"Señor Marjaliza, ¿le ha pagado la Fiscalía? ¿cuántas veces se ha reunido con ellos?" Las preguntas resonaron en el punto más álgido de la comparecencia que el empresario David Marjaliza prestó este miércoles en la Audiencia Nacional, mientras el juez Manuel García Castellón le instaba a que no contestara. Un par de horas antes, el exsocio de Francisco Granados acudía por sexta vez ante el juez para colaborar con la Justicia y explicar las presuntas comisiones que se repartieron tanto él como Granados y el empresario Javier López Madrid tras conseguir grandes contratos de obra pública.
Sin embargo, por momentos y según fuentes del caso, la declaración se convirtió en una suerte de pataleta legal en la que varios abogados, tras preguntar pidieron que la vivienda del empresario fuera registrada en ese mismo momento, antes incluso de que él pudiera salir de la sala: "Déjenme al menos un minuto para que lo piense", contestó el juez, siempre sin perder la compostura, ante una petición que nunca aceptó.
La sexta comparecencia
La declaración de Marjaliza vino antecedida por un nuevo paquete de documentos presentado por el empresario arrepentido. Una entrega que crispó los nervios de los abogados de las defensas, cansados de que sus revelaciones paulatinas modifiquen el escenario de defensa y entierren cada vez más a algunos acusados.
La legislación española marca que cualquiera de los investigados, en uso de su legítima defensa, puede aportar al procedimiento los documentos y pruebas que estime necesarios en cualquier punto de la investigación, hasta momentos antes de la fase de juicio oral. En este caso, parece evidente que la defensa de Marjaliza ha preferido parcelar sus comparecencias y presentar la documentación de forma paulatina para que el empresario pueda defenderla en condiciones óptimas frente a una causa mastodóntica, que acumula ya más de 170 tomos.
Cada vez que Marjaliza acude declarar, tiene que hacer frente a las preguntas de la Fiscalía, del Juez, y de los más de 30 abogados de los distintos acusados que suelen acudir sus citas con la Audiencia Nacional. En ocasiones sus comparecencias han llegado a prolongarse durante varios días. Y eso tratando únicamente de temas concretos del caso Púnica.
El miércoles, las revelaciones sobre los presuntos pagos en las concesiones de obra pública terminaron de levantar las ampollas de varios abogados, que además de preguntar de forma insistente por los pormenores de las negociaciones entre el arrepentido y la Fiscalía, solicitaron incluso que la Audiencia Nacional ordenara en ese mismo momento el registro de la vivienda del empresario, ante la sospecha de que allí escondía nueva documentación que debía aportarse de inmediato.
Lejos de aceptar esta petición, el juez tranquilizó los ánimos y al término de la comparecencia dio traslado al Ministerio del Interior para que se evalúe si Marjaliza y su familia requieren de algún tipo de protección como testigos de cargo en este caso de corrupción política.
El empresario de Valdemoro ha explicado de forma reiterada en sede judicial que su colaboración con la Justicia no se centra en un pacto concreto, sino en las reducciones de condena de hasta dos grados que marca la Ley para todos aquellos imputados que colaboren de forma activa en el esclarecimiento de causas judiciales.