Gobierno y no sólo no descartó la posibilidad sino que pidió la "colaboración correspondiente" a la Iglesia, responsable de la cripta donde los nietos del dictador poseen espacio para enterrar hasta cuatro cuerpos.
"El Gobierno no puede tener más margen de maniobra que la familia que recibe los restos de su familiar", recordó Calvo. Aunque en las últimas semanas el Gobierno sugirió que impediría que los restos de Franco viajaran desde el Valle de los Caídos, donde ahora reposan, al centro de Madrid, el Real Decreto aprobado por el Ejecutivo y refrendado por mayoría absoluta por el Congreso le deja un exiguo margen de maniobra.
El texto indica que sólo "en caso de discrepancia entre los familiares, o si estos no manifestasen su voluntad en tiempo y forma", sería el Consejo de Ministros el que decidiría "sobre el lugar de reinhumación, asegurando una digna sepultura". Y los nietos de Franco lo tienen claro: quieren que Franco acabe en la Almudena.
Las condiciones del Gobierno
Para el Gobierno, el objetivo primordial es que Franco sea exhumado del Valle de los Caídos, donde goza de una "tumba de Estado". A partir de ahí, las condiciones del Ejecutivo para la reinhumación son "que los restos estén en un lugar decoroso y privado, con responsabilidad sólo de su familia" y, lo más importante, "sin ningún tipo de enaltecimiento ni posibilidad de hacerlo", según ha dicho Calvo.
El enaltecimiento es el meollo de todo el conflicto sobrevenido por una exhumación que no tuvo en cuenta la posibilidad de que la familia de Franco respondiese con beligerancia y la Iglesia con pasividad a las intenciones del Gobierno. Es, precisamente el argumento de los que creen que sacarlo del Valle de los Caídos para meterlo en la Almudena sería aplicar un remedio peor que la enfermedad. No en vano, cuando Calvo fue preguntada por cuál de los dos lugares prefería, su respuesta no fue sino la de una amplia y (quizás resignada) sonrisa.
Evitar homenajes
Pero, ¿y si se pudieran evitar los homenajes a Franco en la Almudena? Calvo sugirió esa posibilidad en varias ocasiones. Primero, comenzando a distinguir con nitidez una parroquia anexa a la catedral, a la que se accede bajando una calle no muy grande, del principal templo de la capital de España. "Los restos, por lo que la familia dice, irían a una parroquia, a la parroquia de Santa María de la Almudena, no a la catedral. La cripta está en una parroquia", dijo.
Después, Calvo reconoció de nuevo que el margen del Gobierno es limitado, pero que será utilizado con un único fin: evitar el enaltecimiento. Ahí es donde entra la Iglesia, que no quiere oponerse a la familia al considerar que la legislación eclesiástica se lo impide, pero que tampoco ve con gusto ser vista como la anfitriona de homenajes franquistas al tiempo que se cuece un posible conflicto con el Gobierno.
"Nosotros queremos que la colaboración de la Iglesia católica se dirija al fin al que la ley nos aboca a todos: que Franco no esté en un lugar de Estado ni enaltecido en modo alguno", dijo Calvo. "Obviamente le pido a quien es responsable de un templo, en este caso de la cripta que está en esta parroquia, casi por sentido común, la colaboración correspondiente". ¿Por qué iba a pedir el Gobierno colaboración al responsable de la cripta si está decidido a evitar que los restos del dictador entren por la puerta de ese recinto?
La dificultad de evitar el enaltecimiento
Basta con poner un pie en la cripta para darse cuenta de que una tarea así no es imposible, pero sí muy complicada. El espacio de los Franco, donde caben cuatro cuerpos (o más, en caso de que se trate de cenizas), está en un lugar prominente de la cripta, a la derecha del altar. Allí reposan ya la hija de Franco, Carmen, y su yerno, el marqués de Villaverde. Por ese motivo, mantener el emplazamiento de los nichos propiedad de los Franco podría ser un problema.
La iglesia tiene 20 capillas, muchas de ellas cerradas al público, pero no hay ninguna libre donde pudiera enterrarse a Franco para evitar su exposición al público, informa Daniel Ramírez.
Por otra parte, difícilmente el dispositivo actual de seguridad no puede evitar el enaltecimiento, ya que se trata de un lugar abierto por el que cada día pasan entre 800 y 1.000 turistas, según fuentes de la Iglesia. Y eso antes de que comenzase la polémica, por lo que el número podría haber aumentado o hacerlo si se da traslado a los restos de Franco.
Los visitantes acuden para ver las 400 columnas, todas con capiteles diferentes, o la imagen de Nuestra Señora de la Flor de Lis, una de las imágenes más antiguas de Madrid, que según algunos estudiosos tiene casi un milenio de antigüedad.
Plan b: la ley de la memoria histórica
Fuentes eclesiásticas aseguran que el Gobierno no se ha puesto en contacto con el arzobispado para sondear la posibilidad de adecuar la cripta para acoger a Franco y al mismo tiempo evitar cualquier tipo de enaltecimiento de la dictadura o en particular de su figura.
Si el Gobierno no consigue evitar los homenajes al dictador allá donde ha dicho la familia que quiere enterrarlo, se guarda la posibilidad de hacer otro cambio legal, que hasta este mismo viernes se descartaba de plano, para que una reformada Ley de la Memoria Histórica permita al Gobierno vetar la Almudena como destino final del dictador.
Calvo anunció este viernes la reforma, que se incluiría en los trámites de revisión ya iniciados en el Congreso de los Diputados. La ley ya incluye, en su artículo 15, la facultad de tomar "las medidas oportunas" para evitar la exaltación de la dictadura, el golpe de Estado o la represión, pero también advierte de que "no será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado", algo en lo que se enmarcaría una reinhumación en un recinto propiedad de los Franco.
El trámite de esa reforma, cuyos detalles no fueron ofrecidos por el Gobierno, puede ser tortuoso si los socialistas no logran convencer al PP y a Ciudadanos para que no dilaten los plazos indefinidamente, como hacen con otros textos legislativos.
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